En tiempos normales, a menos que tenga un trastorno inmunológico, es probable que no sea consciente de que su sistema inmunológico trabaja silenciosamente para mantenerlo a salvo. Obviamente, estos no son tiempos normales. Con el coronavirus alcanzando niveles de pandemia, su sistema inmunológico es una línea de defensa esencial. Es importante entender cómo funciona y qué puede hacer para mantenerlo -y mantenerlo a usted- sano.
Fuerte &Preparado
Lo que constituye una «fuerte inmunidad» puede ser confuso. Si se tiene en cuenta que el sistema inmunitario es la defensa natural del cuerpo contra las amenazas a la salud, se puede pensar que lo mejor es que esté siempre activo y en modo de lucha. Pero un sistema inmunológico fuerte es en realidad uno que permanece tranquilo y sin agitación hasta que es llamado a la acción, y usted puede hacer su parte para ayudar al suyo a mantenerse así.
La inflamación es la respuesta activa del sistema inmunológico a un factor de estrés como una infección, una lesión, una alergia o una crisis emocional. Cuando su cuerpo necesita protección, su sistema inmunitario es el que le ayuda a no enfermar o le pone en el camino de la recuperación. Pero esta fuerza positiva también puede traer su propio conjunto de peligros.
La inflamación puede surgir por una serie de razones, no sólo por una enfermedad. Siempre que está presente, su sistema inmunológico está ocupado y tiene menos recursos disponibles para luchar contra una amenaza real. Por eso quiere evitar la inflamación innecesaria o un sistema inmunitario hiperactivo.
Haga lo que pueda para mantener su sistema inmunitario preparado, dispuesto y capaz, ayudándole a permanecer tranquilo cuando sus esfuerzos no sean realmente necesarios:
Descansar y restaurar
El insomnio, la apnea del sueño y la falta crónica de sueño pueden reducir su recuento de células T y aumentar las citoquinas inflamatorias, lo que le hace más susceptible a la enfermedad.
Intente establecer y mantener un horario de sueño regular, y mantenga su dormitorio oscuro y libre de distracciones. Si ronca, se despierta con sensación de cansancio o sospecha que puede sufrir un trastorno del sueño, hable con su médico.
Elija alimentos calmantes
Las frutas y verduras (busque un amplio arco iris de colores para obtener la mayor variedad de antioxidantes), el pescado y el aceite de pescado, el aceite de oliva, las semillas de lino molidas y las especias como el jengibre, el romero, la albahaca y la cúrcuma pueden tener un efecto tranquilizador sobre un sistema inmunitario hiperactivo.
Busque nuevas oportunidades para incorporar estas opciones a su dieta: Añada albahaca fresca a un sándwich o rocíe las verduras con aceite de oliva, por ejemplo. Aumentar la ingesta de fibra dietética procedente de alimentos como las bayas, las judías y los cereales integrales también puede ayudar.
Comprométase a dejar de fumar
Los fumadores tienen niveles elevados de proteína c-reactiva y de glóbulos blancos, que indican una mayor inflamación y una respuesta inmunitaria potencialmente obstaculizada. La buena noticia es que cuando los fumadores dejan de fumar, su actividad inmunitaria suele empezar a mejorar en 30 días.
Cree un plan para dejar de fumar y evite la exposición al humo de segunda mano para que sus defensas sigan funcionando sin interrupción.
Ponga música para entrenar
La música y el baile son componentes especialmente beneficiosos de una rutina de ejercicios. Los científicos han descubierto que hacer ejercicio con sonidos rítmicos aumenta los niveles de anticuerpos a la vez que reduce los niveles de la hormona del estrés, que puede debilitar el sistema inmunitario.
Cuida tu sonrisa
Cepíllate y usa el hilo dental cada mañana y cada noche, y acude regularmente a un dentista para una revisión. Las infecciones persistentes en las encías o los dientes aumentan los niveles de inflamación del cuerpo, lo que no sólo conduce a una disminución de la inmunidad, sino a un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Evita los alimentos inflamatorios
Los alimentos que contienen ácido araquidónico pueden provocar una respuesta inmunitaria y contribuir a una inflamación innecesaria, así que limita o evita fuentes como la carne y las yemas de huevo; las grasas hidrogenadas o trans de los alimentos procesados; los alimentos azucarados y los cereales refinados (pan blanco, arroz y cereales).
Practique la relajación
Una respiración profunda y relajada puede apaciguar su sistema inmunitario y disminuir la inflamación al reducir los niveles de las hormonas del estrés en su cuerpo, así que considere la posibilidad de hacer ejercicios de respiración concentrada, meditación, yoga o tai chi como parte de cada día.
Come varias comidas pequeñas
Su cuerpo sabe que cada bocado de comida podría introducir toxinas potenciales, por lo que el sistema inmunitario entra en acción a medida que hace la digestión. Las comidas más copiosas implican más tiempo de alerta, así que pruebe a hacer varias comidas pequeñas a lo largo del día en lugar de tres platos. Una fuerte conexión con un lugar, un pasatiempo o una práctica espiritual puede tener efectos similares.
Mantenga un hogar tranquilo y limpio
Continúe con sus esfuerzos para mantener el estrés al mínimo creando un entorno doméstico agradable. Intente incorporar flores frescas o plantas de interior, iluminación natural o de calidad, música u otros sonidos agradables de campanas de viento o elementos de agua y cualquier artículo u obra de arte que le haga sentir feliz y tranquilo.