Probando las aguas de Nueva Inglaterra, descubrimos nueve bellezas que merecen su sal -o la falta de ella.
5/21/2009, 10:39 a.m.

El lago Willoughby de Vermont, enmarcado por los picos gemelos del Monte Pisgah y el Monte Hor. (Fotografía de Bob O’Connor)

La costa está bien, si te gustan las medusas, cargar con tu propia sombra y pagar superpremios en temporada alta por pasar la noche. Pero pensamos que este es el verano en el que hay que dejar de lado el océano en favor de las otras atracciones líquidas de Nueva Inglaterra, es decir, sus lagos. Bueno, al menos algunos de ellos: Por cada piscina brillante, hay una docena de pantanos sucios con molestos «problemas» de fósforo. (Así que, para tantear el terreno, enviamos a nuestros reporteros a buscar los mejores destinos del interior a poca distancia de Boston. Volvieron con estas nueve joyas de agua dulce y, para cada una de ellas, un itinerario para la estancia perfecta. Los neófitos de los lagos pueden estar tranquilos: Nunca echarán de menos la sal.

CONNECTICUT

Lago Waramaug: el clásico

Fotografía de Bob O’Connor

NEW HAMPSHIRE

Lago Squam: El anti-Winnipesaukee

Fotografía de Bob O’Connor

MAINE

Lago Damariscotta: Maine Without the Pain

Fotografía de Bob O’Connor

MASSACHUSETTS

Long Pond: Lo mejor de ambos

Fotografía de Bob O’Connor

VERMONT

Lake Willoughby: The Looker

Silver Lake: Mayberry Redux

Fotografía de Bob O’Connor

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