¡La universidad es un momento emocionante! Estás rodeado de nuevos amigos y nuevas oportunidades, y tienes más independencia que nunca. Sin embargo, la vida universitaria también presenta desafíos únicos para un estudiante con TDAH. Gestionar las clases, la vida social y las actividades extracurriculares sin el apoyo diario de los padres y un horario escolar estructurado no es fácil. Pero hay muchas cosas que puedes hacer para prepararte para el éxito. Estos diez consejos son un buen punto de partida.
1. Asiste a clase. La asistencia cuenta incluso cuando los profesores no están pendientes de ti. Saltarse las clases no sólo hace que bajen las notas, sino que también hace que los profesores estén menos motivados para ayudarte cuando lo necesites. Así que resiste la tentación de faltar a clase, incluso si crees que la clase es demasiado fácil (o aburrida). Aumentas tus posibilidades de éxito sólo con presentarte.
2. Sé realista. No te apuntes a una clase a las 8 de la mañana si no eres una persona madrugadora. Prepárate para el éxito programando tus clases en los momentos del día en los que te resulte más fácil prestar atención y en los que creas que puedes llegar a tiempo. Muchos estudiantes con TDAH tienen dificultades para despertarse por la mañana. Si esto se aplica a ti, entonces no te apuntes a esas clases de las 8 de la mañana -incluso cuando una suena como si fuera «la mejor clase de todas». No importa lo buena que sea la clase si nunca estás allí para participar.
3. Trabaja primero, juega después. Los campus universitarios están llenos de tentaciones que pueden distraer de la realización del trabajo, y los estudiantes universitarios con TDAH a menudo tienen que trabajar especialmente duro para obtener resultados. Programe periodos de estudio específicos en un lugar tranquilo y siga el plan. Recompénsate con actividades sociales y divertidas. Pero entrénate para trabajar primero y jugar después. Esto le ayudará a minimizar la procrastinación y le permitirá disfrutar de su tiempo social sin sentirse ansioso por quedarse atrás en sus clases.
4. Sea proactivo: Obtenga apoyo pronto, antes de que se produzca una crisis. Todos los campus tienen recursos disponibles para los estudiantes con TDAH para ayudarle a tener éxito. Póngase en contacto con los Servicios de Apoyo al Aprendizaje antes de llegar al campus para averiguar qué documentación de diagnóstico de TDAH requieren y qué servicios ofrecen. Si durante el semestre descubres que tienes dificultades para aprobar tus clases, ponte en contacto con los Servicios de Apoyo al Aprendizaje y con tus profesores lo antes posible para que te ayuden con los problemas de aprendizaje. Una vez que el semestre está llegando a su fin, es muy poco lo que se puede hacer para ayudar. Pero desde el principio hay muchas cosas que se pueden hacer para ayudarte a retomar el camino.
5. Utilice un calendario. Llevar la cuenta de los horarios de las clases, las tareas, los exámenes y las actividades sociales no es fácil ni ocurre de forma automática. Los estudiantes con TDAH suelen tener dificultades para planificar y recordar la fecha de entrega de las tareas y los exámenes. Evite perder fechas y plazos importantes utilizando un calendario. En el programa de cada curso aparecen las fechas y horarios de las clases, las fechas de entrega de las tareas y las fechas de los exámenes. Añada estos eventos a su calendario tan pronto como reciba un nuevo programa de estudios. Un calendario electrónico puede configurarse para que le envíe recordatorios por correo electrónico o mediante ventanas emergentes unos días y horas antes de la fecha de entrega de las tareas y los exámenes.
6. Piense antes de beber. No es ningún secreto que el consumo de alcohol está muy extendido en muchos campus universitarios. Aunque el consumo excesivo de alcohol no es saludable para nadie, las investigaciones muestran que los estudiantes con TDAH experimentan más consecuencias negativas como resultado de su consumo que los estudiantes sin TDAH. La mejor opción es evitar el alcohol por completo. Aléjate de las situaciones que fomentan el consumo excesivo de alcohol y elige no unirte a una fraternidad o hermandad que tenga el consumo de alcohol integrado en su cultura. Si decide beber y se da cuenta de que su consumo de alcohol está perjudicando sus relaciones, sus notas o su salud, pida ayuda poniéndose en contacto con el centro de salud estudiantil del campus.
7. Únase a un club. Con tantos estudiantes en el campus, puede ser difícil encontrar tu nicho. Únete a un club para conocer a gente a la que le gustan las mismas cosas que a ti. En poco tiempo habrás hecho grandes amigos y tendrás una agenda social muy apretada llena de actividades divertidas, la mayoría de las cuales no implican alcohol.
8. ¡Duerme! Encuentre un horario de sueño que funcione para usted y cúmplalo. Todo el mundo necesita dormir, pero puede ser aún más importante para los estudiantes con TDAH. La falta de sueño hace que sea más difícil prestar atención y también puede llevarte a tomar decisiones impulsivas de las que te arrepentirás después. Procure dormir 8 horas y tener un horario constante, aunque esto signifique dormir de 2 a 10 de la mañana todas las mañanas.
9. Utilice su medicación para el TDAH según lo prescrito. Siga tomando su medicación para el TDAH tal y como se la ha recetado su médico. Evite saltarse las dosis y resista la tentación de abusar de su medicación para empollar antes de un examen o pasar toda la noche en vela. No sólo es inseguro utilizar la medicación de otra forma que no sea la prescrita, sino que también alterará tu horario de sueño y dificultará la concentración a largo plazo. Si tu medicación actual no parece ajustarse a tus necesidades como estudiante universitario, habla con tu médico lo antes posible.
10. Llama, envía un mensaje de texto o un correo electrónico a tus padres. Puede que estés viviendo en la universidad y que estés bien encaminado hacia la edad adulta, pero tus padres pueden seguir siendo una gran fuente de apoyo. Estar rodeado de gente nueva y de nuevas expectativas puede desorientar a veces. Una conversación con tus padres sobre cómo te va realmente puede ayudarte a mantener los pies en la tierra. Todo el mundo necesita apoyo moral, y nunca se es demasiado mayor para beneficiarse del amor incondicional que proporcionan los padres. Así que consulta a tus padres con regularidad y, si necesitas ayuda, pídela.
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