La mayoría de los fans están familiarizados con «Silver Springs» como el single de regreso de Fleetwood Mac en 1997 después de que Stevie Nicks y Lindsey Buckingham regresaran para el álbum en vivo The Dance, publicado el 19 de agosto de 1997. Pero tiene una complicada historia de fondo.
Stevie Nicks había escrito originalmente la canción años antes, y esperaba incluirla en el exitoso trabajo de estudio de Fleetwood Mac de 1977, Rumours. Sin embargo, las limitaciones físicas del viejo formato de LP de vinilo acabaron interponiéndose en el camino.
Nicks se enteraría de la noticia de una manera que todavía se le queda grabada.
«Escribí ‘I Don’t Want To Know’ sobre Lindsey y yo», dijo Stevie Nicks en una ocasión a Classic Rock Society, «y no quería ‘I Don’t Want to Know’ en el disco. Yo quería ‘Silver Springs’ en el disco. Lindsey quería ‘I Don’t Want to Know’ en el disco, y la grabó, sin decírmelo. Entré y se grabó, y ‘Silver Springs’ no estaba. No estaba, porque era demasiado larga. La versión que todo el mundo escuchó era de unos cuatro minutos y pico, pero en realidad eran siete minutos. Y eran siete minutos increíbles».
Una versión de estudio editada fue finalmente relegada a la cara b de «Go Your Own Way». Cuando Fleetwood Mac retomó la canción unos 20 años después, la creencia de Stevie Nicks en ella estaba justificada. Ganaron un Grammy a la mejor interpretación pop por la versión en directo del 97.
«Era demasiado larga; ‘I Don’t Want to Know’ era mucho más corta», añade Nicks. «Pero la decisión de quitar ‘Silver Springs’ y poner ‘I Don’t Want to Know’ pasará a la historia como la mayor pregunta, sobre si fue lo correcto o no.»
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