La oliva inferior, que proporciona las fibras trepadoras a las células de Purkinje en la corteza cerebelosa, ha sido implicada en varias funciones, como el aprendizaje y la sincronización de los movimientos, y la comparación de los movimientos previstos con los realizados. Por ejemplo, la actividad de las fibras trepadoras podría transmitir señales de error durante el condicionamiento del parpadeo o la adaptación del reflejo vestíbulo-ocular, o podría transportar señales de órdenes motoras que laten al ritmo del disparo oscilante y sincrónico de conjuntos de neuronas olivares, o ambas cosas. En esta revisión, abordamos la controvertida cuestión de la función olivocerebelosa desde la perspectiva de la organización única del microcircuito de la neuropila olivar. Los glomérulos característicos están formados por un núcleo de largas espinas dendríticas o axonales, cada una de las cuales está inervada tanto por un terminal inhibidor derivado del rombencéfalo como por un terminal excitador derivado de una entrada ascendente o descendente. Las espinas dendríticas, que se originan en dendritas con varicosidades que llevan cuerpos laminares dendríticos, se acoplan mediante uniones en hueco. Al establecer una comparación con un modelo computacional de Segev y Rall, que podría ser aplicable a la espina olivar típica con sus características morfológicas únicas y su entrada combinada excitatoria e inhibitoria, proponemos que el microcircuito de la oliva inferior es capaz de funcionar tanto en el aprendizaje motor como en la sincronización motora, pero no compara directamente los movimientos previstos con los realizados.

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