Esta estación se diferencia del invierno porque se caracteriza por un viento frío, seco y cargado de polvo, y también por grandes fluctuaciones en las temperaturas ambientales del día y la noche. Las temperaturas pueden ser fácilmente de hasta 9 °C (48 °F) durante todo el día, pero a veces por la tarde la temperatura también puede elevarse hasta 30 °C (86 °F), mientras que la humedad relativa cae por debajo del 5%. También puede ser caluroso en algunas regiones, como en el desierto del Sahara.
El aire es particularmente seco y desecante cuando el Harmattan sopla sobre la región. El Harmattan trae consigo condiciones meteorológicas similares a las del desierto: disminuye la humedad, disipa la nubosidad, impide la formación de precipitaciones y a veces crea grandes nubes de polvo que pueden dar lugar a tormentas de polvo o de arena. El viento puede aumentar el riesgo de incendios y causar graves daños a los cultivos. La interacción del Harmattan con los vientos monzónicos puede provocar tornados.
Niebla del HarmattanEditar
En algunos países de África Occidental, la gran cantidad de polvo en el aire puede limitar gravemente la visibilidad y bloquear el sol durante varios días, comparable a una niebla espesa. Este efecto se conoce como bruma Harmattan. Cuesta a las compañías aéreas millones de dólares en vuelos cancelados y desviados cada año. Cuando la bruma es débil, los cielos están despejados. La extrema sequedad del aire puede provocar la muerte de las ramas de los árboles.
SaludEditar
La humedad desciende hasta un 15%, lo que puede provocar hemorragias nasales espontáneas en algunas personas. Otros efectos sobre la salud de los seres humanos pueden incluir afecciones de la piel (sequedad de la piel), labios secos o agrietados, ojos y sistema respiratorio, incluyendo el agravamiento del asma.