Las venas hepáticas transportan la sangre desoxigenada del hígado a la vena cava inferior. También transportan la sangre que ha sido drenada desde el colon, el páncreas, el intestino delgado y el estómago, y limpiada por el hígado.
Estas venas se originan en la vena central del lóbulo hepático, pero no tienen válvulas. Se pueden dividir en venas del grupo inferior y del grupo superior.
Las venas del grupo inferior se originan en las partes inferiores del lóbulo derecho o caudado. Son de menor tamaño que las venas del grupo superior y su número varía de una persona a otra. El grupo superior suele estar formado por tres grandes venas que se originan en la parte posterior del hígado y drenan los lóbulos derecho, medio e izquierdo del hígado.
La sangre desoxigenada de estas venas desemboca en la vena cava inferior. Desde aquí, la sangre se devuelve al corazón, donde tiene lugar el proceso de reoxigenación de la sangre. En ese sentido, el hígado desempeña el papel de órgano filtrador de la sangre que va de vuelta al corazón.
Cualquier impedimento en la salida de la sangre de las venas hepáticas puede dar lugar a una enfermedad grave conocida como síndrome de Budd-Chiari, que puede causar daños en el hígado.