La agencia espacial rusa Roscosmos ha difundido imágenes del fallido lanzamiento del cohete Soyuz que dejó en tierra a un astronauta de la NASA y a un cosmonauta ruso el mes pasado.
Los dos tripulantes se dirigían a la Estación Espacial Internacional cuando el cohete Soyuz de fabricación rusa (la única forma de transportar seres humanos a la ISS en este momento) abortó aproximadamente un minuto y medio después del despegue. Está previsto que hoy se publique un informe oficial en el que se detallen las causas del fallo, pero las autoridades rusas indicaron ayer a las agencias de noticias que el problema fue un sensor de a bordo utilizado para rastrear la separación de los propulsores del cohete.
El Soyuz es un cohete multietapa, lo que significa que utiliza grupos de motores que se disparan uno tras otro para empujar el vehículo fuera de las garras de la gravedad terrestre. Al final del vídeo publicado por Roscosmos se puede ver cómo se desprende la primera de estas etapas de motores:
Normalmente, los cuatro propulsores se desprenden de forma perfectamente simétrica (creando un fenómeno visual que a veces se denomina «Cruz de Korolev», en honor al ingeniero de cohetes soviético Sergei Korolev). Pero aquí se puede ver claramente cómo uno de los propulsores se aferra al cohete, haciéndolo girar.
Los dos miembros de la tripulación a bordo de la Soyuz no sufrieron lesiones por el lanzamiento abortado, pero sí experimentaron fuerzas G extremas (hasta 6,7 veces la gravedad normal de la Tierra) en su inesperado viaje de 31 millas de vuelta a casa. El astronauta de la NASA Nick Hague dijo a los periodistas que la pareja experimentó un breve momento de ingravidez después del fallo, antes de comenzar lo que se conoce en el negocio como un descenso balístico.
«Es como lanzar una pelota en el aire», dijo Hague. «En algún momento la gravedad toma el control y comienza a hacerla descender».
El cohete Soyuz está actualmente en tierra y no está claro cuándo volverá a volar (aunque se sugiere algún momento de diciembre). Y por el momento, hay tres tripulantes a bordo de la ISS. Aunque pueden regresar a la Tierra de forma segura siempre que sea necesario utilizando una cápsula acoplada a la estación, la NASA quiere evitar dejar la ISS sin tripulación durante demasiado tiempo.