El legado del Imperio zarista y de la Unión Soviética es uno de los factores cruciales para comprender y explicar los asuntos actuales en el espacio postsoviético. Esto es especialmente cierto para Ucrania y para las relaciones ruso-ucranianas. Rusia considera a Ucrania como parte de su propia órbita estratégica, mientras que muchos ucranianos quieren liberarse de la hegemonía rusa y abogan por una cooperación más estrecha con la Unión Europea. Esta controversia culminó a finales de 2013, cuando la presión rusa provocó una reorientación de la política ucraniana y un acercamiento a Rusia. En este artículo presento algunas reflexiones sobre el significado de la herencia imperial para la relación ruso-ucraniana. Analizo los diferentes discursos y las narrativas históricas ucranianas y rusas, la política de la historia y las memorias en competencia. La relación ruso-ucraniana se ha caracterizado y se sigue caracterizando por una evidente asimetría, una hegemonía de Rusia sobre Ucrania. Rusia utiliza la Iglesia Ortodoxa y el dominio tradicional de la lengua rusa como instrumentos de su política. No sólo los historiadores rusos, sino también los políticos e incluso el presidente ruso tratan de imponer la narrativa imperial a Ucrania. Cuentan con el apoyo de una parte importante de los ucranianos, que se adhieren al ideal de un mundo eslavo oriental ortodoxo común dirigido por Rusia. Otros historiadores y políticos ucranianos utilizan la lengua ucraniana y la narrativa histórica ucraniana con sus mitos nacionales de libertad y de cercanía de Ucrania a Europa en su lucha contra la hegemonía rusa. La actual «Guerra de los recuerdos» es de especial interés. Ambos bandos usan y abusan de la historia como arma política, y las controversias sobre la herencia de la Rus de Kiev, la interpretación de Mazepa, el Holodomor y la Segunda Guerra Mundial no son sólo cuestiones académicas, sino también políticas. Reflejan la lucha por la orientación geopolítica y cultural de Ucrania, que tiene una importancia crucial para el futuro desarrollo del espacio postsoviético y de Europa del Este.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.