La Semana Mundial de la Lactancia Materna se celebra cada año del 1 al 7 de agosto para fomentar la lactancia materna y mejorar la salud de los bebés en todo el mundo. Conmemora la Declaración de Innocenti firmada en agosto de 1990 por los responsables políticos de los gobiernos, la OMS, el UNICEF y otras organizaciones para proteger, promover y apoyar la lactancia materna.
Este año, la OMS colabora con el UNICEF y sus asociados para promover la importancia de las políticas favorables a la familia que permitan la lactancia materna y ayuden a los padres a nutrir y establecer vínculos con sus hijos en los primeros años de vida, cuando más importa. Esto incluye la promulgación de una licencia de maternidad remunerada de un mínimo de 18 semanas, y una licencia de paternidad remunerada para fomentar la responsabilidad compartida del cuidado de sus hijos en igualdad de condiciones. Las madres también necesitan tener acceso a un lugar de trabajo favorable a los padres que proteja y apoye su capacidad para continuar con la lactancia materna al volver al trabajo, mediante el acceso a descansos para amamantar; un espacio seguro, privado e higiénico para extraer y almacenar la leche materna; y guarderías asequibles.
La lactancia materna promueve una mejor salud tanto para las madres como para los niños. Aumentar la lactancia materna hasta niveles casi universales podría salvar más de 800 000 vidas al año, la mayoría de ellas de niños menores de 6 meses. La lactancia materna disminuye el riesgo de que las madres desarrollen cáncer de mama, cáncer de ovarios, diabetes de tipo 2 y enfermedades cardíacas. Se calcula que el aumento de la lactancia materna podría evitar 20.000 muertes anuales por cáncer de mama.
La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva desde una hora después del nacimiento hasta que el bebé tenga 6 meses. Después deben añadirse alimentos complementarios nutritivos mientras se continúa con la lactancia materna hasta los 2 años o más.
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