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Nadie imaginó que habría que esperar 266 días para iniciar la nueva temporada de la MLB, pero la pandemia de coronavirus interrumpió primero los entrenamientos de primavera en marzo pasado, y luego ha prolongado el período de inactividad hasta bien entrado el verano.
La espera ha sido larga desde que Daniel Hudson ponchó a Michael Brantley y selló la victoria de los Washington Nationals sobre los Houston Astros en la Serie Mundial de 2019.
Por suerte, este 23 de julio vuelve la acción. La voz del play ball comenzará a escucharse día tras día en un calendario atípico de sólo 60 juegos. Ni las huelgas de 1972, la primera en la historia de la MLB, ni la de 1981 ni la de 1994-95, nos habían dejado un programa de juegos tan corto.
A pesar de la emergencia, el 2020 promete muchas emociones beisboleras, sobre todo para los aficionados cubanos, que esperan con ansias el debut del talentoso Luis Robert Moirán, el regreso de Yoennis Céspedes después de casi dos temporadas lesionado o la segunda incursión del Novato del Año 2019, Yordan Álvarez, solo por mencionar tres eventos importantes que estarán en la mira.
Para Cuba, el 2019 ya fue especial. José Abreu tomó un memorable liderazgo en carreras bateadas -solo el segundo para un cubano en la historia de la MLB-, Jorge Soler ganó el primer título de jonrones para un isleño desde el logrado por José Canseco en 1991, y Roennis Elías se coronó en la Serie Mundial con los Nacionales.
Repetir triunfos de esta magnitud sería fabuloso para la armada isleña, que intentará igualar o superar el récord de 30 jonrones alcanzado el año pasado. Hay elementos más que suficientes. Luis Robert, por ejemplo, será uno de los nuevos baluartes cubanos en las Grandes Ligas, y quizás se abra un hueco para la aparición de otros prospectos como Johan Oviedo, José Israel García, Alfredo Rodríguez u Omar Estévez.
También esperan un espacio en el más alto nivel Yadiel Hernández, Andy Ibáñez, Randy Arozarena, este último ya con experiencia en la MLB, así como los prometedores lanzadores Rogelio Armenteros, Cionel Pérez, Michel Báez, Adrián Morejón y Ronald Bolaños.
A todo ello hay que añadir la enorme expectación que despiertan estrellas consagradas como Abreu, Céspedes, Soler, Yoan Moncada, Yuli Gurriel y Aroldis Chapman. En el orden colectivo, los Astros de Houston y los Medias Blancas de Chicago serán los equipos con mayor representación cubana y, por tanto, tendrán la máxima atención de los aficionados de la isla.
Y hay más nombres, una notable lista de jugadores cubanos llenos de sueños, que buscarán materializarse en un escenario sui generis, sin público en las gradas, pero con millones con los ojos puestos en cada una de sus jugadas.
OnCuba propone un acercamiento a algunos de estos jugadores que, casi con seguridad, estarán en el ruedo.
Cada año es una nueva oportunidad para Yandy Díaz, quien ha tenido que luchar como pocos para ganarse un lugar en la MLB. Lejos en el tiempo quedan sus estelares campañas ofensivas en las Menores de 2016 y 2017, que no fueron tenidas en cuenta por los Indios, que tardaron una eternidad en abrirle las puertas de las Grandes Ligas.
Ahora su camino está ligado a los Rays, donde empezó el año pasado en excelente forma, pero una lesión limitó su tiempo de juego a 79 partidos. En 2020, ya en buena forma, se espera lo máximo del cubano, que partirá como titular.
Un seis veces All-Star, Chapman está entre los mejores cerradores de la MLB. La temporada de los Yankees terminó en 2019 con uno de sus lanzamientos, eliminado por un walk-off de José Altuve en la Serie de Campeonato de la Liga Americana. Poco después, los Astros fueron acusados y condenados por robo de señales, siendo Altuve uno de los más señalados por un gesto dudoso tras pegar el jonrón decisivo del cubano.
Eso es una espina para Chapman, que tratará de volver a ser significativo en instancias decisivas, como lo fue en 2016 durante la carrera triunfal de los Cachorros de Chicago. De momento, no comenzará la temporada tras dar positivo por el coronavirus, pero los Yankees esperan tenerlo sano pronto. Con 273 juegos salvados de por vida, el holguinero aspiraba a lograr 300 rescates este año (sólo 30 lanzadores lo han logrado en la historia de la MLB), pero el calendario de cortes le impedirá cumplir esa meta.
Aunque Kansas no debería llegar muy lejos en la carrera por el banderín de la División Central de la Liga Americana, el equipo tendrá muchos ojos puestos en evaluar el desempeño de Soler, quien explotó con 48 jonrones -en 589 entradas- después de varias temporadas inconsistentes (38 jonrones en 1.132 apariciones en el plato en los últimos cinco años).
Soler se convirtió en el primer rey cubano del jonrón desde que José Canseco lo logró en 1991, y lo hizo de manera excepcional. Por ejemplo, 43 de los 48 jonrones del jugador de 27 años llegaron con tres o menos carreras en el marcador. Once de sus jonrones fueron con juegos empatados y 20 cuando su equipo perdió por un margen de menos de tres anotaciones. Números impresionantes. Ojalá pueda mantener la dinámica en este accidentado 2020.
Otro de los talentos en el montículo. Bolaños lanzó de forma constante durante los últimos tres años en las Menores, sobre todo acumulando una carga de trabajo que nunca había recibido en su carrera. El año pasado rompió el hielo y fue promovido a la MLB, aunque tuvo una actuación discreta.
Recientemente fue cambiado de los Padres a los Reales. Esta temporada puede volver a tener otra oportunidad, pero en Kansas (sin muchas aspiraciones precompetitivas) es poco probable que se precipite y manejen su evolución con calma.
El menor de los hermanos Gurriel ha dejado destellos de su calidad en sus primeros años en la MLB, pero sigue luchando contra sus demonios: las lesiones. Durante las dos temporadas anteriores ha perdido bastante tiempo de juego debido a diversos dolores y molestias, y eso ha limitado sus posibilidades de brillar. Sin embargo, nadie puede negar que mientras ha estado en el campo su rendimiento ha sido positivo, como lo demuestra el hecho de que en 2019, por ejemplo, el 47,1% de sus hits fueron extrabases.
Después de ser probado en la intermedia y en el shortstop durante su primera temporada, Toronto decidió mover al cubano al outfield en 2019. En el campo izquierdo, parece tener un lugar reservado para asentarse, sobre todo si se mantiene sano. De momento, se proyecta como titular en los campos con Teoscar Hernández y Randal Grishuck.
Dos veces All-Star (2015 y 2019), Grandal es una de las incorporaciones más importantes para los Medias Blancas en sus aspiraciones de dar el salto ganador tras unas temporadas de ostracismo. Junto a James McCann, formará una de las mejores receptorías de la MLB, lo que da muchas garantías al equipo.
El cubano es un experto en enmarcar lanzamientos, tiene un bate potente y experiencia en postemporadas y Series Mundiales. El año pasado tuvo sus mejores números en extrabases (56), jonrones (28), anotadas (79), RBI (77), caminatas (109) y OBP (.380). Lleva cuatro temporadas consecutivas con al menos 22 jonrones.
Abreu, el mejor bateador cubano de la MLB, comienza su séptima temporada como uno de los principales líderes en la casa club de los Medias Blancas, que lo firmaron de nuevo por tres años más en noviembre pasado. El cienfueguero está plenamente comprometido con el proyecto del equipo del sur de Chicago, que ahora tiene opciones reales de ganar.
Su calidad es incuestionable. En 2019 fue el líder en carreras impulsadas de la Liga Americana y superó por quinta vez el centenar de remolques en un curso. Además, logró su cuarta temporada con más de 30 jonrones y ya lleva 179. De no haberse reducido la campaña 2020, seguramente se convertiría en el sexto cubano con 200 jonrones en la MLB.
Diversos medios consideran que Moncada podría meterse en la carrera por el MVP de la Liga Americana tras su sólida actuación en 2019. El sureño dejó la línea de .315/.367/.548, obtuvo sus mejores totales de jits (161), dobles (34), jonrones (25), RBI (79) y anotadas (83), y su tasa de ponchados disminuyó considerablemente, uno de los aspectos que más lo golpearon (lideró las mayores en ponchados en 2018 con 217).
Moncada se incorporó tarde a los entrenamientos de verano de los Medias Blancas tras ser diagnosticado con COVID-19, por lo que aún no se sabe si llegará en plenas facultades al inicio de la contienda. En cualquier caso, si está en forma, será el tercer base titular de Chicago y uno de los pilares fundamentales.
«La Pantera» firmó hace tres años con los White Sox. Conscientes del diamante en bruto que tenían en sus manos, la gerencia de Chicago ha gestionado sin prisas el desarrollo del jardinero cubano, que finalmente debutará en la MLB este 2020 en medio de enormes expectativas.
Robert es el tercero en la lista de prospectos más relevantes de MLB Pipeline y el segundo en el ranking de Baseball America. En 2019 la rompió en las Menores, con números de otra galaxia: .328/.376/.624, 32 jonrones, 31 dobles, 11 triples, 92 remolques, 108 carreras impulsadas, 36 bases robadas, 165 jits. Con estas credenciales, lo más recomendable es sentarse a esperar el surgimiento de una nueva estrella.
Tras un año de intenso trabajo con los Yankees, Cortés fue transferido a Seattle, donde debería volver a tener una notable carga de entradas. Considerando la poca confiabilidad del pitcheo inicial de los Marineros, es muy probable que el cubano sea llamado en repetidas ocasiones desde el bullpen para dirigir los juegos de cierre de los cerradores.
Cortés, aunque tiene poco tiempo de servicio en las mayores, lanzó consistentemente entre 2013 y 2018 en los niveles inferiores de los Yankees. Con 440 capítulos de labor y 108 salidas en ese lapso -más de la mitad en el rol de abridor- el zurdo ha demostrado la capacidad de devorar innings.
El villaclareño ha aparecido en 389 juegos desde que debutó en las mayores hace cuatro años. De esos choques, 26 han sido en la inicial, 27 en la intermedia, 61 en la tercera, siete en el outfield y 274 en el shortstop. Su versatilidad no es pura verborrea, ya que no ha cometido errores en sus apariciones en primera, segunda y outfield, mientras que en tercera base suma tres pifias en más de 100 lances.
Su capacidad para moverse en diferentes posiciones le hace un hueco en los Astros de Dusty Baker, que tendrá un comodín ideal en el cubano. Aledmys ha demostrado una gran seriedad, constancia y profesionalidad, por lo que ha sido muy valorado, más allá de su rendimiento. Sin embargo, los números también lo respaldan. En cuatro temporadas tiene 180 remolques, 193 carreras anotadas, 51 jonrones y una línea de .275/.330/.459.
Sus detractores siempre tienen los colmillos afilados para lincharle, sobre todo tras confirmarse el robo de la firma de los Astros de Houston. Sin embargo, Yulieski Gurriel ha demostrado su tremenda calidad tras dar el salto a la MLB al final de su carrera.
Apenas tres temporadas después de empezar a jugar en la primera base sin experiencia previa en la posición, Yuli fue nominado entre los finalistas al Guante de Oro en 2019, al tiempo que logró sus mejores números ofensivos (31 jonrones, 104 carreras impulsadas) desde que llegó a Estados Unidos. Entrará en la última temporada de su contrato con los Astros y será agente libre al final de la misma, pero ha expresado su intención de permanecer en la organización.
El gigante de Las Tunas es, junto a Luis Robert Moirán, el mayor proyecto de estrella cubana en la MLB. Debutó en las mayores la pasada temporada (27 jonrones y 78 carreras impulsadas en 87 partidos) y ganó el premio al Novato del Año de la Liga Americana, pero su bate llevaba sonando en las categorías inferiores de los Astros desde 2017, su primera temporada completa en Estados Unidos desde que firmó en junio de 2016 con los Dodgers. Precisamente en Los Ángeles aún deben estar lamentando el canje en el que cedieron al portentoso slugger a cambio de Josh Fields, apenas 46 días después de firmarlo.
Álvarez tiene poder natural y ha demostrado una impresionante capacidad para golpear la pelota en todas las direcciones, aunque tendrá que adaptarse a los ajustes que hacen los rivales al enfrentarlo. Es poco probable que comience la temporada, ya que fue colocado en la lista de incapacitados el 12 de julio por razones desconocidas, pero en cuanto se recupere debería regresar como un activo ofensivo importante para los Astros.
Armenteros entró a la MLB por la puerta grande, ya que en su primera salida logró salvar, algo que ningún lanzador de Houston había logrado en su juego de debut desde 1969. El chico se labró su camino a las Mayores con cuatro duros años de trabajo (aceptable ratio de strikeout-to-walk, 3,45 ERA y 35 victorias) en las categorías inferiores de los Astros, lanzando principalmente como titular.
El lanzador fue operado el pasado mes de marzo para extraerle fragmentos de hueso del codo de su brazo de lanzar, lo que le ha obligado a someterse a un periodo de rehabilitación que ya está en la recta final. Si regresa totalmente recuperado y logra ponerse en forma, podría encontrar un lugar en el staff de los Astros.
Dos viajes a las mayores y un trabajo constante en las menores han ido consolidando al zurdo matancero en el béisbol estadounidense. Cionel ha mostrado sus hechuras en 58 salidas (40 salidas) en los diferentes niveles inferiores, en los que tiene 16 victorias, 230 ponches (en 222 entradas) y 3,65 ERA.
Actualmente está en la lista de incapacitados y no iniciará la temporada, pero hay opciones de que sea solicitado en algún momento, teniendo en cuenta la escasa profundidad del pitcheo zurdo de los Astros. La escuadra iniciará la campaña sólo con Framber Valdez como único hombre con la llamada mano equivocada, por lo que Cionel podría ser más adelante una alternativa.
De físico imponente, José Adolis busca un puesto en los Rangers para la temporada 2020, luego de pasar tres años entre AA y AAA con los Cardenales. En ese lapso, mostró poder (69 jonrones y 45,4% de extrabases), pero su tasa de ponchados ha crecido progresivamente y eso puede ser peligroso en sus aspiraciones de mantenerse en las mayores.
En Texas, por el momento, lo tienen como jugador de reemplazo, tanto para jugar en el outfield y aprovechar su poderoso brazo, como para la posición de designado.
Hace apenas unos días, mostró su foto en redes sociales con el anillo de la Serie Mundial que ganó el año pasado con los Nacionales. Aunque casi no tuvo protagonismo en la carrera por el título debido a una lesión, este año debe ser importante. Sin embargo, el guantanamero no iniciará la temporada, ya que fue colocado en la lista de incapacitados -sin aclarar las razones- el 13 de julio.
Elías comenzó su carrera con los Marineros de Seattle hace seis años, cuando cumplía el rol de abridor. En sus dos primeras temporadas hizo al menos 20 salidas, pero eventualmente fue reubicado como relevista y en 2019 -mientras estaba en Seattle- salvó 14 juegos con cuatro victorias en 44 salidas. Con Washington no ha tenido protagonismo debido a las lesiones, pero cuando esté en forma será una pieza clave en el bullpen de los campeones.
«La Potencia» está de vuelta. Después de perder 205 partidos en las dos temporadas anteriores por diversas lesiones, Céspedes vuelve a erigirse como un bate importante para los Mets, que han sufrido mucho su ausencia. Por ahora, se desconoce si el cubano regresará con el mismo ímpetu ofensivo de sus primeras cinco temporadas, en las que conectó 137 jonrones e impulsó 453 carreras.
Desde el campamento de entrenamiento de los Mets este verano, muchos han quedado impresionados con los golpes de bateo de Céspedes en los entrenamientos y su recorrido por las bases, detalles que invitan al optimismo. Si se mantiene en forma, el jugador de Granma estará en los campos, pero sin prisas. Afortunadamente, en la Liga Nacional habrá un bateador designado, y en esa posición puede sumar turnos al bate.
Es uno de los shortstops veteranos más reconocidos en la MLB por su seguridad defensiva, aunque nunca ha ganado un Guante de Oro. Ha tenido algunos problemas de espalda durante los entrenamientos con los Orioles, pero desde el inicio de la temporada estará en el shortstop de un equipo con notables carencias.
Iglesias lleva seis temporadas consecutivas con más de 100 jits y el último año con los Reds dejó sus mejores números de anotación (62), RBI (59) y jonrones (11), y registró su cuarta temporada seguida con al menos 30 extrabases.
El pasado fin de semana, Yonder Alonso fue incluido en el roster 40 de Atlanta, con lo que se garantiza su permanencia en las mayores al inicio de la temporada 2020. Los Braves tienen muchos argumentos que respaldan esa decisión, comenzando por las dudas respecto al buen estado de forma de Freddie Freeman, quien estuvo alejado de los campos por un tiempo tras enfermar de COVID-19.
Freeman es una de las estrellas de Atlanta y ha dicho que estará disponible desde el inicio, pero tener a Alonso es una red de seguridad para los Braves, que además pueden utilizar al cubano como bateador designado ahora que esa posición en la Liga ha sido habilitada. Nacional. Yonder tiene diez años de experiencia en las mayores, con 100 jonrones y una línea de .259/.332/.404.
El veterano santiaguero sigue en carrera y en 2020 volverá a los Braves. Nadie duda de su espectacular capacidad con el guante, sobre todo en el campocorto, donde es un auténtico maestro. Pero también en la intermedia y en la tercera ha mostrado mucha seguridad, con sólo tres errores en más de 500 entradas ocupando esas posiciones.
En Atlanta será el principal respaldo defensivo de un infield que cuenta con Ozzie Albies, Dansby Swanson y Austin Riley como titulares.
No ha podido explotar con su bate en las mayores, pero ha ido ganando espacio por sus condiciones defensivas. Es un jardinero rápido y de amplia cobertura, con un poderoso brazo, combinación que le permite ser apreciado como un eficiente guardabosques.
Con los Piratas de Pittsburgh, puede comenzar la temporada 2020 en la alineación titular, considerando que Gregory Polanco, el derecho titular del equipo, se ha ausentado de los entrenamientos tras dar positivo por el coronavirus. Heredia no aspira al rol de superestrella, pero se mantiene en su firme lucha por conservar un puesto en las mayores, algo que no es poca cosa hoy en día.
Sus 92 juegos salvados en las últimas tres temporadas confirman que estamos ante un efectivo cerrador, rol que Iglesias ha ocupado desde su paso por la selección cubana. Al llegar a Estados Unidos pretendían utilizarlo como abridor y el experimento no salió del todo mal, pero a la larga en Cincinnati se dieron cuenta de que podían aprovechar mejor la explosividad del pinareño en el trabajo de una sola entrada.
Raisel ha cumplido con las expectativas, y particularmente en 2019 tuvo el mejor promedio de ponches de su carrera (12,0 por cada nueve entradas) y disminuyó su promedio de bases por bolas (2,8, el más bajo desde que es titular en 2015). Sin embargo, su índice de jonrones se disparó a 1,6 (el peor de su carrera y demasiado alto para un cerrador), desperdició varios salvados y perdió 12 juegos, lo que indica que debe ser más consistente. Ese es su reto en 2020.
En un escenario normal y tradicional, Rangel Ravelo probablemente no tendría cabida en San Luis, pero la ampliación de los rosters y la novedad del bateador designado en la Liga Nacional le hicieron un espacio en las mayores. El cubano puede defender la primera base cuando los Cardenales decidan darle un refresco a Paul Goldschmidt como DH o, en efecto, ocupar él mismo el puesto de designado.
Ravelo es un baluarte activo por su poder ofensivo, formado tras años y años de trabajo en las Menores y en los circuitos profesionales de República Dominicana y Venezuela, donde ha hecho carrera con los Cardenales de Lara. En 2019 debutó en las Mayores y no pasó desapercibido, al pegar el segundo jonrón más largo (487 pies) de la temporada (contra Tim Melville, de Colorado, en el Coors Field), solo superado por el tiro de 505 pies de Nomar Mazara. El batazo de Ravelo fue el jonrón más largo de un cubano en 2019.
Los Padres tienen al zurdo cubano como uno de los candidatos para los últimos puestos de su rotación, pero lo más probable es que termine en el bullpen. Ha impresionado en los entrenamientos de verano, lo que le sitúa en una buena posición para formar parte de uno de los cuerpos de lanzadores más prometedores de la MLB.
Morejón es una de las joyas de las granjas de los Padres (sexto en la lista de mejores prospectos de la organización), donde le han ido formando poco a poco. En tres años en las Menores, tiene 176 strikeouts en 164,1 entradas, y ha mostrado la progresión necesaria para ascender en el sistema del equipo.
Este gigante de 2,03 metros de altura lanza humos cercanos a las 100 millas de recta y es uno de los brazos más potentes del pitcheo cubano en el béisbol estadounidense. Báez lleva tres años en la organización de los Padres, donde fue utilizado como abridor en primera instancia, hasta que fue transferido al bullpen en 2019.
Actualmente es el prospecto número siete de la franquicia y podría volver a tener un rol protagónico en las mayores, como sucedió la temporada pasada.
Es otro de los talentos del pitcheo cubano que ha encontrado su lugar como lanzador de relevo. Su carrera en Estados Unidos comenzó en 2015 como abridor, pero luego de dos años no muy convincentes, pasó al bullpen y allí se destacó definitivamente. Sus temporadas de 2017 y 2018 lo consolidaron como un relevista dominante en las Menores y eso le abrió las puertas de las Grandes Ligas.
López es un portento físico (6’3) que ya tuvo una importante carga de trabajo en 2019 con 70 salidas, en las que registró un WHIP de 1,137 y 21 holds, apoyado principalmente en la efectividad de su slider. Su FIP de 5,03 y 1,6 home runs por cada nueve entradas no fueron los mejores, por lo que tendrá que centrarse en explotar al máximo sus cualidades y mejorar su combinación de lanzamientos. Oportunidades no le faltarán en Arizona.
Autores
Aliet Arzola Lima,aliet