Todos sabemos desde séptimo grado de biología que la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo… y que es nuestra mejor defensa contra el mundo exterior. Pero, ¿quién iba a saber que los productos que utilizamos para mantener nuestro cutis en plena forma podrían estar causando estragos en algo llamado barrera cutánea?
¿Qué es, exactamente? La barrera cutánea, o la función de barrera de la piel, es esencialmente la capa más externa de las células de la piel (el estrato córneo, si se quiere) más la matriz lipídica (compuesta por ceramidas, colesteroles y ácidos grasos) que mantiene unidas esas células. Puedes pensar en la barrera cutánea como en un muro de ladrillos: Las células son los ladrillos y la matriz lipídica es la argamasa. En conjunto, funciona como una barrera protectora crucial frente a los irritantes ambientales y los microbios dañinos, pero también es muy permeable y delicada.
¿Y qué hace? Básicamente, la barrera cutánea es responsable de mantener la hidratación, la suavidad y la firmeza de la piel. También mantiene fuera los productos químicos potencialmente dañinos y los irritantes.
Entonces, ¿qué importancia tiene realmente? En realidad, es muy importante. Según el dermatólogo Dr. Peter M. Elias (que acuñó la frase), de todas las funciones protectoras de la piel, «la más crítica es la barrera de permeabilidad», porque frena el proceso de «pérdida de agua por evaporación transcutánea». Léase: evita que nos marchitemos como pasas.
¿Cómo sé si la mía está dañada? Si alguna vez has notado que tu piel se ha inflamado, se ha vuelto escamosa, sensible o seca aparentemente de la nada, es posible que tengas una barrera cutánea comprometida. Incluso puede aparecer acné o una erupción. ¿Y los posibles culpables? Los productos para el cuidado de la piel con ingredientes demasiado fuertes, la exfoliación excesiva y los ambientes extremos (como el frío o el viento), por nombrar algunos.
Uf. ¿Cómo puedo solucionarlo? Para empezar, hable con su dermatólogo, especialmente si se trata de una erupción. Puede ayudarte a identificar el problema subyacente (y cómo tratarlo). Y para mantener una barrera cutánea sana, deberías reducir los productos perjudiciales como los ácidos, los exfoliantes o los limpiadores que eliminan la grasa. En su lugar, opta por cremas hidratantes, aceites faciales e ingredientes calmantes (como la hierba de tigre) que fortalecerán y curarán tu cutis.