La rosácea es una afección cutánea crónica y progresiva que se caracteriza por episodios de remisión y exacerbaciones de sus numerosos síntomas cutáneos, entre los que se incluyen rubor, eritema facial, telangiectasia, edema, pápulas, pústulas, lesiones oculares y rinofima.1 Aproximadamente 16 millones de individuos en Estados Unidos están afectados por la rosácea.2 La incidencia de la rosácea aumenta con el envejecimiento.2 La rosácea se observa con más frecuencia en las mujeres que en los hombres; sin embargo, los hombres con rosácea suelen presentar cambios cutáneos más desfigurantes que las mujeres.3
Un comité de expertos de la Sociedad Nacional de Rosácea describió los 4 subtipos clínicos de la enfermedad como (1) eritematotelangiectásica, (2) papulopustulosa, (3) timatosa y (4) rosácea ocular.1 La rosácea eritematotelangiectásica incluye rubor y eritema facial central persistente. La rosácea papulopustulosa se caracteriza por un eritema facial central persistente con pápulas transitorias, pústulas o ambas en una distribución facial central; la rosácea papulopustulosa es uno de los subtipos más comunes de rosácea y se parece al acné vulgar, sin comedones. La rosácea timatosa se caracteriza por el engrosamiento de la piel, las nodularidades superficiales irregulares y el agrandamiento. La rosácea ocular se caracteriza por síntomas específicos del ojo, como ojos llorosos o inyectados en sangre, sensación de cuerpo extraño en el ojo, ardor, escozor, sequedad, picor, sensibilidad a la luz o eritema del párpado y periocular.1
El diagnóstico de la rosácea puede ser difícil, ya que se basa en los signos y síntomas clínicos; no existe ninguna prueba de laboratorio confirmatoria.3 Además, la etiología de la rosácea no se conoce del todo; se cree que la afección es un trastorno inflamatorio en el contexto de una respuesta inmunitaria alterada.4
Los elementos causantes de la rosácea incluyen factores genéticos y ambientales, como el calor, la luz solar y el estrés. También se cree que las enfermedades del tracto digestivo, la infestación por los ácaros Demodex, el defecto de la barrera epidérmica y el orzuelo infantil afectan a la respuesta inmunitaria y desencadenan la inflamación que se observa en los pacientes con rosácea.5-7
Varios tipos de ácaros Demodex pueden infestar la piel del huésped, dependiendo de la zona de la piel. La piel humana puede verse afectada por dos especies de ácaros Demodex: Demodex folliculorum y Demodex brevis.5D folliculorum es un parásito que reside en los folículos pilosos y es especialmente frecuente en la rosácea papulopustular. D brevis habita en la parte profunda de la piel.5,8 Dado que las principales fuentes de alimentación de estos ácaros son las células epidérmicas y los componentes del sebo, ocupan zonas ricas en glándulas sebáceas, como la cara (especialmente la nariz, las mejillas, la frente y la barbilla).5
Los signos y síntomas clínicos de la rosácea se producen predominantemente en la cara.9 Se ha demostrado que el impacto de la rosácea en el aspecto físico de los pacientes afecta negativamente a su bienestar emocional, lo que da lugar a comorbilidades psicosociales como trastornos de ansiedad, fobias sociales y depresión.10,11 En una encuesta de la Sociedad Nacional de la Rosácea realizada a más de 400 pacientes con rosácea, el 75% de los encuestados afirmó que su rosácea había disminuido su autoestima, y aproximadamente el 70% afirmó que la rosácea les hacía sentirse avergonzados y frustrados.12 Además, más del 50% de los encuestados afirmaron que se habían sentido privados de placer o felicidad a causa de su rosácea.12 Estos resultados subrayan el grave impacto psicosocial de la rosácea en el bienestar de los pacientes y la necesidad de tratar esta afección dermatológica.
Al igual que otras enfermedades crónicas de la piel con sintomatología variable, la rosácea requiere un tratamiento a largo plazo, y la selección de los fármacos suele basarse en pruebas anecdóticas.7 Las opciones de tratamiento tópico para la rosácea papulopustular incluyen el ácido azelaico, el peróxido de benzoilo, el metronidazol y la sulfacetamida/sulfuro de sodio.7,13 Las intervenciones sistémicas incluyen la tetraciclina y la azitromicina. Una revisión Cochrane de 2011 mostró que solo el metronidazol tópico, el ácido azelaico y la doxiciclina (40 mg) tenían algunas pruebas que apoyaban su eficacia en el tratamiento de pacientes con rosácea de moderada a grave.7
En la práctica, los casos leves de rosácea papulopustulosa suelen tratarse sólo con medicamentos tópicos, mientras que la enfermedad de moderada a grave puede requerir un tratamiento sistémico para lograr la eliminación de las lesiones cutáneas inflamatorias.3,14 Los cambios inflamatorios en la piel suelen responder a las terapias médicas y curarse sin dejar cicatrices. Por el contrario, las telangiectasias y los cambios fimáticos pueden requerir intervenciones con láser o quirúrgicas.3 Se debe aconsejar a todos los pacientes con rosácea que protejan su piel del calor y del frío, y que eviten los factores que desencadenan las exacerbaciones de la enfermedad y causan irritación de la piel.3
Debido a que los antibióticos están siempre disponibles y son eficaces para muchas afecciones de la piel, son susceptibles de ser utilizados en exceso en el ámbito dermatológico.15 El potencial de resistencia a los antibióticos es una preocupación importante para los clínicos que tratan a pacientes con rosácea, así como otras afecciones, incluyendo el acné y las infecciones de la piel.15 Los agentes tópicos para la rosácea ofrecen una alternativa a los antibióticos sistémicos, pero la selección del vehículo puede ser fundamental; la elección de una loción, una crema, un gel o una espuma puede influir en la eficacia de la medicación, así como en la adherencia y la tolerabilidad del paciente al agente terapéutico.4
El coste y las tasas de eficacia de las terapias tópicas y orales para la rosácea varían ampliamente.16 Utilizando datos de ensayos clínicos publicados, los investigadores calcularon el coste asociado al éxito del tratamiento de 6 terapias diferentes para la rosácea. El coste del fármaco se combinó con los costes de las visitas al consultorio para estimar el coste total del tratamiento durante un periodo de 15 semanas. Publicado en 2009, este estudio demostró que el gel de metronidazol al 1% una vez al día era considerablemente menos costoso que las otras 5 alternativas de marca y genéricas.16
El coste del medicamento por el éxito del tratamiento de los regímenes tópicos osciló entre 60,90 dólares (205,40 dólares en total, incluidas las visitas al consultorio) para el gel de metronidazol al 1% y 152,25 dólares (296,75 dólares en total) para la crema de ácido azelaico al 20% dos veces al día.16 La tetraciclina de 250 mg diarios fue el medicamento oral menos caro para el tratamiento de pacientes con rosácea, con 6,30 dólares (150,80 dólares en total) por éxito del tratamiento.16