Aplicaciones
La pirólisis tiene numerosas aplicaciones de interés para la tecnología verde. Es útil para extraer materiales de bienes como los neumáticos de los vehículos, eliminar los contaminantes orgánicos de los suelos y los lodos aceitosos, y crear biocombustible a partir de cultivos y productos de desecho. La pirólisis puede ayudar a descomponer los neumáticos de los vehículos en componentes útiles, reduciendo así la carga medioambiental que supone desechar los neumáticos. Los neumáticos son un componente importante de los vertederos en muchas zonas, y liberan HAP y metales pesados en el aire cuando se queman. Sin embargo, cuando los neumáticos se pirolizan, se descomponen en gas y aceite (utilizables como combustible) y en negro de humo (utilizable como relleno en productos de caucho, incluidos los neumáticos nuevos, y como carbón activado en filtros y pilas de combustible). Además, la pirólisis puede eliminar los contaminantes orgánicos, como las hormonas sintéticas, de los lodos de depuradora (materiales semisólidos que quedan después de tratar las aguas residuales y reducir su contenido en agua) y hacer inertes los metales pesados que quedan en los lodos, lo que permite utilizarlos con seguridad como fertilizantes.
Además, la pirólisis de la biomasa (materiales biológicos como la madera y la caña de azúcar) es muy prometedora para producir fuentes de energía que podrían complementar o sustituir a la energía basada en el petróleo. La pirólisis hace que la celulosa, la hemicelulosa y parte de la lignina de la biomasa se desintegren en moléculas más pequeñas en forma de gas. Al enfriarse, esos gases se condensan al estado líquido y se convierten en bioaceite, mientras que el resto de la masa original (principalmente la lignina restante) queda como biocarbón sólido y gases no condensables.
Sarah E. Boslaugh