Píramo y Tisbe, héroe y heroína de una historia de amor babilónica, en la que sólo podían comunicarse a través de una grieta en la pared entre sus casas; la historia fue relatada por Ovidio en sus Metamorfosis, Libro IV. Aunque sus padres se negaron a consentir su unión, los amantes decidieron finalmente huir juntos y acordaron encontrarse bajo una morera. Tisbe, la primera en llegar, se asustó por el rugido de una leona y emprendió la huida. En su precipitación dejó caer su velo, que la leona hizo pedazos con sus fauces manchadas de sangre de buey. Píramo, creyendo que había sido devorada por la leona, se apuñaló a sí mismo. Cuando Tisbe regresó y encontró a su amante mortalmente herido bajo la morera, puso fin a su propia vida. A partir de ese momento, cuenta la leyenda, el fruto de la morera, que antes era blanco, pasó a ser negro.
La historia fue contada en la Leyenda de las buenas mujeres de Geoffrey Chaucer, y una versión farsesca es representada por los «rudos mecánicos» en El sueño de una noche de verano de William Shakespeare.