En la sociedad actual, de gran movilidad, no es tan raro que la gente se mude a un barrio casi sin hacerse notar. Aun así, ser hospitalario con los recién llegados es una tradición americana consagrada. Tanto si recibe al nuevo hogar del barrio como si es usted el nuevo hogar del barrio, he aquí algunos consejos para causar una buena primera impresión:
Conociendo a los nuevos vecinos
Llamar a los nuevos vecinos es uno de esos raros casos en los que pasarse sin avisar es de buena educación. Si ves a tu nuevo vecino en su jardín, acércate a él y dile «hola» o llama a su puerta y preséntate. Puede que te inviten a entrar, o no si no están preparados para la «compañía», pero en cualquier caso haz una visita breve. El objetivo es sencillo: Darles la bienvenida e intercambiar nombres y quizás números de teléfono. Si se da cuenta de la existencia de los recién llegados semanas o incluso meses después de que se hayan mudado, puede llamar a la puerta y presentarse; no hay plazo de prescripción.
Regalos de bienvenida y ofertas de ayuda
Un regalo de bienvenida al barrio alegrará el día del recién llegado y le facilitará la tarea de instalarse. Por lo general, los regalos son hogareños y económicos: un plato de galletas, un ramo de flores de jardín, una pila de (nuevos) menús de comida local para llevar o una guía telefónica adicional.
Los ofrecimientos de ayuda requieren sensibilidad hacia las necesidades reales del nuevo vecino. En la mayoría de los casos, usted es un extraño para sus nuevos vecinos, y algunos pueden no sentirse cómodos aceptando su bien intencionada oferta de ayuda. Si hace una oferta, diga cuándo estará disponible y qué puede hacer. Haz saber a los nuevos vecinos que estarás encantado de responder a sus preguntas y darles indicaciones. Siempre es útil la información sobre escuelas, lugares de culto, servicios municipales, restaurantes, tiendas de comestibles, buenos lugares para comprar y proveedores de servicios fiables.
Lo que no ayuda
No es útil abusar del tiempo de su nuevo vecino, cotillear sobre otros vecinos o hablar mal del vecindario.