Nada hace que su corazón se acelere más que un paciente que se presenta con las palabras: ¡Doctor, me ha salpicado algo en los ojos! Dependiendo de la sustancia, una lesión química ocular puede representar una emergencia que amenace la vista. Como clínico, debe reconocer los productos que pueden causar daños en los ojos y actuar rápidamente para minimizar el dolor y prevenir complicaciones graves.

Fuentes de lesiones químicas
Las lesiones químicas suelen dividirse en dos categorías: las causadas por ácidos y las causadas por álcalis (bases).

Las sustancias ácidas se unen a las proteínas corneales y conjuntivales y coagulan el epitelio superficial. Esto crea una barrera para la penetración posterior, por lo que las quemaduras por ácido suelen limitarse a los tejidos superficiales. Entre las fuentes habituales de quemaduras por ácido se encuentran los limpiadores de inodoros, las baterías de coche antiguas y los aditivos para piscinas (ácido muriático). Los ácidos más débiles se encuentran en los alimentos, como el vinagre o el zumo de limón concentrado.

Los agentes alcalinos pueden provocar quemaduras mucho más graves. Estas sustancias saponifican los componentes grasos de la córnea, destruyendo así la estructura celular. En efecto, los álcalis fuertes funden el epitelio y el estroma corneal y pueden seguir penetrando en los tejidos oculares, incluso después del traumatismo inicial. Las quemaduras alcalinas son más frecuentes que las ácidas. Las fuentes más comunes son los detergentes y limpiadores domésticos, el amoníaco, la lejía, los cloradores de piscinas y la cal (óxido de calcio, un componente del cemento).

En general, clasificamos los ácidos como sustancias que tienen un pH de 6,0 o inferior y los álcalis como aquellos que tienen un pH de 8,0 o superior. Sin embargo, muchas otras sustancias no entran en la categoría de ácidas o alcalinas, pero pueden causar lesiones oculares. El alcohol es una de estas sustancias.

Dependiendo de la concentración, el alcohol puede causar una queratitis importante (aunque autolimitada) con una inflamación asociada de las estructuras de la superficie ocular. El alcohol isopropílico, el metanol y el etanol pueden inducir este tipo de lesión ocular. Esto significa que todo, desde la laca hasta el vodka, es un irritante ocular potencial. La gravedad de la quemadura depende de la concentración del líquido y de si hay otros aditivos potencialmente tóxicos.

Un ojo que sufrió una quemadura química por alcohol.
Foto cortesía: Lori Vollmer, O.D.

Otro grupo de sustancias químicas que pueden causar lesiones oculares son los productos derivados del petróleo. La gasolina es probablemente el irritante más común en esta categoría. Otros agentes igualmente ofensivos son el queroseno, el líquido para encendedores, el disolvente de pintura y los insecticidas. Estos agentes no son solubles en agua, por lo que la escala de pH no les afecta. Sin embargo, todos ellos pueden inducir un desbridamiento epitelial dependiendo de las cantidades y la concentración.

Los irritantes orgánicos, como la salsa de pimienta picante o el spray de pimienta, también son culpables potenciales de lesiones oculares. Los irritantes de estos productos, denominados capsaicinoides, proceden de la placenta de los pimientos, un tejido blanco del interior del fruto que envuelve las semillas. La oleorresina de pimiento es el derivado destilado y concentrado de las placentas de los pimientos; es el principal ingrediente del spray de pimienta, que se utiliza para la aplicación de la ley y la defensa personal. Se sabe que el aerosol de pimienta provoca un dolor importante y lagrimeo con las consiguientes erosiones epiteliales y se ha relacionado con posibles daños neurotrópicos.1,2

Siente la quemadura
Es fácil ponerse nervioso ante una lesión química. El paciente suele tener un dolor intenso, la presentación puede ser dramática y el tiempo corre en su contra. Pero el clínico que tiene éxito recuerda aplicar las medidas diagnósticas y terapéuticas adecuadas en el orden correcto:

Irrigar el ojo. Hágalo independientemente del tipo de producto químico o de la duración de la exposición. Si el paciente llama a la consulta, indíquele que se lave los ojos con agua (a través de una ducha, fuente de agua, manguera de jardín, etc.) durante al menos 20 minutos antes de acudir a la consulta. Si no llama primero, enjuague sus ojos inmediatamente con agua o solución salina al presentarse. Esta es una cuestión crítica, ya que la irrigación abundante ayuda a neutralizar la lesión y a prevenir un mayor daño a los tejidos oculares.

Obtenga un historial. Tras (o durante) el proceso de irrigación, obtenga una historia detallada sobre la naturaleza de la lesión y, si es posible, sobre la sustancia agresora. Si es de naturaleza ácida o alcalina (o si el paciente no está seguro de la sustancia), pruebe la conjuntiva con papel tornasol y continúe irrigando hasta que el pH sea neutro (es decir, entre 6,0 y 8,0).

Recuerde siempre obtener una historia ocular y sistémica lo más detallada posible una vez que la situación se haya estabilizado. Esto es importante, ya que no desea prescribir medicamentos contraindicados, o pasar por alto los trastornos oculares potencialmente confusos (por ejemplo, cataratas, glaucoma, etc.).

Barrer la superficie del párpado y los fornices. Una vez que haya evaluado el daño con la biomicroscopía, barrer la superficie del párpado y los fornices de cualquier partícula utilizando un aplicador con punta de algodón humedecido con solución antibiótica. Esto es particularmente importante si la lesión involucró cemento o limpiador de drenaje porque estos representan acumulaciones de depósito de material alcalino, que continuará degradando los tejidos oculares. Además, desbride cualquier tejido corneal o conjuntival necrótico de la superficie ocular. Esto minimiza la respuesta antigénica y ayuda a la reepitelización inicial en virtud de una membrana basal lisa y uniforme.

Prescribir agentes apropiados. Instilar un ciclopléjico fuerte, como escopolamina al 0,25% o atropina al 1%, para mejorar la inflamación secundaria.

Los corticosteroides tópicos, como el acetato de prednisolona al 1% q2-4h, pueden ser extremadamente beneficiosos en los primeros días después del traumatismo.3 Sin embargo, los esteroides deben utilizarse con criterio, ya que su uso prolongado (es decir, >10 días) puede inducir la ruptura del colágeno y la fusión de la córnea.4

Los antibióticos profilácticos son esenciales en los casos de queratitis química. Las fluoroquinolonas tópicas (por ejemplo, moxifloxacina, gatifloxacina) o los aminoglucósidos (por ejemplo, tobramicina) q.i.d. son opciones aceptables.

Si el dolor es considerable, como suele ocurrir con las lesiones químicas, la adición de antiinflamatorios tópicos no esteroideos (p. ej., ketorolac trometamina al 0,4% c.i.d.) puede ser beneficiosa.5 Considerar los analgésicos narcóticos orales sólo para los individuos más sintomáticos.

Los pacientes con lesiones químicas deben ser evaluados diariamente. Aunque la mayoría mejorará con el tiempo, aquellos con quemaduras alcalinas tienen el peor pronóstico y a menudo requieren una intervención quirúrgica. También hay que tener en cuenta que el glaucoma secundario es una complicación tardía común asociada a las quemaduras químicas.

Los doctores Sowka y Kabat son miembros de la alianza de ponentes de Alcons. No tienen intereses financieros en ninguno de los productos mencionados.
1. Zollman TM, Bragg RM, Harrison DA. Clinical effects of oleoresin capsicum (pepper spray) on the human cornea and conjunctiva. Ophthalmology 2000 Dec;107(12):2186-9.
2. Holopainen JM, Moilanen JA, Hack T, Tervo TM. Los portadores tóxicos de los aerosoles de pimienta pueden causar erosión corneal. Toxicol Appl Pharmacol 2003 Feb 1;186(3):155-62.
3. Donshik PC, Berman MB, Dohlman CH. Effect of topical corticosteroids on ulceration in alkali-burned corneas. Arch Ophthalmol 1978 Nov;96(11):2117-20.
4. Brown SI, Weller CA, Vidrich AM. Effect of corticosteroids on corneal collagenase of rabbits. Am J Ophthalmol 1970 Nov;70(5):744-7.
5. Kaiser PK, Pineda R II. A study of topical nonsteroidal anti-inflammatory drops and no pressure patching in the treatment of corneal abrasions. Corneal Abrasion Patching Study Group. Ophthalmology 1997 Aug;104(8):1353-9.

Vol. No: 143:04Edición: 15/4/2006

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.