La receta no es complicada pero es laboriosa porque necesitamos varias preparaciones como el tomate frito casero, la bechamel y la salsa tipo bolognesa de carne picada. Comenzaremos preparando la salsa de carne que aportará el sabor y la alegría a estos canelones y que es la que tarda más en hacerse. El toque de apio es imprescindible, como comprobaréis si os animáis a preparar esta salsa.
En una sartén derretimos la mantequilla, añadimos un poco de aceite de oliva y freímos la cebolla junto a la zanahoria, el apio y en su caso, el pimiento verde todos muy picados. Cuando la cebolla empiece a cambiar de color, añadimos la carne picada y la removemos integrando bien todos los ingredientes. Salpimentamos.
Añadimos el vaso de vino y dejamos que evapore hasta la mitad, incorporando entonces el tomate triturado, las hierbas aromáticas y el caldo de carne y dejando que se cocine a fuego lento durante unos 35 minutos. En ese tiempo apenas hay que remover de cuando en cuando por lo que aprovechamos para preparar una salsa bechamel no muy espesa, dejar la pasta de los canelones en remojo en agua caliente para poder moldearlos y precalentar el horno a 180º.
Sobre un paño de cocina limpio extendemos los canelones ya reblandecidos y los rellenamos con una cucharada de nuestra salsa de carne especial y los vamos colocando en una fuente de horno cuya base habremos cubierto con 3 cucharadas de tomate frito para que no se nos peguen.
Cuando hayamos colocado todos los canelones, los cubrimos con la salsa bechamel y los espolvoreamos con queso parmesano rallado. Yo suelo hacer un dibujo con tomate frito para que me indique dónde está la división de las dos filas de canelones porque después de hornear se hace complicado encontrarla y podemos romperlos al servir. Tras diez minutos horneando con calor arriba y abajo, los gratinamos a 225º durante 4 minutos y los llevamos a la mesa.
Con qué acompañar los canelones de carne picada
Los canelones de carne picada son un excelente plato único aunque pueden acompañarse de una ensalada ligera para aligerar la ración. Una vez preparados son idóneos para conservar en tupper o incluso para congelar, ya que un recalentado en microondas los deja como nuevos.
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