- Tristeza, sensación de vacío, soledad… ¿Quién no se ha sentido solo alguna vez?
- ¿Por qué nos quedamos aislados?
- ¿Por qué nos sentimos solos?
- Contacto Social y Bienestar Emocional:
- ¿Qué puedo hacer si me siento solo?
- 1.Aceptar y no intentar negar o distraer ese sentimiento:
- Analiza la calidad de tus relaciones:
- ¿Qué tenemos que tener en cuenta a la hora de analizar la calidad de nuetras relaciones?
- Reforzar la conexión con nosotros mismos:
- Cultivar nuestras conexiones sociales:
Tristeza, sensación de vacío, soledad… ¿Quién no se ha sentido solo alguna vez?
Literalmente «estar solo» significa estar sin compañía, no obstante cuando hablamos de «sentirnos solos» nos referimos al sentimiento de estar aislados, de incomprensión o desconexión, de sentir que no tenemos a nadie que nos entienda.En este artículo vamos a hablar sobre la sensación de soledad que nos causa tanto malestar y dolor algunas veces.
La soledad del hombre no es más que su miedo a la vida (Eugene O’Neill)
¿Por qué nos quedamos aislados?
Puede ser que sea un aislamiento «físico» real: debido a alguna circunstancia concreta reciente como una separación, o el haber perdido a alguien y estar pasando por el duelo, por un traslado a una nueva ciudad o barrio por ejemplo, o incluso que nos hayamos aislado voluntariamente por desconfianza, o por «autoprotección».También puede ser que sea debido a circunstancias que se han ido desarrollando en el tiempo: descuidar las amistades en pos de un trabajo absorbente, haberme ido desconectando poco a poco de familia y amigos debido a otras prioridades (trabajo, nueva pareja, nacimiento de un hijo, etc.) y al cabo del tiempo verme solo.Existe el caso del aislamiento emocional: puede ser que me encuentre rodeado de familia, con pareja, y tenga amistades, pero aún así me sienta solo. De hecho, el sentirnos solos depende enteramente de la calidad subjetiva de las relaciones. Nos sentimos emocionalmente y / o socialmente desconectados de los que nos rodean. Puede que esto incluso sea debido a dificultades para mostrarnos a los demás y establecer conexiones íntimas, en este caso sería conveniente trabajar para reforzar nuestra asertividad y autoconfianza, y que de esta manera podamos establecer mejores vínculos con los demás.Leí una frase hace poco que decía que vivimos en un mundo hiper-conectado: con internet y redes sociales, pero aún así estamos cada vez más desconectados de los demás. Es verdad: podemos tener miles de contactos en Instagram y Facebook y ni un sólo amigo a quien llamar.
¿Por qué nos sentimos solos?
Hay que tener en cuenta que el ser humano es un animal social. Estamos programados geneticamente para vivir en comunidad, el apego es una necesidad básica y fundamental en nuestra primera infancia de hecho determina nuestro desarrollo emocional posterior. Hay numerosos estudios sobre la Teoría del Apego de Bowbly que demuestran la importancia de un patron de apego seguro en la infancia.Aunque podríamos vivir como ermitaños, o sin contacto con otras personas, no estamos programados para ello. Nuestro instinto de supervivencia nos dice que es peligroso quedarse al margen del grupo: es decir, tus genes te hacen sentir que estás en peligro si te desconectas de los demás, de ahí la sensación de ansiedad ante la soledad según los estudios del recientemente fallecido John Cacioppo, uno de los máximos estudiosos del tema junto a su mujer, Stephanie (Aquí podéis ver una pequeña Ted Talk de Cacioppo sobre el tema. ) Así que genéticamente estar solos mucho tiempo nos causa ansiedad.Sin embargo, vivimos (en la sociedad occidental) en un mundo individualista, egoísta, competitivo, desconectado emocionalmente de los demás. Esto no ayuda, de hecho cada vez hay más gente que sufre y se sente sola en las grandes ciudades. Podemos vivir en un bloque de edificios de muchos apartamentos y no relacionarnos ni hablar con ningún vecino más allá del «buenos días» de rigor.La ansiedad genética que nos genera la soledad hace que estemos «esperando» amenazas, nos estresa fisiológicamente: recordad que el mecanismo fisiológico del miedo no está adaptado al entorno actual, sino al primitivo, y prepara a nuestro cuerpo para una amenaza real (como un depredador) activándolo para que ataque o salga corriendo. Paradógicamente esto provoca pensamientos negativos, estrés y un malestar en entornos sociales que nos lleva a estar más aislados y desconectados: La pescadilla que se muerde la cola.
Contacto Social y Bienestar Emocional:
Hay numerosos estudios que vinculan el bienestar emocional y la sensación subjetiva de felicidad con el contacto social. Por ejemplo en pueblos pequeños cuyas comunidades se encuentran muy unidas, y hay participción vecinal y un sentimiento de comunidad el nivel percibido de bienestar de sus habitantes es significativamente superior al de las grandes ciudades, al margen del nivel adquisitivo. (¿Recordáis el documental «Happy»? si no lo habéis visto os lo recomiendo.) Fijaros que nos referimos a formar parte de una comunidad, a relaciones sociales significativas, no sólo a un contacto con «gente» desconocida, podemos ver y hablar con muchas personas por las características de nuestro trabajo por ejemplo, pero no tener ese vínculo y esa sensación de pertenecer a una comunidad.En las poblaciones más longevas del mundo, las llamadas «Zonas Azules» como la isla de Okinawa en Japón, Loma Linda en California en los Estados Unidos, Vilcabamba en Ecuador, Ikaria en Grecia ó Nicoya en Costa Rica, además de una alimentación basada en productos naturales, y el nivel de actividad física , todas estas zonas comparten la existencia de buenos vínculos sociales entre sus habitantes. Numerosos estudios vinculan la buena calidad de los vínculos sociales con la sensación subjetiva de bienestar en las personas e incluso con la salud y la longevidad.
¿Qué puedo hacer si me siento solo?
1.Aceptar y no intentar negar o distraer ese sentimiento:
En primer lugar es importante escuchar a tus sentimientos de tristeza y soledad, no intentar «distraerte» con ocio pasivo o gratificaciones compulsivas: como redes sociales, series, compras, comida… cosas que traen satisfacción a muy corto plazo pero no aportan realmente valor a tu vida ni son capaces de llenar ese «vacío».Evidentemente la sensación de soledad nos genera sufrimiento, tristeza, pero hemos de aceptar que esto es así y no intentar luchar contra ello o «no sentirlo». A veces nos enfadamos con nosotros mismos por estar tristes y esto genera aún mayor malestar. ¿Os acordáis del artículo sobre las «emociones negativas»? (si no lo habéis leído os invito a hacerlo) Las emociones no son ni buenas ni malas, todas tienen su función adaptativa: escúchalas, te han de ayudar a tomar decisiones, son buenas consejeras.
Analiza la calidad de tus relaciones:
Puede que no te relaciones con nadie, o que te relaciones con mucha gente pero la calidad de las relaciones que tienes no te satisfaga (Te recomiendo este artículo sobre el tema).Mucha gente por ejemplo no se siente conectada ni comprendida por su pareja, pero aún así, en lugar de trabajar para ver si se puede mejorar la conexión y la comunicación o tomar la determinación de dejar la relación en la que no son felices, continúan enganchados en relaciones en las que no se sienten bien, e incluso sufren, y lo hacen por «no estar solos», creyendo que será peor estar sin pareja… y de esta manera estan con alguien pero se sienten muy solos y frustrados: ¿paradógico no?. Recuerda: mejor solo que mal acompañado 😉
¿Qué tenemos que tener en cuenta a la hora de analizar la calidad de nuetras relaciones?
A muchos nos ha pasado alguna vez el conocer a alguien nuevo y «conectar» en seguida, sentir que pertenecemos al mismo mundo y que nos entendemos. De eso se trata:
- Compartir intereses y aficiones.
- Compartir Valores de Vida.
- Enriquecernos mutuamente.
- Tener una visión similar del mundo (suele estar relacionado con nuestros valores)
- La empatía y buena comunicación con esa persona.
- Un indicador fundamental es cómo me siento con esa persona: ¿me siento «yo mismo»? ¿capaz de hablar de cualquier cosa? ¿respetado y escuchado?
Reforzar la conexión con nosotros mismos:
Se suele decir que para estar bien con los demás hemos de estar bien con nosotros mismos. Gran verdad. Comenzar por el autoconocimiento y autocuidado es fundamental.¿Qué podemos hacer para reforzar esa conexión con nosotros mismos?
- Llevar un diario en el que plasmar pensamientos, reflexiones y sentimientos: nos ayuda a conocernos mejor, a organizar nuestras ideas y trabajar nuestro diálogo interno.
- Cuidar nuestra salud: practicar un deporte o actividad física que nos agrade, cuidar nuestra alimentación y fomentar hábitos de vida saludables. (Recordad el artículo de «Mens Sana in corpore Sano» )
- Practicar Mindfuldness: si, siempre lo recomiendo, lo sé. Pero realmente es un hábito saludable que nos aporta muy importantes beneficios, y empezar no supone mucho esfuerzo: con 10 minutos al día puedes empezar a obtener beneficios. Te recomiendo por ejemplo la App Pettit Bambou para empezar a practicarlo.
- Plantéate retos: pueden ser a nivel intelectual o de aprendizaje, a nivel deportivo, o laborales. Desde leer determinados libros, mejorar una habilidad, aprender algo nuevo, programar un viaje… Plantearnos metas personales es muy importante, no es necesario que sean «grandes metas» sino pequeños retos: la energía viene con el movimiento.
He aquí un poco el quid de la cuestión ¿cómo podemos reforzar o crear nuevas conexiones sociales?
- Reconectar con viejas amistades: puede que nos hayamos alejado con el tiempo. El retomar el contacto con viejas amistades y conocidos es un buen paso, romper ese hielo e intentar organizar un encuentro, o simplemente una llamada para saber cómo están y qué es de sus vidas es un gran paso. ¿A quién llamarías?
- Dar un paso más de intimidad en relaciones que ya tengas: puede que haya un compañero de trabajo que te caiga bien, o un vecino simpático, alguien a quien conozcas poco pero que te da «buena vibra»: da un paso más y acércate para intentar crear o estrechar el vínculo, invítale a un café, pregúntale por cosas personales o por sus opiniones, etc. Sobre todo pregunta y escucha, intenta conocer más a esa persona, a lo mejor tienes cerca a un posible buen amigo y no lo sabes.
- Busca voluntariados o grupos de ayuda en actividades que te interesen: puede ser desde ayuda social (por ejemplo participando en el banco de alimentos o en actividades sociales de tu barrio) a un voluntariado específico, actividades políticas, etc. Un voluntariado interesante relacionado con el tema de este artículo es acompañar a personas mayores que estan solas: podemos aprender muchísimas cosas de nuestros ancianos.
- Tener mascotas: Crear un vínculo con un animal nos enriquece emocionalmente, sobre todo perros y gatos: cuidar de ellos, en caso de perros el sacarlos a pasear, etc. Se crea una relación prácticamente familiar con nuestras mascotas. Además favorece el conocer a otra gente que también ame a los animales.
- Clases o talleres en grupo: son un buen lugar para conocer gente con intereses similares. Desde deportes en equipo, clubs de actividades al aire libre como senderismo o escalada, a talleres o clases sobre temas que te interesen, por ejemplo dibujo, escultura, teatro, cocina, música, costura, ajedrez, natación, baile, cine, fotografía… etc. ¿No sabes qué te puede interesar?¡Arriésgate y prueba algo nuevo y desconocido! si no te gusta puedes cambiar e ir probando hasta que encuentres algo que te agrade. No puedes saber cuál es tu plato favorito si no pruebas varios o si comes siempre lo mismo 😉
- Meetups: estos grupos sociales suelen ser buenas oportunidades para conocer gente, no me refiero a grupos de «singles» para ligar, sino aquellos que quedan para hacer actividades en una ciudad como ir a conciertos o a exposiciones, grupos de intercambio de idiomas, para hacer alguna excursión. Dale un vistazo a los grupos de Meetup o grupos de Fb de tu zona.
Espero que este artículo os sea útil para entender mejor nuestro sentimiento de soledad, escucharlo, y tomar determinaciones al respecto para promover cambios en nuestro día a día que nos lleven a sentirnos más conectados con los demás y con nosotros mismos, y a tener relaciones más gratificantes y satisfactorias. Dicen que la soledad es la epidemia del siglo XXI, pero podemos poner en marcha recursos para evitarlo.