Hace unos 9.000 años, una joven murió y fue enterrada en una cueva del centro de Grecia. Los arqueólogos desenterraron sus huesos en la década de 1990, pero aún se desconocen muchos datos sobre la mujer de la época mesolítica: su nombre, su edad exacta, la causa de su muerte. Sin embargo, gracias a una nueva y meticulosa reconstrucción facial, ahora tenemos una idea bastante clara de su aspecto.

Según informa Sarah Gibbens de National Geographic, la reconstrucción se presentó en el Museo de la Acrópolis en enero. La escultura es notablemente parecida a la realidad, revelando distintos detalles de la estructura facial de la mujer: ojos cerrados, una mandíbula fuerte, una frente alta. Los expertos que han trabajado en la reconstrucción calculan que tenía unos 18 años cuando murió. La han bautizado como «Avgi», que significa «amanecer» en griego. Es un nombre apropiado porque Avgi vivió en una época en la que los humanos estaban pasando de ser cazadores-recolectores a sociedades agrarias: el amanecer de la civilización.

Los huesos de Avgi se encontraron en Teopetra, un yacimiento arqueológico que estuvo ocupado desde el Paleolítico Medio hasta el Neolítico, según Megan Gannon de Live Science. Dentro de la cueva en la que Avgi fue depositada, los arqueólogos han encontrado antiguas huellas, cenizas, herramientas de piedra y otros huesos, que abarcan un periodo de unos 45.000 años.

El proyecto para devolver la vida a Avgi fue dirigido por el ortodoncista Manolis Papagrigorakis, que colaboró con un endocrinólogo, un ortopedista, un neurólogo, un patólogo y un radiólogo. Este equipo multidisciplinar de expertos recibió una ayuda vital del arqueólogo sueco Oscar Nilsson, que ha recreado los rostros de individuos de diversos periodos históricos: un hombre vikingo, una niña encontrada en un yacimiento mesolítico de Dinamarca, una víctima de asesinato de la Edad de Bronce.

El cráneo de Avgi era demasiado frágil para manipularlo, por lo que los investigadores comenzaron el proceso de reconstrucción tomando una tomografía computarizada del cráneo y utilizando una impresora 3D para replicar las medidas. Basándose en las observaciones de los expertos médicos, Nilsson utilizó arcilla para esculpir minuciosamente los detalles de la cara de Avgi, prestando atención a los matices de cada músculo.

Para atributos como el pelo, la piel y el color de los ojos, que los huesos antiguos no pueden revelar, Nilsson hizo conjeturas basadas en los rasgos generales de la población. Y cuando llegó el momento de infundir personalidad a Avgi, se tomó algunas libertades artísticas. En la reconstrucción de Nilsson, la adolescente tiene las cejas fruncidas y la boca baja. Parece escéptica y férrea.

«Es necesario conseguir la impresión de que hay algo detrás de los ojos», dice Nilsson a Gannon, «que realmente tiene alma».

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