Casi 300 millones de personas sufren depresión en todo el mundo, convirtiéndose en una de las enfermedades con más incidencia. Y pese a ello, como pasa con todos los otros trastornos relacionados con la mente, cuesta hablar sobre ello.

La salud mental sigue siendo tema tabú en la sociedad, pues todavía nos cuesta entender y aceptar que el cerebro no deja de ser otro órgano del cuerpo y que, por ello, puede enfermar. Nuestra mente es susceptible de padecer diferentes trastornos, del mismo modo que podemos tener problemas intestinales, dermatológicos o musculares.

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Dada su elevada incidencia y la necesidad imperiosa de acabar con el estigma que las rodea, en este artículo hablaremos sobre algunas de las enfermedades mentales más frecuentes de la sociedad.

¿Qué entendemos por enfermedad mental?

Una enfermedad mental es todo aquel trastorno que afecta a la salud mental, es decir, afecciones que alteran el estado de ánimo, el comportamiento y el pensamiento.

Todas las personas sufrimos alguna alteración de nuestra salud mental de vez en cuando, ya sea por un suceso traumático o por pasar por una época complicada. Sin embargo, solo se habla de «enfermedad mental» cuando esta afectación en nuestro cerebro se hace permanente y afecta a la capacidad de la persona para llevar una vida normal.

Dicho de otra manera, «estar triste» no es tener depresión. Igual que «estar nervioso» no es sufrir ansiedad o «tener manías» no es padecer un trastorno obsesivo compulsivo. Todas estas enfermedades son temas serios que requieren de aceptación por parte de la sociedad, pues muchas de ellas son prevenibles y, si no hubiera estigma, se evitarían muchos casos.

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¿Cuáles son los trastornos mentales más frecuentes?

Una vez entendido qué es una enfermedad mental, a continuación presentaremos algunas de las más comunes, detallando tanto sus causas como sus síntomas, así como los tratamientos disponibles.

Depresión

La depresión es una enfermedad mental grave y, además, común. De hecho, más de 300 millones de personas la sufren con una severidad mayor o menor. No tiene nada que ver con «estar triste» durante unos días, pues los sentimientos que experimenta una persona con depresión son mucho más profundos e interfieren en el desempeño de las actividades diarias.

Las causas que llevan a sufrir este trastorno del cerebro son muy complejas, incluyendo la genética de la persona, además de factores biológicos, sociales, económicos, ambientales y psicológicos. Puede aparecer a cualquier edad, siendo las mujeres las principales afectadas.

Los síntomas más frecuentes de la depresión son los siguientes: tristeza y vacío emocional, insomnio (en algunos casos dormir más de lo normal), pérdida de interés por realizar actividades, pérdida de apetito (en algunos casos aumento), dolor de cabeza, cansancio, irritabilidad, sentimientos de culpa, pérdida de esperanza… Pueden llegar incluso ideas de suicidio.

Los tratamientos con medicamentos antidepresivos y/o las terapias psicológicas ayudan a resolver muchos casos de depresión.

Ansiedad

La ansiedad es una enfermedad mental en la que los afectados experimentan preocupaciones y miedos muy intensos ante situaciones diarias, algo que puede derivar en ataques de pánico y que acaba afectando a la vida diaria de la persona.

Las causas no están demasiado claras, aunque se cree que hay personas con mayor tendencia genética a sufrir este trastorno, el cual se despierta ante la vivencia de sucesos traumáticos o al pasar por experiencias dolorosas.

Los síntomas más frecuentes de la ansiedad son los siguientes y se despiertan ante situaciones que no tienen por qué suponer un peligro real: nerviosismo, agitación, tensión, hiperventilación, presión en el pecho, aumento del ritmo cardíaco, temblores, sudoración, problemas gastrointestinales, debilidad, cansancio, etc.

Los tratamientos con medicamentos antidepresivos o algunos específicos para la ansiedad y/o las terapias psicológicas ayudan a resolver muchos casos de ansiedad.

Fobias

Una fobia es una enfermedad mental relacionada con la ansiedad en la que se experimenta un temor muy fuerte e irracional ante algo que no representa ningún (o muy bajo) peligro real para la persona.

Pese a que sus causas no están demasiado claras, existen muchas fobias distintas: a los espacios abiertos, a los insectos, a los espacios cerrados, a las alturas, a volar…

Aquellas personas con fobia evitan exponerse a aquello que les genera miedo, pero cuando deben afrontarse a ello experimentan los siguientes síntomas: pánico, miedo, temor, aumento del ritmo cardíaco, deseo irrefrenable de huir, falta de aire, temblores, sudoración, etc.

Los tratamientos con medicamentos y/o las terapias psicológicas ayudan a resolver muchos casos de fobias.

Trastornos de la alimentación

Los trastornos de la conducta alimentaria son enfermedades mentales graves y deben ser tratadas como tal. Los afectados tienen problemas serios para desarrollar hábitos alimentarios, pudiendo incluso negarse a comer.

Las causas son muy complejas, pues entran en juego factores genéticos, conductuales, sociales (desear tener un cuerpo concreto para agradar), biológicos, psicológicos… Pese a poder aparecer en cualquier momento, son especialmente comunes en mujeres durante la adolescencia.

Los tratamientos con medicamentos antidepresivos y/o las terapias psicológicas ayudan a resolver muchos casos de trastornos alimenticios.

Los dos trastornos más conocidos son la bulimia y la anorexia. Pese a que en ocasiones son confundidos, es importante remarcar las diferencias.

4.1. Bulimia

La bulimia es un trastorno de la conducta alimentaria en el que la persona realiza atracones de comida pero luego vomita. A la larga, esto tiene los siguientes síntomas: dolor de garganta crónico, inflamación de las glándulas salivales, enfermedad por reflujo gastroesofágico, deshidratación grave, desgaste del esmalte dental, desarrollo de caries, desequilibrio electrolítico…

4.2. Anorexia

La anorexia, en cambio, es el trastorno de la conducta alimentaria donde la persona directamente evita comer, pues sigue viéndose con sobrepeso pese a estar peligrosamente delgada. La anorexia provoca los siguientes síntomas: pérdida de peso grave, anemia, baja densidad ósea, debilidad, fatiga, cansancio, infertilidad, baja presión arterial, piel seca, cabello muy fino, daños al corazón… Puede acabar provocando la muerte.

TOC

El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) es una enfermedad mental en la que los afectados tienen una serie de obsesiones irracionales que les hacen llevar a cabo comportamientos compulsivos y repetitivos. Pese a que su gravedad varía, este trastorno puede llegar a afectar a la vida diaria, pues genera mucha angustia a la persona.

La causas siguen sin comprenderse del todo, aunque se sabe que es una mezcla de factores genéticos, sociales, ambientales y biológicos, los cuales se ven acrecentados ante acontecimientos traumáticos en la vida.

Hay muchas formas distintas de TOC: estrés cuando los objetos no están alineados o son perfectamente simétricos, miedo a contaminarse por objetos que hayan tocado los demás, comprobar constantemente si la puerta está cerrada, pensamientos indeseados, etc.

El principal síntoma, además de tener que realizar repetitivamente estas acciones, es la ansiedad y el estrés que genera el no poder evitar la obsesión. Afortunadamente, los tratamientos con medicamentos y la psicoterapia ayudan a reducir el impacto que esta enfermedad tiene en la vida diaria.

Trastorno bipolar

El trastorno bipolar es una enfermedad mental en la que el afectado sufre cambios repentinos en el estado de ánimo, pasando de altos emocionales a bajones anímicos propios de la depresión en distintas fases que pueden durar semanas e incluso meses.

Está causado tanto por factores genéticos como biológicos. Pasar de estar eufórico a ser invadido por la tristeza acaba afectando a la persona, que desarrolla los siguientes síntomas: debilidad, cansancio, insomnio, pérdida de la capacidad de pensar con claridad, problemas en las relaciones personales, etc.

A pesar de que los episodios de bipolaridad seguirán apareciendo con mayor o menor frecuencia, el tratamiento basado en medicamentos y/o psicoterapia es muy útil para reducir el impacto de esta enfermedad en el día a día.

Esquizofrenia

La esquizofrenia es una enfermedad mental grave en la que el afectado llega a oír voces en su cabeza, a ver cosas que no están ahí, a pensar que otras personas quieren hacerle daño, a decir cosas sin sentido, etc, afectando a su vida tanto a nivel personal como profesional.

Las causas no están demasiado claras, pero sí se sabe que suele aparecer entre los 16 y los 30 años. Los síntomas son los siguientes: alucinaciones, delirios, movimientos extraños, hablar solo, decir cosas sin sentido, aislamiento, problemas para prestar atención, dificultad para socializar… A pesar de la falsa creencia, las personas con esquizofrenia no son violentas.

Pese a no existir cura, los tratamientos con medicamentos y/o la psicoterapia reducen mucho los síntomas, permitiendo que, en muchos casos, la persona pueda llevar una vida prácticamente normal.

Alzheimer

El alzheimer es una enfermedad mental y es la principal causa de demencia en el mundo. Está caracterizada por una degeneración progresiva de las neuronas del cerebro, que lentamente van deteriorándose hasta morir.

Las causas no están demasiado claras. Suele afectar a personas mayores de 65 años y provoca una disminución lenta pero continua de la capacidad mental, haciendo que la persona vaya perdiendo las habilidades sociales y aptitudes hasta el punto de no poder vivir de forma independiente.

Con el tiempo, aparece un deterioro grave de la memoria y, ya en etapas avanzadas de la enfermedad, acaba provocando la muerte de la persona debido al daño cerebral.

No existe cura, aunque los medicamentos alivian los síntomas de forma temporal y ralentizan en la medida de lo posible el avance de la enfermedad para que la persona mantenga la independencia el mayor tiempo posible.

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TDAH

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una enfermedad mental que sufren millones de niños en todo el mundo y que, pese a que no es lo común, puede prolongarse a la edad adulta.

Los niños afectados por TDAH suelen tener problemas para mantener la atención y, a menudo, presentan comportamientos impulsivos propios de la hiperactividad. Esto suele derivar en relaciones problemáticas con otros niños, una baja autoestima y un bajo rendimiento escolar.

Pese a que suele resolverse antes de entrar en la edad adulta, algunos efectos persisten. Por ello, es importante tratar el TDAH durante la infancia, ya que, aunque no haya cura, los medicamentos y/o la psicoterapia ayudan mucho a aliviar los síntomas, haciendo que el niño se concentre mejor y no presente tanta hiperactividad.

Trastorno límite de la personalidad

El trastorno límite de la personalidad es una enfermedad mental en la que el afectado experimenta emociones turbulentas e inestables, cosa que se traduce en comportamientos impulsivos y en una dificultad para mantener relaciones sociales.

Los afectados cambian de intereses repentinamente, tienden a ver las situaciones de forma extrema, sus opiniones acerca de las personas cambian sin previo aviso, pasan de la euforia a la tristeza rápidamente, tienen manifestaciones de ira, pueden autolesionarse, no toleran la soledad, pueden tener tendencia a consumir sustancias adictivas, etc.

Los tratamientos con psicoterapia y las terapias de grupo suelen ser útiles. En este caso, los medicamentos no son tan utilizados, aunque pueden ayudar a reducir los altibajos emocionales y a evitar que aparezcan complicaciones.

Referencias bibliográficas

  • Leighton, S., Dogra, N. (2009) «Defining mental health and mental illness». Nursing in child and adolescent mental health.
  • World Health Organization (2003) «Investing in Mental Health». WHO
  • National Collaborating Centre for Mental Health (2011) «Common Mental Health Disorders». The British Psychological Society and The Royal College of Psychiatrists.

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