Cuando el comportamiento de una persona cercana cambia, averiguar la causa subyacente puede parecer desalentador. Sin embargo, un diagnóstico puede marcar la diferencia en la calidad de vida de su ser querido.

Las primeras etapas de la demencia son difíciles de diagnosticar e identificar. A veces, la persona parece completamente normal. Puede funcionar físicamente. Se comunica. Puede cuidar de sí misma. Pero los seres queridos saben lo contrario. No pueden identificar lo que está mal, pero saben que algo no está bien, y la persona no siempre parece ser ella misma.

Cuando se trata de un problema médico desconocido, el mejor remedio es programar una visita al médico. Sin embargo, esto es más fácil de decir que de hacer en el caso de las personas que experimentan una demencia en fase inicial.
Aunque pueden ser conscientes de que tienen problemas de memoria, también pueden tener miedo de averiguar cuál podría ser la causa.

«La demencia en fase inicial provoca confusión y nubla la racionalidad, lo que hace mucho más difícil negociar una visita al médico. Uno de los mayores retos es conseguir que alguien entre por la puerta», afirma la doctora Helena Chang Chui, presidenta y profesora de neurología de la Facultad de Medicina Keck de la USC y experta en la enfermedad de Alzheimer reconocida internacionalmente.

Llamar para pedir una cita(800) USC-CARE (800-872-2273)

Habiendo ayudado a pacientes y a sus familias en esta situación, Chui tiene las siguientes recomendaciones:

  • Mencionar la cita de manera informal, justo antes de visitar al médico en lugar de discutirla por adelantado. «Como la realidad del paciente está alterada, hay que utilizar pequeñas medias verdades», dice Chui. «Puedes decir algo como: ‘Vamos a salir a desayunar y pasamos a hacer nuestras revisiones anuales'».
  • Utiliza otros problemas físicos como excusa. Acudir al médico por un problema de rodilla es diferente a ir por la pérdida de memoria.
  • Enfréntese al tema, cuando sepa que la persona está lúcida. Las personas con demencia temprana entran y salen de la lucidez. En lugar de exacerbar el problema cuando estén confusos, saque el tema con suavidad, cuando tengan un momento de lucidez.
  • Evite discutir. «No puedes discutir con tu ser querido, porque no sabe lo que hace», dice Chui. Por difícil que sea, ser generoso y compasivo tendrá mejores resultados.
  • Programe la cita para «usted mismo» y pida a su ser querido que le acompañe. Dígale que contar con su apoyo sería de gran ayuda. «Les decimos a las familias que a veces hay que ser un poco actor, pero que es por una buena causa», dice Chui.
  • Un cuidador o alguien cercano debería ir a la cita con el paciente. No es el momento de que el paciente vaya solo, ya que podría no ser capaz de informar con exactitud de lo que le ocurre y podría no recordar lo que el médico le recomienda.

Recuerde que la percepción del tiempo y la realidad del paciente son diferentes a las suyas. Pueden pensar que un suceso que ocurrió hace 20 años ocurrió ayer y argumentar el punto no ayudará. «Una persona con pérdida de memoria no siempre está basada en la realidad», dice Chui. Como resultado, los cuidadores deben ser inteligentes en su razonamiento.

Además, hay cosas que un cuidador puede hacer para que la cita vaya bien:

  • Prepare al médico con antelación. Llame con antelación, comente sus preocupaciones y pida que le hagan un examen de memoria. Así evitará tener que hacerlo delante de su ser querido.
  • Lleve un diario. Documente los cambios de personalidad y las diferencias que haya observado en su rutina diaria y en su comunicación. Mantenga también una lista de preguntas que pueda tener.
  • Si necesita el consentimiento, gestione el papeleo en casa. Será más fácil discutirlo con su ser querido en ese momento que cuando esté estresado por estar en el médico.
  • Lleve una lista de los medicamentos actuales. Esto ayudará a descartar cualquier alergia o reacción a los medicamentos.
  • Piense por adelantado en cómo podría reaccionar su ser querido y esté preparado. Lleve distracciones, como bocadillos o un iPad, para evitar que se concentre en estar en la consulta del médico. Si tienden a llorar o a enfadarse cuando están estresados, lleve a alguien con usted que pueda entrar primero y avisarle cuando pueda volver directamente a la consulta del médico.

Vivir con alguien que tiene demencia es una experiencia nueva para todos los implicados, pero con comprensión y paciencia, hay formas de mejorar su calidad de vida, así como la suya.

Por Heidi Tyline King

Durante más de 30 años, los médicos e investigadores de Keck Medicine of USC han realizado importantes contribuciones para comprender la enfermedad de Alzheimer, las lesiones cerebrales vasculares y los problemas de memoria. Si se encuentra en el sur de California, solicite una cita o llame al (800) USC-CARE (800-872-2273).

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