La alelopatía de las plantas está a nuestro alrededor; sin embargo, mucha gente ni siquiera ha oído hablar de este interesante fenómeno. La alelopatía puede tener un efecto adverso en el jardín, lo que resulta en la reducción de la germinación de las semillas y el crecimiento de las plantas. Por otra parte, las plantas alelopáticas también pueden ser consideradas como el propio herbicida de la Madre Naturaleza.
¿Qué es la alelopatía?
La alelopatía es un fenómeno biológico en el que una planta inhibe el crecimiento de otra. ¿Cómo? A través de la liberación de aleloquímicos, ciertas plantas pueden afectar en gran medida el crecimiento de otras plantas, ya sea de manera buena o mala, por lixiviación, descomposición, etc. En esencia, la alelopatía de las plantas se utiliza como medio de supervivencia en la naturaleza, reduciendo la competencia de las plantas cercanas.
Alelopatía de las plantas
Varias partes de las plantas pueden tener estas propiedades alelopáticas, desde el follaje y las flores hasta las raíces, la corteza, el suelo y el mantillo. La mayoría de las plantas alelopáticas almacenan sus sustancias químicas protectoras dentro de sus hojas, especialmente durante el otoño. Cuando las hojas caen al suelo y se descomponen, estas toxinas pueden afectar a las plantas cercanas. Algunas plantas también liberan toxinas a través de sus raíces, que luego son absorbidas por otras plantas y árboles.
Las plantas comunes con propiedades alelopáticas se pueden ver e incluyen:
- Laurel inglés (Prunus laurocerasus)
- Gayuba (Arctostaphylos uva-ursi)
- Sumac (Rhus)
- Rododendron
- Saúco (Sambucus)
- Forsythia
- Vara de oro (Solidago)
- Algunos tipos de helecho
- Perenne centeno
- Festuca alta
- Centucky bluegrass
- Garlic Mustard Weed
Árboles alelopáticos
Los árboles son grandes ejemplos de alelopatía en las plantas. Por ejemplo, muchos árboles utilizan la alelopatía para proteger su espacio utilizando sus raíces para sacar más agua del suelo y que otras plantas no puedan prosperar. Algunos utilizan sus aleloquímicos para inhibir la germinación o impedir el desarrollo de la vida vegetal cercana. La mayoría de los árboles alelopáticos liberan estas sustancias químicas a través de sus hojas, que son tóxicas una vez absorbidas por otras plantas.
El nogal negro es un excelente ejemplo de ello. Además de sus hojas, los nogales negros almacenan propiedades alelopáticas en sus brotes, cáscaras de nuez y raíces. La sustancia química responsable de su toxicidad, llamada Juglone, permanece en el suelo alrededor del árbol y es más potente en la línea de goteo, aunque las raíces pueden extenderse mucho más allá. Las plantas más susceptibles a la toxicidad del nogal negro incluyen las plantas de solanáceas (tomates, pimientos, berenjenas, patatas), las azaleas, los pinos y los abedules.
Otros árboles conocidos por mostrar tendencias alelopáticas son el arce, el pino y el eucalipto.