JEROBOAM (heb. יָרָבְעָם), primer rey del Israel postsolomónico; hijo de Nabat y Zeruah, de la ciudad de Zeredah en Efraín (I Reyes 11:26). Jeroboam reinó durante 22 años (14:20), aproximadamente del 928 al 907 a.C. Se han ofrecido dos explicaciones para el significado de su nombre: «aumentará el número del pueblo»; y «el que lucha en las batallas del pueblo», un nombre apropiado para el hecho de que dirigió la rebelión contra Roboam. Jeroboam, un «poderoso hombre de valor», a quien el rey Salomón puso al frente de la corbeta de Efraín y Manasés para fortificar Jerusalén, «levantó su mano contra el rey» (I Reyes 11:26-28). *Ahija el Silonita apoyó la rebelión de Jeroboam y le prometió gobernar sobre diez tribus, así como sobre los pueblos que favorecían la disociación política de la Casa de David. Los detalles de la rebelión de Jeroboam no se recogen en los Libros de los Reyes, pero parece que tuvo lugar en la segunda mitad del reinado de Salomón. La Septuaginta afirma que Jeroboam consiguió reclutar 300 carros y tuvo su fortaleza en la ciudad de Zeredah (o Zererah). La rebelión fracasó y Jeroboam se vio obligado a huir a Egipto, donde fue protegido por el faraón *Sishak (un relato que también aparece en I Reyes 11:40 del MT). Según la Septuaginta, Sisac también dio en matrimonio a su cuñada a Jeroboam y fue esta unión la que produjo un hijo, Abías.

Cuando murió Salomón, Jeroboam regresó de Egipto y, según algunas fuentes, incluso participó en una reunión popular en Siquem y dirigió, junto con los ancianos de Israel, las negociaciones con Roboam sobre la reducción de impuestos (pero cf. I Reyes 12:20). Cuando Roboam rechazó su petición, los líderes del pueblo -excluyendo a los de Judá y Benjamín- proclamaron su independencia política de la Casa de David, y nombraron rey a Jeroboam. Inmediatamente después de subir al trono, Jeroboam emprendió una serie de movimientos destinados no sólo a contrarrestar los intentos del rey de Judá de reconquistar los territorios tribales del centro y del norte, sino también a ampliar la brecha entre los dos reinos. No hay constancia de las actividades de Jeroboam en la organización administrativa y militar de su nuevo reino. Sólo se sabe que primero fortificó Siquem, aparentemente su capital, pero por razones desconocidas abandonó Siquem y construyó Penuel en Transjordania oriental (I Reyes 12:25), y más tarde posiblemente se dirigió a Tirsa (14:17; cf. 15:21). Las actividades de Jeroboam en materia de rituales se describen negativamente en I Reyes 12:25-33. Hizo dos becerros de oro, colocando uno en Dan, en el norte, y el otro en Bet-El, en el sur. La adoración de becerros no era algo completamente nuevo en el ritual de Israel, sino más bien una reintroducción de una tradición ritualista anterior. Dan y Bet-El eran lugares sagrados de culto antes del establecimiento del reino. El *becerro de oro, que o bien servía de pedestal sobre el que estaba YHWH, o bien representaba realmente a YHWH, fue objeto de oposición por parte del escritor de Éxodo 32. Ese autor compuso la historia del becerro de oro en el desierto (cf. I Reyes 12:28 con Éxodo 32:4) como una polémica contra la restauración cultual de Jeroboam afirmando que sus orígenes estaban en la antigua rebelión contra YHWH (Aberbach y Smolar 1967; Sperling). Hay que observar además que Ahijah, que apoyaba la rebelión, era un profeta de YHWH. Quizás la tradición de Silo no tenía problemas con el uso de becerros en el culto a YHWH.

Las versiones bíblicas de la campaña de Sisac (I Reyes 14:25-28; II Cron. 12:2-12) relatan principalmente lo ocurrido en el reino de Judá, pero los grabados murales del Templo de Karnak en Egipto enumeran las ciudades conquistadas por Sisac e indican que el Israel de Jeroboam fue el que más sufrió en esta guerra. Sisac invadió el territorio meridional del reino de Israel por Gezer y Gabaón, penetró en el fructífero valle de Sucot, desde allí se dirigió a los valles de Bet-Seán y Jezreel, y luego regresó a Egipto por la llanura costera. Posiblemente Shishak pretendía demostrar el poderío de Egipto y restablecer su autoridad sobre Israel, pero la aventura no se tradujo en el dominio egipcio sobre los reinos de Palestina, sino simplemente en el saqueo. Los arqueólogos han descubierto que muchas ciudades del reino de Israel, como Gezer, Beth-Shean, Taanach y Megiddo, fueron destruidas durante esta campaña. *El éxito de Abías en la conquista de los territorios de Jeroboam en la parte sur de las montañas de Efraín (II Crón. 13:3-19) debe entenderse no sólo con el trasfondo de la debilidad de Jeroboam como resultado de la campaña de Sisac, sino también a la luz de la creciente presión sobre Israel en Aram-Damasco en el noreste y por los filisteos en el suroeste. Quizá ya en tiempos de Jeroboam los estados orientales de Transjordania habían logrado recuperar su independencia aprovechando tanto el conflicto interno entre Israel y Judá como la presión externa de arameos y filisteos sobre el reino de Israel.

BIBLIOGRAFÍA:

Bright, Hist, 210-9; Kittel, Gesch, 2 (1922), 387ss.; H.T. Olmstead, History of Palestine and Syria (1931), 150; E. Auerbach, Wüste und gelobtes Land, 2 (1938), 29 ss.; Albright, Arch Rel, 156, 219; Albright, Stone, 228 ss.; Noth, Hist Isr, índice; Ginsberg, en, Fourth World Congress of Jewish Studies, Papers, 1 (1967), 91; EN LA AGADAH: A.A. Halevi, Sha’arei ha-Aggadah (1963), 23ff. ADD. BIBLIOGRAFÍA: M. Aberbach y L. Smolar, en: JQR, 59 (1968), 118-32.; idem, en: JBL, 86 (1967), 129-40; N. Na’aman, en: L. Handy (ed.), The Age of Solomon (1997), 57-80; S.D. Sperling, The Original Torah (1998), 91-102; M. Cogan, I Kings (AB; 2000), 336-83.

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