Iris es un nombre con varias identificaciones. En primer lugar, en la mitología griega, Iris es la personificación del arco iris y la mensajera entre los dioses, así como un vínculo entre los dioses y los mortales. Se conecta con la tierra desde el cielo a través del arco iris que crea regando las nubes con su jarra de agua obtenida del mar. Hija de Thaumas (un dios del mar) y Electra (una Oceánida), Iris aparece en la Ilíada de Homero como una deidad menor y mensajera divina con un bastón alado que lleva un cántaro de agua del río Estigia que utiliza para lanzar un hechizo para dormir a los que perjuran. Por tanto, se la asocia no sólo con el arco iris, sino también con la comunicación y los nuevos emprendimientos. La palabra «iridiscencia» deriva en parte de Iris y la palabra española para el arco iris es «arco iris». En griego (ίριδα), Iris significa simplemente «arco iris». Iris es también la palabra utilizada para designar un determinado tipo de flor, un género con 200-300 variedades de floración (de ahí el nombre, ya que estas flores representan un «arco iris» de colores). El Iris simboliza la fe, la esperanza y la sabiduría, y en la antigüedad se plantaban lirios de color púrpura oscuro sobre las tumbas de las mujeres para invocar a la diosa como guía del otro mundo. En la Edad Media, los lirios se asociaban a la monarquía francesa y el conocido símbolo de la flor de lis está inspirado en esta flor. El lirio es la flor estatal de Tennessee. Iris también es la palabra que designa un color azul-violeta y es la palabra anatómica que designa la parte del ojo que muestra el color de los ojos. El Iris como nombre personal femenino entre los angloparlantes se popularizó principalmente en el siglo XIX, cuando se puso de moda poner a las hijas nombres de flores.