¿Qué es la angiogénesis?
La angiogénesis es la formación de nuevos vasos sanguíneos. El proceso está controlado por ciertas sustancias químicas producidas en el cuerpo. La palabra viene de dos palabras griegas, angio que significa vaso sanguíneo y génesis que significa comienzo. Aunque esto puede ayudar a la curación normal de las heridas, el cáncer puede crecer cuando se crean estos nuevos vasos sanguíneos. Los nuevos vasos sanguíneos cercanos a las células cancerosas les proporcionan oxígeno y nutrientes. Esto permite que las células cancerosas se multipliquen, invadan los tejidos cercanos y se extiendan a otras zonas del cuerpo (metástasis).
¿Qué son los inhibidores de la angiogénesis y cómo funcionan?
Una sustancia química que interfiere con las señales para formar nuevos vasos sanguíneos se llama inhibidor de la angiogénesis. Los científicos han estudiado el efecto de los inhibidores de la angiogénesis en ciertos tipos de tumores y células. Varios de los inhibidores de la angiogénesis también son eficaces en el tratamiento de una enfermedad ocular, la degeneración macular.
A veces llamada terapia antiangiogénica, este tratamiento puede impedir el crecimiento del cáncer al bloquear la formación de nuevos vasos sanguíneos. La terapia con inhibidores de la angiogénesis puede estabilizar el tumor y evitar que siga creciendo. O puede reducir el tamaño del tumor. En EE.UU. hay más de una docena de medicamentos con propiedades antiangiogénicas.
Se sabe que algunos otros medicamentos contra el cáncer actúan de forma similar. Se ha identificado que la talidomida y la lenalidomida tienen una actividad leve como inhibidores de la angiogénesis.
Un medicamento inhibidor de la angiogénesis, el bevacizumab, ha sido aprobado por la FDA para ayudar en el tratamiento del glioblastoma, el cáncer colorrectal, el cáncer de pulmón de células no pequeñas, el carcinoma hepático (hepatocelular), los tumores neuroendocrinos y el cáncer de células renales metastásico. Otros tratamientos antiangiogénicos son el sunitinib, el sorafenib, el pazopanib y el everolimus. Actualmente también se están estudiando muchos otros inhibidores de la angiogénesis.
Los inhibidores de la angiogénesis tienen efectos secundarios distintos a los de la mayoría de los medicamentos convencionales de quimioterapia contra el cáncer porque actúan de forma muy diferente. Muchos medicamentos de quimioterapia matan las células sanas junto con las cancerosas. Pero los inhibidores de la angiogénesis sólo impiden la formación de nuevos vasos sanguíneos. Los efectos secundarios de los inhibidores de la angiogénesis suelen ser menores y más leves que los de los medicamentos de quimioterapia convencionales. Sin embargo, algunos de los efectos secundarios pueden ser graves e incluyen:
- Presión arterial alta
- Sangrado intestinal
- Coágulos en las arterias (que pueden provocar un derrame cerebral o un ataque al corazón)
- Mala cicatrización de las heridas
Los inhibidores de la angiogénesis también pueden afectar al feto y no se recomiendan a las mujeres embarazadas o a las que puedan quedarse embarazadas.