Me encantan las otras respuestas a esta pregunta porque indican las amplias diferencias entre las opiniones profesionales, pero al mismo tiempo se puede tomar distancia y ver las similitudes. Definir la salud de forma coherente en todas las profesiones y en todo el mundo es un reto tan grande que, afortunadamente, nos hemos puesto manos a la obra para ayudar a las personas a estar sanas mientras tanto.

El bienestar, en mi opinión, proviene de épocas anteriores en las que suscribíamos la definición de salud como un continuo entre el bienestar y la enfermedad. El bienestar era el extremo bueno de una línea por la que podías deslizarte hasta cruzar al lado de la enfermedad. Era algo dicotómico. No había opción de explicar a los discapacitados físicos que llevaban una vida productiva y contribuían a la sociedad. Así que la gente siguió desarrollando otras definiciones de salud que fueran más completas.

Pertenezco a la escuela de pensamiento de que la salud lo incluye todo y que es dinámica. Tu salud es diferente cada vez que la mides y no puedes medirla toda directamente. Incluye un núcleo espiritual que se expresa a través de los comportamientos y que no se puede medir directamente. En torno al núcleo espiritual, hay cuatro categorías de indicadores de salud: emocional/mental, física, social e interactiva. Estas categorías incluyen todo y se ven afectadas por todo en algún grado. Nada está exento de tener un impacto en tu salud de alguna manera en algún grado. Cuando las juntas todas, ése es tu perfil de salud. Si puedes funcionar de forma competente en tu vida, estás sano. Podrías estar en una silla de ruedas por una media docena de enfermedades crónicas, pero si puedes interactuar con tu entorno para conseguir y utilizar los recursos que necesitas para tener una vida laboral y social satisfactoria, estás sano.

La atención sanitaria es (o debería ser) igual de completa. Incluye la promoción (maximización de la salud), la prevención (protección frente a riesgos/exposiciones conocidos), la atención aguda (rectificación de episodios de disfunción), la atención crónica/compleja (minimización del impacto a largo plazo de la disfunción) y la atención paliativa (asistencia al final de la vida). Hay proveedores de asistencia sanitaria que trabajan en todas esas áreas, aunque el sector más visible para el público es el de los cuidados agudos, es decir, los hospitales.

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