Beneficios y riesgos de la geoingeniería solar

Los modelos climáticos han demostrado sistemáticamente que la geoingeniería solar, cuando se utiliza con moderación y se combina con la reducción de emisiones, tiene el potencial de reducir los cambios climáticos en todo el mundo. Por ejemplo, podría reducir impactos climáticos como las temperaturas extremas, los cambios en la disponibilidad de agua y la intensidad de las tormentas tropicales.

Sin embargo, cualquier beneficio viene acompañado de nuevos riesgos y de una importante incertidumbre. Por ejemplo, aunque la ciencia más reciente podría mostrar algunos beneficios a nivel global, los impactos locales podrían variar más ampliamente. Hay muchas otras incertidumbres científicas que aún no se comprenden bien, sin olvidar los enormes retos de gobernanza.

Además, la geoingeniería solar (en gran medida) no aborda la acidificación de los océanos. Cada año, el océano absorbe aproximadamente una cuarta parte del dióxido de carbono que emitimos a la atmósfera, cambiando la química de los océanos y dañando los ecosistemas marinos. Dado que la geoingeniería solar no eliminaría el dióxido de carbono de la atmósfera directamente, sino que reflejaría la luz solar de vuelta al espacio, no podría hacer mucho para abordar este grave problema, excepto a través de las retroalimentaciones del ciclo del carbono, el proceso a través del cual se emite carbono adicional a la atmósfera al aumentar el calentamiento.

Dicho esto, la geoingeniería solar podría reducir el aumento de las temperaturas, compensando muchos impactos en los océanos. Por ejemplo, al reducir las temperaturas de la superficie del mar, podría reducir el riesgo de blanqueamiento de los corales y ayudar a mantener las condiciones favorables para los arrecifes de coral (ya que el daño a los arrecifes de coral está causado en gran medida por el aumento de las temperaturas de la superficie del mar, seguido de la intensificación de la acidificación del océano). La geoingeniería solar también podría reducir los desplazamientos de las especies hacia los polos, lo que ha supuesto graves riesgos para las pesquerías tropicales. Y podría disminuir la pérdida de hielo marino, lo que reduciría el impacto en los ecosistemas y el clima de alta latitud, y ayudaría a limitar los cambios en la circulación oceánica y el deshielo de los glaciares.

En cualquier caso, la geoingeniería solar no podría sustituir a la reducción de la contaminación por dióxido de carbono. Sólo podría ser un complemento potencial.

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