Los edificios pueden ser dañados por el agua a través de cosas como defectos de construcción, calafateo inadecuado y fugas de agua no corregidas. Cuando esto sucede, el crecimiento de hongos, bacterias, micobacterias y actinomicetos puede ocurrir. La Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo (OHSA) estima que más de una cuarta parte de los edificios de Estados Unidos están dañados por el agua (4).

La OSHA explica que las fuentes comunes de moho pueden incluir:

«…fugas de fontanería, tejado y ventanas; inundaciones; condensación en superficies frías (por ejemplo, sudoración de tuberías); bandejas de desagüe mal mantenidas; y cimientos húmedos debido a jardines o canalones que dirigen el agua hacia el edificio o debajo de él. El vapor de agua procedente de cocinas sin ventilación o mal ventiladas, duchas, aparatos de combustión o tuberías de vapor también puede crear condiciones que promuevan el crecimiento del moho.» (1)

Para evitar el crecimiento del moho, las superficies húmedas o mojadas deben limpiarse y secarse en un plazo de 24 a 48 horas.

¿Por qué algunas personas enferman más que otras?

Con la exposición a edificios dañados por el agua, algunas personas son más capaces de eliminar las toxinas que otras. El cuerpo señala el moho como un antígeno no amigable y crea anticuerpos para deshacerse de él en posteriores exposiciones. Sin embargo, alrededor del 25% de la población tiene el gen HLA-DR y es genéticamente susceptible al moho. Para estas personas, las sustancias extrañas, o antígenos, tienen defensas que son ineficaces para eliminar el moho. Esto provoca una inflamación generalizada en todo el cuerpo. Esta lucha constante y la respuesta inflamatoria puede entonces conducir a la enfermedad crónica. (5)

Aunque muchas personas se enferman por la exposición a edificios dañados por el agua y el moho, la mayoría de los síntomas de estas personas cesan una vez que se alejan de la exposición. Para el 25% con el gen HLA-DR, las toxinas permanecen en el cuerpo y desencadenan una respuesta inflamatoria crónica y sistémica (5). Estos son los pacientes con CIRS, o enfermedad del moho. Estos pacientes suelen tener una serie de síntomas inexplicables que afectan en gran medida a su calidad de vida, y a menudo los vemos en nuestras puertas después de haber buscado respuestas de múltiples médicos y profesionales de la salud.

¿Cuáles son los síntomas del CIRS?

Es importante recordar que la enfermedad del moho es realmente una enfermedad y no una alergia.

Hay una larga lista de síntomas que pueden surgir con esta enfermedad. Los síntomas más obvios de la exposición al moho incluyen cosas como problemas respiratorios, estornudos, drenaje nasal y problemas de la piel. La exposición a largo plazo a edificios dañados por el agua y al moho se asocia con síntomas más graves, como problemas de memoria y concentración. Para ver una lista más completa de los síntomas del CIRS, consulte el siguiente cuadro.

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