Formación ósea, también llamada osificación, proceso por el que se produce hueso nuevo. La osificación comienza alrededor del tercer mes de vida fetal en los seres humanos y se completa al final de la adolescencia. El proceso adopta dos formas generales, una para el hueso compacto, que constituye aproximadamente el 80% del esqueleto, y la otra para el hueso esponjoso, que incluye partes del cráneo, los omóplatos y los extremos de los huesos largos.

osteoblastos

Tres osteoblastos (en el puntero) en un hueso en desarrollo (aumento 400×).

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El hueso del primer tipo comienza en el esqueleto embrionario con un modelo de cartílago, que es reemplazado gradualmente por hueso. Las células especializadas del tejido conectivo llamadas osteoblastos segregan un material matriz llamado osteoide, una sustancia gelatinosa compuesta por colágeno, una proteína fibrosa, y mucopolisacárido, un pegamento orgánico. Poco después de que se deposite el osteoide, se depositan en él sales inorgánicas para formar el material endurecido reconocido como hueso mineralizado. Las células del cartílago mueren y son sustituidas por osteoblastos agrupados en centros de osificación. La formación de hueso procede hacia fuera de estos centros. Esta sustitución del cartílago por el hueso se conoce como osificación endocondral. La mayoría de los huesos cortos tienen un único centro de osificación cerca del centro del hueso; los huesos largos de los brazos y las piernas suelen tener tres, uno en el centro del hueso y otro en cada extremo. La osificación de los huesos largos avanza hasta que sólo queda una fina franja de cartílago en cada extremo; este cartílago, denominado placa epifisaria, persiste hasta que el hueso alcanza su longitud completa de adulto y entonces es sustituido por hueso.

Los huesos planos del cráneo no están preformados en cartílago como el hueso compacto, sino que comienzan como membranas fibrosas compuestas en gran parte por colágeno y vasos sanguíneos. Los osteoblastos secretan el osteoide en esta membrana para formar una red esponjosa de procesos óseos llamados trabéculas. La nueva formación ósea irradia hacia el exterior desde los centros de osificación de la membrana. Este proceso se denomina osificación intermembranosa. Hay varios centros de osificación en el cráneo. Al nacer, la formación ósea es incompleta y se pueden percibir puntos blandos entre estos centros. Las líneas donde se une el hueso nuevo de los centros adyacentes forman suturas craneales visibles en la superficie del cráneo adulto.

Tanto la osificación endocondral como la intermembranosa producen hueso inmaduro, que se somete a un proceso de resorción y deposición ósea llamado remodelación ósea para producir hueso maduro.

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