Los principios de la Terapia Cognitivo-Conductual pueden ser de gran utilidad para quienes practican la psicología positiva.
Con una comprensión más profunda de la cognición personal y su relación con el comportamiento, las personas pueden cambiar sus vidas a través de la modificación de su forma de pensar.
Aumentar la atención con respecto al pensamiento consciente e interrumpir los pensamientos negativos automáticos puede llevar a las personas a una perspectiva más saludable y a una mejor comprensión de su poder sobre sus reacciones futuras.
Esta terapia ha demostrado ser eficaz para prevenir las recaídas en pacientes con depresión y ansiedad. También se ha demostrado que ayuda a los pacientes con una variedad de otros problemas psicológicos.
Educar a los pacientes con las técnicas y estrategias de este enfoque les ayudará a manejar situaciones futuras. Equipar a los pacientes con estas herramientas da a la TCC el poder para la curación emocional y psicológica auto-motivada.
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- ¿Qué es la Terapia Cognitivo-Conductual?
- Una visión general y un resumen de la TCC
- Una mirada a la psicología
- Conceptos clave y principios del enfoque
- Técnicas de terapia comunes utilizadas
- Los pros y los contras
- La historia de la TCC
- Los fundadores y pioneros
- Una mirada más cercana a Aaron Beck
- Un mensaje para llevar a casa
¿Qué es la Terapia Cognitivo-Conductual?
La Terapia Cognitivo-Conductual puede definirse como la combinación intencionada de la disposición demostrada y el rigor metodológico de los procedimientos conductuales con los procesos cognitivo-conductuales que influyen en el ajuste (Benjamin, 2011). En otras palabras, la TCC está utilizando la comprensión precisa de nuestros pensamientos para cambiar intencionalmente las reacciones y comportamientos. Nuestros pensamientos internos son vistos como mecanismos para el cambio.
Este tipo de terapia es una forma de tratamiento a corto plazo, orientada a objetivos, que puede ser considerada como una combinación de terapia conductual y psicoterapia. El tratamiento adopta un enfoque práctico para la resolución de problemas. La psicoterapia se centra en el significado personal de los patrones de pensamiento que se cree que se han desarrollado en la infancia. La terapia conductual hace hincapié en la estrecha relación entre los problemas personales, el comportamiento y los pensamientos.
La TCC es una forma de centrarse en los procesos cognitivos que producen los sentimientos. El enfoque ayuda a cambiar el comportamiento y las actitudes de las personas con una comprensión más profunda de los pensamientos, imágenes, creencias y actitudes. El tratamiento se personaliza para cada paciente teniendo en cuenta las diferencias de personalidad y las necesidades específicas. La TCC puede considerarse como un término general para muchas formas diferentes de terapias destinadas a corregir la cognición disfuncional y los comportamientos inadaptados.
Las actitudes grabadas en las vías neuronales durante la infancia se convierten en pensamientos automáticos. Los pensamientos que provocan trastornos en la vida diaria son pensamientos negativos en torno a las situaciones que los crearon.
La TCC permite a los pacientes interrumpir estos pensamientos con una comprensión más profunda de los errores o distorsiones en la percepción de estos pensamientos automáticos. Este tipo de terapia ayuda a los pacientes a corregir las interpretaciones erróneas de los pensamientos que han causado trastornos en su vida diaria.
Una visión general y un resumen de la TCC
La terapia cognitivo-conductual se utiliza en el tratamiento de múltiples tipos de problemas psiquiátricos. El tratamiento se realiza normalmente entre 3 y 6 meses, dependiendo del problema. La siguiente es una lista de problemas psicológicos en los que se ha utilizado la TCC.
- depresión
- ansiedad
- trastornos alimentarios
- manejo de la ira
- crisis matrimonial
- trastorno obsesivo-compulsivo
- esquizofrenia
- trastorno de estrés postraumático
- dolor crónico
Hay 5 cinco áreas que se cree que están interconectadas y se afectan mutuamente. Por ejemplo, la forma en que uno se siente ante una determinada situación puede provocar sentimientos físicos y emocionales, lo que da lugar a distintos comportamientos como respuesta.
- situaciones
- pensamientos
- emociones
- sentimientos físicos
- comportamientos
La TCC descompone los problemas en piezas más pequeñas para prestar una atención detallada a cada parte. Las técnicas ayudan a los pacientes a interrumpir los pensamientos negativos y automáticos y a sustituirlos por otros más útiles. El objetivo general es enseñar la habilidad de romper los patrones de pensamiento negativos y cambiarlos por un enfoque más útil para manejar la vida diaria.
Una mirada a la psicología
Hay una gran superposición en los conceptos de la psicología positiva y la terapia cognitiva conductual (Karwoski, 2006). Ambos enfoques consideran que la interacción entre el cliente y el proveedor es colaborativa. He aquí otras áreas en las que los principios conceptuales se solapan.
- Fuerte alianza terapéutica
- Revalorización cognitiva
- Enfoque en objetivos decisivos
- El foco está en el aquí y ahora
Aunque la psicología positiva ha desarrollado técnicas de intervención derivadas de otros enfoques terapéuticos, varias intervenciones se solapan con técnicas de la TCC.
- Programación de actividades placenteras
- Identificación y revisión de los éxitos
- Seguimiento del estado de ánimo
- Entrenamiento de la relajación
- Entrenamiento en la resolución de problemas
La terapia cognitivo-conductual, al igual que otras terapias, se centra en reducir la presencia de emociones negativas. La psicología positiva puede presentarse como el catalizador que la TCC necesita para perdurar como un formidable tratamiento de los problemas psicológicos. La reducción de las emociones negativas no crea la presencia de emociones positivas.
La introducción de intervenciones de psicología positiva además de la reducción de las emociones negativas con la TCC ha demostrado ser una forma eficaz de reducir las tasas de recaída en pacientes deprimidos.
Aunque la TCC ha demostrado, a través de varios meta-análisis, ser un tratamiento eficaz para varios trastornos psicológicos, sigue siendo altamente inaccesible para aquellos que más se beneficiarían de su introducción (Shafran, 2009).
Por ejemplo, a los que sufren de TEPT se les da con mayor frecuencia asesoramiento de apoyo, en contraposición a las estrategias eficaces a largo plazo proporcionadas por la terapia cognitivo-conductual. También hay una falta de formación generalizada para los proveedores en este tipo de terapia.
Hay una brecha entre los ensayos de investigación y la práctica clínica. Tiene mucho que ver con la creencia de que los participantes en los ensayos padecen casos menos graves de trastornos psicológicos. Sin embargo, cada vez se presentan más pruebas a favor de que la TCC es eficaz en los casos más graves. Con el aumento de la disponibilidad de la formación adecuada y la presentación eficaz de las técnicas, se puede llegar a una base de pacientes más amplia.
Una brecha adicional en el uso de la TCC está dentro del área de la psicología del deporte (McArdle, 2012). Se puede argumentar con fuerza la introducción de las habilidades de esta terapia en los deportistas. Desenredar los pensamientos negativos sobre uno mismo puede, a su vez, producir el resultado de una mejora en el rendimiento deportivo.
Conceptos clave y principios del enfoque
La participación activa del paciente en la terapia es un principio clave en la TCC. Sin ella, este enfoque orientado a los objetivos y centrado en los problemas no sería eficaz. Las sesiones de la TCC están bien estructuradas y la mejor comprensión por parte del cliente del papel de la cognición en la corrección de las disfunciones conductuales es primordial para su éxito. Este enfoque educativo permite que la relación entre el cliente y el terapeuta se profundice, lo que también es un principio importante en esta terapia.
La TCC es un enfoque de tiempo limitado, y el trabajo fuera de la oficina de terapia es vital para el éxito. Aunque este enfoque se centra inicialmente en el presente, el énfasis en el pensamiento adaptativo permite la prevención de recaídas. Permite enseñar al paciente técnicas para cambiar su forma de pensar, su estado de ánimo y su comportamiento con el entendimiento de que se utilizarán en su futuro.
En la terapia cognitivo-conductual, se cree que los problemas psicológicos se desarrollan mediante el uso de distorsiones cognitivas. El trabajo de Aaron Beck sugiere que al corregir estas distorsiones, se crea una experiencia más precisa de los acontecimientos. A través de este trabajo, un paciente es más capaz de desarrollar habilidades para procesar adecuadamente la exposición a los acontecimientos de la vida.
Aquí hay una lista de distorsiones cognitivas.
- La personalización significa la atribución de los sentimientos negativos de los demás y del mundo que les rodea. Por ejemplo, una entrenadora de gimnasia se enfada, por lo que una gimnasta siente automáticamente que es su culpa.
- Falacia del cambio es asumir que otras personas cambiarán para adaptarse a ellos si se les presiona lo suficiente. Esta es una distorsión común que se encuentra en las relaciones. Por ejemplo, una mujer que cree que si su pareja mejorara, ella sería más feliz.
- El razonamiento emocional es la distorsión que se produce cuando los sentimientos se consideran hechos. Por ejemplo, decir: «Me siento así, debe ser verdad».
- La falacia de la equidad es una distorsión que mide todas las cosas por una regla imaginaria de equidad. Una persona puede sentirse resentida porque siente que tiene una definición clara de la justicia, pero que los demás pueden no estar de acuerdo con ella.
- La polarización o el pensamiento «blanco y negro» es una distorsión que se produce cuando las cosas son todo o nada. Alguien puede creer que tiene que ser perfecto, o que es un fracaso.
- La sobregeneralización significa llegar a amplias conclusiones negativas basadas en un solo hecho insignificante. Un ejemplo sería decirse a uno mismo que es un panadero terrible basándose en el fracaso de un intento de receta.
- Las falacias de control son distorsiones en las que una persona siente que todo lo que le ocurre es resultado de acciones externas o de su propio comportamiento. Por ejemplo, creer que su trabajo no es bueno porque está lidiando con compañeros de trabajo disruptivos.
- Saltar a conclusiones es una distorsión que ocurre cuando se hacen suposiciones sobre los sentimientos o creencias de otra persona. Un ejemplo puede ser que un niño sienta que sabe lo que otra persona siente por él. También puede describirse como una lectura mental percibida.
- La catastrofización es una distorsión que asume la expectativa de que va a ocurrir lo peor. Un ejemplo es creer que un pequeño error en el trabajo va a suponer el despido.
- Tener siempre la razón es una distorsión que se produce cuando la persona siempre está poniendo a los demás en juicio para demostrar que sus opiniones son absolutamente correctas.
- Filtrar es una distorsión que incluye tanto la Minimización como la Magnificación. La minimización significa restar importancia a un acontecimiento. Por ejemplo, usted es elogiado por su desempeño en el trabajo, pero lo ve como algo trivial. Magnificar significa exagerar la importancia de un acontecimiento indeseable. Por ejemplo, permitir que el hecho de que otro conductor le corte el paso sea el impulso que arruine todo su día. El filtrado también incluye la abstracción selectiva. Se trata de centrarse en un solo aspecto de una situación e ignorar otros.
- La culpabilización se produce cuando una persona responsabiliza a otra de su dolor emocional, o se responsabiliza a sí misma de todos los problemas.
- El etiquetado global es una distorsión que se produce cuando una persona generaliza cualidades individuales en un juicio global. Por ejemplo, «He suspendido un examen, por lo tanto soy estúpido».
- La falacia de la recompensa del cielo es la distorsión de que el autosacrificio acabará dando sus frutos.
- Los «debería» son distorsiones que se producen cuando una persona tiene reglas fijas sobre cómo debería comportarse cada persona. Un ejemplo sería decir: «Debería hacer ejercicio. No debería ser tan perezoso». La consecuencia emocional resultante es la culpa.
Técnicas de terapia comunes utilizadas
Hay muchas técnicas diferentes utilizadas en la terapia cognitiva conductual. Algunas se realizan con un terapeuta, pero muchas pueden utilizarse sin él. Utilizar las técnicas en situaciones de la vida real, de cualquier manera, es la clave de la eficacia a largo plazo y de la reducción de los síntomas de los problemas psicológicos. Las más comunes se destacan aquí.
Albert Ellis desarrolló la técnica ABC que todavía se utiliza en la TCC hoy en día. La técnica ABC de las creencias irracionales analiza los tres primeros pasos en los que alguien puede desarrollar una creencia irracional: A) Evento activador B) Creencia C) Consecuencias.
- Evento activador. Se trata de un acontecimiento que llevaría a alguien a un tipo de respuesta emocional elevada, y/o a un pensamiento disfuncional negativo.
- Creencias. El cliente escribiría los pensamientos negativos que le ocurrieron alrededor del evento activador.
- Consecuencias. Son los sentimientos y comportamientos negativos que se produjeron como consecuencia. Las creencias deben considerarse como un puente hacia los sentimientos y comportamientos negativos que se produjeron como resultado del acontecimiento activador.
Ellis creía que no era el acontecimiento activador (A) el que causaba las creencias negativas y las consecuencias (C), sino más bien la forma en que el paciente interpreta o malinterpreta el significado del acontecimiento (B) lo que ayuda a causar las consecuencias (C).
Ayudar a un paciente a reinterpretar su sistema de creencias irracionales le ayuda a forjar nuevas formas de interpretar sus creencias que dan lugar a comportamientos alternativos. Una persona puede utilizar esta técnica, incluso en ausencia de un terapeuta.
Llevar un diario para tomar conciencia de las distorsiones cognitivas es una forma poderosa de comprender mejor la cognición personal. Una persona lleva un registro de sus pensamientos automáticos y se detecta un análisis de la presencia de varias distorsiones.
Una vez que se comprende mejor, una persona puede utilizar diferentes métodos para reevaluar estos pensamientos automáticos con evidencia. Los profesionales bien formados en TCC pueden ayudar a alguien que tiene dificultades para desentrañar estas distorsiones.
El rescripting es una técnica utilizada para ayudar a los pacientes que sufren pesadillas. Cuando se expone la emoción que aflora de la pesadilla, un terapeuta puede ayudar al paciente a redefinir la emoción deseada y a desarrollar una nueva imagen para provocar esa emoción.
La terapia de exposición se utiliza en el TOC y en las fobias de ansiedad. Exponerse al desencadenante reduce la respuesta al mismo. Muchos terapeutas recomiendan una exposición leve 3 veces al día. Aunque esto puede resultar incómodo durante las primeras exposiciones, el aumento de la exposición reduce las reacciones fóbicas.
La técnica del peor caso/mejor caso/más probable se utiliza para ayudar a las personas a superar el miedo o la ansiedad. Permitir que el cerebro rumie hasta el punto del ridículo permite a la persona «jugar» con el miedo hasta un final irreal. A continuación, se lleva a la persona al mejor de los casos y se le permite de nuevo dejar que sus pensamientos «se desarrollen» hasta el ridículo. A continuación, se explora el escenario más probable con los pasos a seguir, de manera que se logre el control del comportamiento.
Una técnica reciente y popular que se utiliza en la TCC se llama Terapia de Aceptación y Compromiso. Se diferencia de la TCC tradicional en que no trata de enseñar a las personas a controlar mejor sus pensamientos en torno a sus eventos activadores; en cambio, este enfoque enseña a las personas a «simplemente notar», aceptar y acoger los sentimientos en torno a los eventos activadores. Este enfoque también utiliza técnicas de la TCC, pero la TCA se centra en liberar al paciente de las garras del propio acontecimiento.
Las técnicas de atención plena, como la respiración profunda y la relajación muscular progresiva (RMP), desempeñan un papel importante en la TCC. Estas técnicas permiten a la persona estar presente en el momento y calmar la mente desenfocada. Con la relajación se fortalece la capacidad de sintonizar y alterar los pensamientos negativos automáticos.
La reestructuración cognitiva es una técnica de TCC que ayuda a las personas a examinar sus pensamientos inútiles. Les ayuda a volver a desarrollar formas de reaccionar en situaciones que en el pasado han resultado problemáticas. Llevar un registro diario de los pensamientos negativos automáticos permite encontrar los patrones de estos pensamientos. Con un patrón identificado, se pueden forjar reacciones alternativas y pensamientos adaptativos.
Tratar los pensamientos como conjeturas es una técnica que ayuda a reunir pruebas para combatir los pensamientos negativos automáticos. Cuando una persona lleva sus pensamientos a un «tribunal» se deben encontrar pruebas de la verdad para que el pensamiento se mantenga como exacto. Si se encuentra alguna prueba en contra del pensamiento, éste debe ser desechado y sustituido por un pensamiento más preciso.
Un gráfico circular cognitivo es una forma divertida de que los niños utilicen la TCC. El primer paso es identificar los pensamientos negativos automáticos. Por ejemplo: «Soy tonto porque he suspendido un examen». El segundo paso es elaborar una lista de explicaciones alternativas a esos ANT. Resulta útil encontrar tantas alternativas como sea posible. El tercer paso es dar a cada explicación un porcentaje en la contribución al resultado de suspender el examen. El cuarto paso es colocar estas explicaciones en un gráfico circular.
La programación de actividades es una técnica poderosa en la TCC. Ayuda a las personas a realizar actividades que normalmente no están acostumbradas a hacer. Se presenta como una forma de reintroducir lentamente una conducta gratificante que ha sido excluida de las rutinas de las personas. La técnica es útil para aumentar la emoción positiva cuando se realiza de forma incremental.
La exposición gradual es una técnica que se utiliza para ayudar a exponer a las personas que sufren ansiedad al contacto con lo que se teme. La teoría subyacente es que las personas que evitan situaciones que inducen miedo o ansiedad aumentarán la ansiedad. El aumento lento de la exposición ayuda a disminuir ese miedo.
Muchos déficits en las habilidades sociales pueden mejorarse mediante técnicas de TCC. Se puede utilizar el modelado, el juego de roles y la instrucción para aumentar las habilidades sociales como la comunicación y la asertividad. Las habilidades de comunicación, o más bien la falta de ellas, son un gran obstáculo para muchos. Mejorar estas habilidades refuerza la confianza y las capacidades para interactuar con los demás, reduciendo drásticamente los niveles de situaciones que inducen a la ansiedad.
Los pros y los contras
Hay ventajas y desventajas en el enfoque de la TCC. Como en cualquier terapia, siempre existe el riesgo de que vuelva una emoción negativa. Echemos un vistazo a lo que es bueno, y lo que podría frenar el progreso en el tratamiento.
Aquí hay una lista de pros:
- Comparado con otras terapias «habladas», la TCC puede completarse en un período de tiempo relativamente corto.
- Puede ser útil en el tratamiento de algunos trastornos de salud mental en los que la medicación por sí sola no ha ayudado a mejorar los síntomas.
- Para realizar cambios en la forma de sentir, la TCC se centra en alterar los pensamientos y los comportamientos.
- Las estrategias son útiles y prácticas. Pueden ayudar a las personas a hacer frente a futuras tensiones.
- Puede mejorar la calidad de vida.
- Puede proporcionarse en una variedad de formatos, incluyendo en persona, en línea, o libros de trabajo. Incluso puede ser útil en un entorno de grupo.
- Se puede utilizar en casi cualquier grupo de edad.
- Puede mejorar el procesamiento emocional (Baker, 2011)
Aquí hay una lista de contras:
- El paciente tiene que estar comprometido con el proceso. No existe una varita mágica que el terapeuta pueda agitar para hacer desaparecer los problemas del paciente.
- Una desventaja podría ser que las necesidades del individuo se satisfacen a través de la terapia, pero no se aborda el entorno del paciente (familia, interacciones), que podría tener un impacto significativo en el bienestar del paciente.
- La TCC podría resultar más difícil para las personas que padecen graves dificultades de salud mental o aquellas con una discapacidad de aprendizaje.
- Como la TCC aborda las fuentes de la ansiedad u otras emociones que causan estrés, la exposición inicial a este tipo de tratamiento podría resultar incómoda.
- Este tratamiento no aborda completamente las posibles causas subyacentes de las emociones negativas, ya que se centra en los problemas presentes.
- Hacer el trabajo en la vida real lleva tiempo.
La historia de la TCC
La evolución de la terapia cognitivo-conductual puede remontarse a desarrollos de la psicología ya en 1913. El trabajo del conductista John B. Watson sentó las bases para el posterior avance en el campo.
El conductismo es la teoría del aprendizaje sobre la idea de que todas las conductas se adquieren a través del condicionamiento. Este condicionamiento se produce cuando las personas interactúan con su entorno, emitiendo señales que dan forma a sus acciones. Las teorías del condicionamiento de BF Skinner también tuvieron una influencia fundamental en el desarrollo de la terapia cognitivo-conductual.
Antes de la terapia cognitivo-conductual, existía un enfoque llamado terapia conductual que fue controvertido en el momento de su desarrollo. Uno de los primeros tratamientos de este enfoque se realizó con jóvenes y la corrección de la enuresis (mojar la cama). Las estrategias iniciales de condicionamiento respondiente para entender mejor la ansiedad también fueron vitales para crear las teorías detrás de la TCC. La extinción, la habituación y el contracondicionamiento se descubrieron con el condicionamiento respondiente.
La teoría del aprendizaje operante también desempeñó un papel importante en el desarrollo de la terapia conductual y la TCC infantil. A partir de esta teoría se desarrolló el refuerzo positivo y negativo en el desarrollo de los niños. La comprensión más profunda de la cognición detrás del comportamiento contribuyó a la comprensión más profunda de su uso en la TCC.
En la década de 1950, Albert Ellis practicó la Terapia Racional Emotiva del Comportamiento. El objetivo era ayudar a los pacientes a identificar sus pensamientos irracionales. A través de esta identificación, se estimularía el desafío del pensamiento y el cambio a uno más racional. Se pensaba que la terapia daría a los pacientes una visión más racional del mundo y de su lugar en él.
La práctica de la terapia cognitivo-conductual se desarrolló por primera vez en la década de 1960. El Dr. Aaron T. Beck, de la Universidad de Pensilvania, diseñó y llevó a cabo experimentos para poner a prueba los conceptos psicoanalíticos y encontró algunos resultados sorprendentes. Lo que descubrió fue que en los pacientes deprimidos había casos constantes de una corriente de pensamientos negativos que parecían emanar espontáneamente.
El Dr. Beck clasificó estos pensamientos negativos automáticos en tres categorías. Los pacientes tenían ideas negativas sobre sí mismos, el mundo y/o el futuro. Con estos hallazgos, comenzó a teorizar formas alternativas de ver la depresión.
La teoría de las distorsiones cognitivas de Beck y la teoría del pensamiento irracional del Dr. Albert Ellis ayudaron a explicar mejor los problemas psicológicos. Beck teorizó que en la infancia, el desarrollo de procesos desadaptativos condujo a estos problemas. Su teoría se basaba en la tríada cognitiva. La teoría del Dr. Ellis se basaba en un conjunto de creencias irracionales definidas, también conocidas como suposiciones irracionales comunes.
Con su enfoque, el Dr. Beck comenzó a ayudar a sus pacientes a reevaluar sus pensamientos sobre sí mismos. Descubrió que al hacerlo, sus pacientes desarrollaban una mejor capacidad de recuperación para manejar las funciones diarias de la vida. Los pacientes descubrieron que esta terapia producía cambios duraderos.
La eficacia de esta terapia ha sido examinada en muchos meta-análisis (Butler, 2006). Desde su introducción, se ha convertido en una modalidad de tratamiento viable para una variedad de problemas de salud mental. Hay terapeutas que ahora se especializan en este enfoque terapéutico.
La práctica de la TCC creció a mediados de la década de 1970 para ayudar en el tratamiento de pacientes de mayor funcionamiento. Esta transición no se produjo de forma automática, sino más bien a través del ensayo y error y el desarrollo en áreas de la terapia conductual y una mejor comprensión del autocontrol emocional.
A medida que la práctica de la TCC se fortaleció con el tiempo, comenzaron a surgir nuevas expansiones y desarrollos en el campo. El Modelo Tripartito (Clark,1991) es uno de estos desarrollos. Este modelo propone que existe un solapamiento significativo en el afecto negativo que presentan los pacientes con depresión y ansiedad.
El modelo de triple vulnerabilidad de los trastornos emocionales de Barlow ha ampliado aún más el trabajo en TCC. El modelo se centra en la percepción de control de los niños sobre sus entornos. En este enfoque, se entrena a los padres para que ayuden a los niños a entender y funcionar mejor en sus entornos.
La riqueza del conocimiento de la TCC y su aplicación con niños se muestra en toda la psicología. la eficacia del tratamiento en niños y adolescentes es de gran alcance. Este tipo de terapia ayuda a los niños a comprender mejor su entorno y su papel en el dominio del mismo.
Una nueva «tercera» ola de la TCC se está desarrollando, como resultado de varios estudios empíricos que no han demostrado las hipótesis desarrolladas en torno a la eficacia de la TCC (Gaudino, 2008). El cambio se produce dentro del lenguaje de la cognición. El enfoque se basa en estrategias de aceptación. La teoría pone menos énfasis en la alteración de las distorsiones cognitivas, ya que la alteración puede no considerarse necesaria.
Con una estrategia basada en la aceptación, el paciente toma conciencia de la distorsión sin intentar controlarla. La atención se centra más bien en el compromiso con el cambio de conducta.
Los fundadores y pioneros
El desarrollo de la terapia cognitivo-conductual fue progresando con el tiempo. El Dr. Albert Ellis fue un pionero de la terapia conductual en la década de 1950. Su trabajo con el pensamiento irracional fue fundacional en el desarrollo de la TCC. Su técnica ABC de Creencias Irracionales se sigue utilizando en la TCC hoy en día.
El trabajo de Joseph Wolpe y Arnold Lazarus en la década de 1960 también contribuyó a la evolución de la TCC. Su trabajo en las técnicas de terapia conductual para reducir las neurosis es fundacional. Su teoría de la desensibilización sistemática condujo al desarrollo de muchas de las técnicas que todavía se utilizan en este enfoque en la actualidad.
El Dr. Aaron Beck es el padre fundador del movimiento de la terapia cognitiva conductual. Su trabajo comenzó como clínico en la década de 1960. Su enfoque de la psicoterapia en aquella época era radical y pionero. La evidencia científica de su enfoque se ha demostrado una y otra vez. La eficacia de sus teorías es de gran alcance en el campo de la psicología.
La Dra. Judith Beck también ha tenido un impacto significativo en la terapia cognitiva conductual. Ella siguió el camino de su padre en la investigación y el desarrollo de tratamientos significativos en la terapia cognitivo-conductual. Su trabajo en el área del afrontamiento y los mecanismos de cambio hizo avanzar la ciencia en una dirección progresiva.
Una mirada más cercana a Aaron Beck
El Dr. Aaron T Beck recibe el título de Padre de la Terapia Cognitivo Conductual. También fue nombrado uno de los 5 psicoterapeutas más influyentes de todos los tiempos. Beck también es nombrado como un estadounidense en la historia que dio forma a la historia de la psiquiatría.
El Dr. Beck ha publicado más de 600 artículos. Es autor o coautor de 25 libros. El trabajo que realizó en el desarrollo de varias escalas para medir la depresión sigue utilizándose hoy en día.
Su trabajo en la terapia cognitivo-conductual surgió del trabajo de otros psicólogos como George Kelly y del vocabulario de Frederic Bartlett y Jean Piaget. La teoría de los constructos cognitivos de Kelly y el vocabulario creado por Bartlett en torno a las teorías de los esquemas y el vocabulario de la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget fueron muy influyentes en el trabajo inicial de Beck en la TCC.
Como psicólogo clínico, el Dr. Beck estaba notando una remisión de los síntomas de los pacientes. Con esta constatación, llegó la comprensión de que sus pacientes presentaban historias repetidas en torno a eventos activadores que más tarde etiquetó como pensamientos negativos automáticos.
A través de su trabajo con pacientes deprimidos, el Dr. Beck desarrolló la Tríada Cognitiva Negativa. Encontró 3 tipos de creencias disfuncionales, o pensamientos, que experimentaban las personas deprimidas. Sus hallazgos sugirieron que estos tipos de pensamientos dominaban el pensamiento de las personas con depresión.
- «Soy defectuoso o inadecuado.»
- «Todas mis experiencias resultan en derrotas o fracasos.»
- «El futuro es desesperanzador.»
El Dr. Beck creía que una relación cercana y personal con el paciente era crucial. El desarrollo de una relación de confianza era necesario para permitir la exploración de los pensamientos negativos automáticos. La mera admisión de estos pensamientos resultaba inquietante para algunos de sus pacientes. El replanteamiento de estos pensamientos a través del trabajo con el Dr. Beck se tradujo en una mejora significativa de los pacientes.
El Instituto Beck para la Terapia Cognitiva Conductual se fundó para seguir investigando el uso de su innovadora teoría para ayudar a las personas que sufren diversos trastornos psicológicos. El instituto se fundó con su hija, la Dra. Judith Beck, para seguir investigando y servir de recurso mundial para la TCC.
Un mensaje para llevar a casa
La salud mental es un campo de estudio que ha venido acompañado de un tremendo estigma. Las tasas de trastornos psicológicos son asombrosamente altas, sin embargo, el número de personas en tratamiento para estos trastornos es asombrosamente bajo debido a ese estigma. Si el aprendizaje de los conceptos de la terapia cognitivo-conductual pudiera ayudar a todas las personas, a través del examen de sus distorsiones cognitivas, se podría lograr un impacto en la reducción de ese estigma.
Todos los seres humanos son defectuosos. No hay un solo humano vivo que no tenga una distorsión cognitiva de vez en cuando. Desarrollar una comprensión más profunda de lo que son estas distorsiones y crear una forma de replantear los pensamientos, comportamientos y acciones puede ayudar a todos los seres humanos. ¡Qué increíble impacto podría tener el entrenamiento del bienestar mental en el mundo! Gracias por leer.
Si tienes pensamientos de autolesión, por favor busca ayuda. Si la depresión y la ansiedad están perturbando su vida diaria, por favor busque ayuda. Ningún estigma merece un sufrimiento continuado.
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- BUTLER, A., CHAPMAN, J., FORMAN, E., & BECK, A. (2006). El estado empírico de la terapia cognitivo-conductual: Una revisión de los meta-análisis. Clinical Psychology Review, 26(1), 17-31. doi:10.1016/j.cpr.2005.07.003
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- Benjamin, C. L., Puleo, C. M., Settipani, C. A., Brodman, D. M., Edmunds, J. M., Cummings, C. M., & Kendall, P. C. (2011). Historia de la terapia cognitivo-conductual en los jóvenes. Child and Adolescent Psychiatric Clinics of North America, 20(2), 179-189. doi:10.1016/j.chc.2011.01.011
- Gaudiano, B. A. (2008). Terapias cognitivo-conductuales: logros y desafíos. Evidence-Based Mental Health, 11(1), 5-7. doi:10.1136/ebmh.11.1.5
- Shafran, R., Clark, D. M., Fairburn, C. G., Arntz, A., Barlow, D. H., Ehlers, A., … Wilson, G. T. (2009). Mind the gap: Mejorando la difusión de la TCC. Behaviour Research and Therapy, 47(11), 902-909. doi:10.1016/j.brat.2009.07.003
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