Escribir prosa, al igual que escribir poesía, implica retos específicos. Aunque la prosa está más cerca del habla «ordinaria» y «cotidiana» que la poesía, es fácil escribir una prosa púrpura y cometer otros pequeños errores.

Aquí tienes 5 pasos para perfeccionar tu estilo de escritura en prosa:

Primero: ¿Cómo definir la prosa?

La definición estricta de prosa es «lenguaje escrito o hablado en su forma ordinaria, sin estructura métrica» (OED). El «haiku» es un ejemplo de escritura con estructura métrica porque tiene un número fijo de sílabas por línea. Esto crea un patrón rítmico más «fijo» que la típica línea libre de la prosa.

Algunos autores tienden más a la prosa escueta y minimalista (por ejemplo, el estilo recortado y directo de Hemingway). Otros tienden a utilizar frases más largas con una estructura de oraciones compleja (sintaxis).

Entonces, ¿cómo se pule el lenguaje «ordinario» que se utiliza para narrar una historia?

Haz que tu estilo de prosa se adapte a tu tema y a tu narrador

Se destaca cuando el estilo de prosa de un escritor se siente extraño para su tema. Por ejemplo, en una novela histórica ambientada en la Inglaterra de los Tudor, resultaría extraño leer palabras de la jerga americana moderna.

Si estás narrando la tensa configuración de una escena de thriller llena de acción, se diluirá la tensión y el drama si escribes frases demasiado complicadas y largas.

Otro punto a recordar es que las palabras que utiliza tu narrador le dicen al lector quién es. Un narrador que dice palabrotas con frecuencia, es sarcástico y exagera, probablemente dará la impresión de ser más joven que, por ejemplo, un narrador que utiliza palabras grandes y tiene una voz más «madura».

Cuando busques un estilo de prosa para transmitir la voz de tu narrador, piensa en:

  • Su edad: ¿Existen formas particulares de hablar en este grupo de edad?
  • Su origen: ¿Proceden de un entorno rudo o lujoso o de un punto intermedio? ¿Cómo influiría su historia en su vocabulario o en su tono?
  • Su personalidad: ¿Su narrador es más bien optimista o pesimista? ¿Cuáles son sus opiniones y valores? ¿Cómo pueden estos detalles influir en el lenguaje que utiliza para contar la historia?
  • Elementos de ambientación: ¿Cómo influyen el tiempo y el lugar en el enfoque de su narrador, junto con sus palabras y frases?

Sea conciso siempre que sea posible

Leer es un placer. Leer también es un trabajo. No deje que el trabajo principal del lector (disfrutar, pensar o sentir) se vea ensombrecido por una lectura innecesariamente difícil.

Corte las palabras de filtro y de relleno (en lugar de «Vio que la puerta estaba cerrada», diga «La puerta estaba cerrada»).

Cuando extirpa las palabras innecesarias, su prosa es más limpia, más clara.

Compare lo siguiente:

‘Una mujer que resulta ser su madre se inclina sobre ella y le dice con voz arrastrada, no cálida, no entusiasta: «No te estás esforzando, mi niña. Debes esforzarte más». Su madre lleva sus mejores ropas y también habla bien, como una dama de Edimburgo.’

Compara las frases alteradas anteriores del relato de Alice Munro «The View from Castle Rock» con lo que Munro escribe realmente:

«Su madre se inclina sobre ella y le dice con voz pausada, fría y displicente: «No te estás esforzando, hija mía. Debes esforzarte más». Su madre se arregla y habla bien, como una dama de Edimburgo.’

El segundo ejemplo es conciso. No necesitamos un momento en el que el personaje en parto se dé cuenta de que la mujer que se inclina sobre ella es su madre. El momento de darse cuenta del primer ejemplo («la mujer que resulta ser…») no tiene ningún propósito narrativo.

Véase también cómo Munro encuentra palabras concisas y exactas para describir la voz de la madre: «fría» en lugar de «no cálida», «displicente» en lugar de «no entusiasta». Las cualidades se expresan de forma positiva (no se tocaría una estufa caliente y se diría «¡Ay, eso no es frío!»).

Fíjate también en cómo Munro estructura la frase. A diferencia del primer ejemplo cambiado, evita el efecto torpe de tener «discurso» repetido dos veces hacia el final de la última frase.

Detalles como estos -ser conciso en la elección de palabras y selectivo en la descripción- hacen que la prosa sea más nítida y clara.

Evite la estructura monótona

En la escritura de prosa, tener la misma palabra al final de una frase en dos oraciones, o repetir exactamente la misma estructura gramatical una y otra vez, se vuelve rápidamente monótono.

Para evitar que la prosa sea cansada:

  • Variar el ritmo: Haga algunas frases cortas. Deje que otras se desarrollen lentamente. La variedad mantendrá al lector interesado
  • Cambie la sintaxis: Si todas las frases están estructuradas exactamente igual, tu escritura puede empezar a resultar pesada

Compara estas frases:

‘Estaba cansado. Estaba corriendo para llegar al tren, pero lo perdí. Me senté, preguntándome qué hacer.’

La estructura inicial repetitiva de ‘yo’ + verbo se vuelve predecible. Compárese con:

‘Sofocando un bostezo, corrí para llegar al tren. Maldita sea. Lo perdí por unos segundos. Me desplomé, preguntándome qué hacer.’

El segundo ejemplo tiene fragmentos de frases, maldiciones (‘damn’). La sintaxis (la estructura) es variada y el fragmento de frase ocasional (o una sola palabra) añade un ritmo más rápido.

Busca sustitutos más fuertes para los calificativos débiles

Los calificativos -palabras como ‘muy’, ‘realmente’, ‘extremadamente’ que indican grado- son imprecisos. Si dices que un personaje era «muy feliz», por ejemplo, ¿qué grado de felicidad tenía?

Si un calificador no aclara la palabra base de la descripción, utiliza la propia palabra. Por ejemplo, «Era feliz». Para mostrar la intensidad, elige un sinónimo que tenga el calificativo incorporado en el significado de la palabra. Por ejemplo, «extasiado». Decir que un personaje estaba ‘extasiado’ significa literalmente decir que está fuera de sí de felicidad (del griego ekstasis que significa ‘estar fuera de uno mismo’).

Una lista parcial de alternativas de calificativos débiles para usar en la escritura en prosa:

  • Muy triste – desconsolado, miserable, abatido, desamparado, cabizbajo
  • Muy frío – helado, gélido, escarchado, ártico
  • Realmente contento – aliviado, exultante, encantado
  • Extremadamente enfadado – furioso, lívido, espumoso, indignado, apoplético
  • Muy asustado – nervioso, ansioso, tembloroso, tentativo

Para mejorar el estilo de su prosa en un borrador, busque calificativos débiles y encuentre sinónimos de la palabra descriptiva que ha elegido que den una descripción más profunda.

Sustituya los abstractos vagos por imágenes concretas

Los grandes escritos en prosa ofrecen imágenes concretas y vívidas. Cuanto mayor sea el número de sustantivos abstractos en una frase, por ejemplo, más vaga y nebulosa resultará la escritura.

Por ejemplo, compare estas dos frases:

‘Ansiaba la libertad, la felicidad de una vida pacífica.

Con respecto a:

‘Ansiaba correr por la pista cubierta de maleza que llegaba a la cima de la escarpa detrás de su casa en una mañana tranquila.’

El segundo ejemplo ofrece una imagen específica de la libertad pacífica. Las imágenes específicas también están mejor equipadas para transmitir la caracterización. Por ejemplo, podemos saber que al personaje le gusta el aire libre.

Las imágenes concretas y específicas nos permiten visualizar con mayor claridad los mundos, los deseos y las aspiraciones de los personajes.

Obtenga ahora comentarios constructivos sobre su escritura o la orientación de un asesor personal de escritura y termine de escribir su novela o relato.

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