Todos hemos oído que los elefantes nunca olvidan. Los investigadores y científicos llevan muchos años estudiando el comportamiento de los elefantes y su memoria. Lo que han descubierto nos dice que los elefantes realmente olvidan algunas cosas. Pero cuando se trata de lo que necesitan recordar para sobrevivir en condiciones amenazantes, sus recuerdos son increíbles.
No es raro que los mamíferos inteligentes tengan una gran memoria para las experiencias negativas y parece que los cerebros de los elefantes no son diferentes. Aún más fascinante es que las pruebas demuestran que los elefantes son capaces de sentir una amplia gama de emociones muy similares a las de los humanos. Los investigadores descubrieron que lo que hace que los elefantes sientan estas emociones es una compleja red neuronal que también podría ser responsable de por qué nunca olvidan.
¿Es cierto que los elefantes nunca olvidan?
Mejor dicho, los elefantes nunca olvidan algo que pueden necesitar para sobrevivir o para satisfacer sus necesidades. Como los humanos, pueden olvidar pequeñas cosas que no son necesarias para la vida diaria. También como los humanos, cuando se trata de cosas que les hicieron sentir inseguros, los elefantes nunca olvidan. El comportamiento de los elefantes muestra signos de respuesta al trauma en los elefantes que se desencadenan por olores y sonidos se ha registrado a través de numerosos estudios y programas de investigación. Los científicos creen que esto tiene que ver con sus complejas estructuras sociales y el tamaño de su cerebro.
Los comportamientos que demuestran que los elefantes son capaces de sentir y mostrar emociones han sido observados por muchas personas. Se ha informado de que los elefantes pueden reconocer a otro elefante después de haber estado separados durante décadas. Los científicos han documentado en más de una ocasión muestras de dolor ante los huesos de sus seres queridos, al igual que nosotros lo hacemos ante las tumbas. Más sorprendente aún que su capacidad para reconocerse y llorar es su capacidad para recordar mapas que les ayudan a regar en tiempos de grave sequía. Después de que las resonancias magnéticas realizadas a algunos elefantes revelaran que la parte de su cerebro responsable de las emociones y de la respuesta al trauma era más grande que la de los humanos por su volumen, quedó claro por qué los elefantes nunca olvidan.
Los elefantes nunca olvidan del mismo modo que los humanos nunca olvidan
Ver el tamaño del hipocampo en el cerebro de un elefante reveló por qué pueden mostrar estas emociones e incluso los signos de venganza y represalia quedaron más claros. El hipocampo es el centro emocional del cerebro. Controla el sistema nervioso y es una parte vital de la memoria. Debido a la forma en que funciona el cerebro, tiene sentido que los elefantes nunca olviden algo que fue traumático.
De manera similar a la forma en que los cuerpos y cerebros de los humanos nunca olvidan un evento traumático, los elefantes tampoco lo hacen. Sus cerebros son capaces de recordar dónde ir en tiempos de grave sequía basándose en mapas mentales creados muchos años antes. Este tipo de recuerdo sólo se produce en los humanos cuando también temen que algo les impida sobrevivir. Más convincente aún es el hecho de que los elefantes reaccionan negativamente y por miedo ante olores que les recuerdan algo malo ocurrido en el pasado. Los elefantes que se vieron amenazados por una tribu concreta y sus rituales reaccionaron negativamente al oler olores que les recordaban a la tribu que les había aterrorizado años atrás.
Es más exacto decir que los elefantes nunca olvidan algo traumático. Por eso pueden recordar dónde está el agua en situaciones de sequía y por eso se agitan con los olores que asocian a sus agresores. Los científicos también han relacionado las incursiones agresivas de los elefantes con la respuesta al trauma. Algunos de ellos especularon que los elefantes arremetían porque la creciente población de un pueblo cercano obligaba a sus familias a separarse.
Esto también podría atribuirse a su gran hipocampo. Es presumiblemente lo que hace que los elefantes nunca olviden algo traumático.