El intertrigo es un trastorno inflamatorio superficial de la piel que afecta a cualquier zona del cuerpo en la que dos superficies cutáneas opuestas pueden tocarse y rozarse. La palabra «intertrigo» viene del latín inter (entre) y terere (frotar) y refleja el roce de piel contra piel para crear maceración e irritación, de ahí que se denomine dermatitis por fricción o chaffing. Es un trastorno común que puede afectar a cualquier individuo desde la infancia hasta la vejez. Está causada principalmente por la fricción piel con piel y se ve favorecida por la humedad atrapada en los pliegues profundos de la piel, donde la circulación del aire es limitada. La afección es especialmente frecuente en pacientes obesos que padecen diabetes y que están expuestos al calor y la humedad. La piel húmeda y dañada asociada al intertrigo es un caldo de cultivo fértil para diversos microorganismos, y en estas zonas suelen observarse infecciones cutáneas secundarias. El presente capítulo no trata del intertrigo «ordinario», sino de otras enfermedades cutáneas que tienen afinidad con las zonas intertriginosas. Las enfermedades mencionadas son: la acrodermatitis enteropática, el síndrome del babuino o erupción intertriginosa por drogas, la enfermedad de Darier, Hailey-Hailey, la paraqueratosis granular, el síndrome de Kawasaki, el eritema migratorio necrolítico, el intertrigo estreptocócico y otras.