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En un estudio realizado en 1999 por el Instituto de Medicina, titulado «To Err Is Human: Building a Safer Health System», los autores descubrieron que el daño a los pacientes debido a errores de comisión u omisión se producía en entre el 2,9 y el 3,7 por ciento de los ingresos hospitalarios, y que entre el 9,8 y el 15,7 por ciento de esos errores provocaban la muerte. En cifras reales, cada año se producen entre 44.000 y 98.000 muertes por errores médicos.

Esta cifra es mayor que el número de muertes por accidentes de tráfico o por cáncer de mama. Algunos errores médicos son noticia, como cuando un cirujano opera la rodilla equivocada, o si un niño muere debido a la administración de un medicamento equivocado. Otros errores se producen a diario y pasan desapercibidos, no se notifican y no son abordados por la comunidad médica. Más allá del coste humano, el coste para el sector sanitario oscila entre los 17.000 y los 29.000 millones de dólares anuales, repartidos a partes iguales entre los costes de la asistencia sanitaria y los de los acuerdos. A continuación se describen algunos de los errores más comunes.

Errores de medicación

En algunos casos, algo tan simple como una mala escritura en un talonario de recetas puede dar lugar a que un farmacéutico o un miembro del personal del hospital administre un medicamento equivocado o una dosis equivocada del medicamento correcto. Las interacciones entre medicamentos tienen varios «filtros» antes de llegar al paciente. Tanto el médico como el farmacéutico emisor tienen la obligación de validar que el medicamento prescrito no tendrá una interacción adversa con ninguno de los otros medicamentos. El personal de enfermería tiene la obligación de vigilar a los pacientes del hospital en busca de posibles reacciones adversas a los medicamentos, y debe tener la libertad de preguntar si conoce alguna posible interacción negativa con la medicación del paciente. A pesar de estas medidas de precaución, siguen produciéndose errores de medicación. Los errores de medicación pueden causar lesiones, prolongar la estancia del paciente en el hospital y, en el peor de los casos, provocar la muerte. Se calcula que los errores de medicación causan más de 7.000 muertes al año.

Errores de diagnóstico

Los errores de diagnóstico pueden incluir un fallo total en el diagnóstico o un diagnóstico equivocado. Un fallo de diagnóstico se denomina a veces en la comunidad médica «error sin culpa» cuando la enfermedad es asintomática o presenta los síntomas de una afección mucho más común. Los errores sistémicos se producen cuando algún aspecto del sistema médico introduce un error en el proceso. Algunos ejemplos comunes de errores sistémicos son los errores de transcripción de los resultados de laboratorio, las técnicas de manipulación deficientes, los equipos inadecuados y el hecho de que el personal no avise a los médicos para que informen de los resultados a tiempo.

Por último, y los más comunes, son los errores cognitivos o las malas decisiones del médico. Estas malas decisiones pueden basarse en una mala recogida de datos, una mala interpretación de los síntomas, un razonamiento erróneo o un conocimiento incompleto. A menudo pueden deberse a que los médicos carecen de conocimientos ajenos a su especialidad, no siguen los protocolos de diagnóstico o no consultan a los especialistas al principio del ciclo de tratamiento. Los errores de diagnóstico suelen recaer sobre los hombros del médico, aunque los datos incorrectos o incompletos del personal de enfermería y de apoyo pueden ser un factor contribuyente.

Errores quirúrgicos

Desgraciadamente, los errores se producen con demasiada frecuencia durante la cirugía. Van desde dejar esponjas o instrumentos dentro de un paciente hasta realizar una cirugía equivocada. Los errores quirúrgicos tienen diferentes orígenes, como la fatiga, la falta de comunicación o la imprudencia absoluta. Los errores quirúrgicos pueden causar un dolor y un sufrimiento considerables, exigiendo la necesidad de repetidas cirugías de seguimiento, y cada cirugía deja al paciente propenso a la infección y a otros riesgos. En el peor de los casos, los errores quirúrgicos conducen a la muerte.

Errores de pacientes equivocados

Estos errores se producen cuando se traspapela el historial de un paciente. Si se cambia accidentalmente una ficha, un paciente puede recibir un tratamiento equivocado, dejando su condición médica real sin tratar. Esto puede provocar efectos secundarios graves o incluso la muerte. Entre los casos registrados de este tipo de error se encuentran la recepción errónea de quimioterapia y los tratamientos quirúrgicos equivocados. La falta de contabilización adecuada de los historiales puede producirse por la falta de personal de enfermería. Independientemente de cómo se produzcan, los errores médicos suelen ser devastadores para el paciente y sus seres queridos. Si cree que usted o un ser querido ha sido víctima de un error hospitalario, un abogado especializado en lesiones personales puede ayudarle a comprender sus derechos.

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