Un electroencefalograma (EEG) mide y registra la actividad eléctrica de su cerebro. Su médico puede recomendar una prueba de EEG ambulatoria para obtener un registro durante unos días, en lugar de unas horas. No es necesario que permanezca en el hospital para un EEG ambulatorio. Puede moverse, normalmente en casa.
¿Por qué su médico le recomendaría un EEG ambulatorio?
La actividad eléctrica de su cerebro cambia con frecuencia, y los EEG rutinarios sólo miden la actividad durante unos minutos. Su neurólogo de HonorHealth podría sugerir un EEG ambulatorio para evaluar sus ondas cerebrales durante unos días. Esto permite a su médico ver sus ondas cerebrales mientras está despierto y mientras está dormido.
Su médico podría recomendar un EEG ambulatorio para diagnosticar o estudiar la Epilepsia o los ataques no epilépticos.
Es útil estudiarle mientras realiza sus actividades cotidianas normales, ya que esos acontecimientos pueden servir a veces como desencadenantes de sus síntomas.
Cómo prepararse para un EEG ambulatorio
Debe llegar a su cita con el pelo limpio y seco, sin aceites ni productos pesados.
- Vaya con ropa cómoda. La configuración es un poco complicada, y es posible que desee considerar una camisa con botones y/o una camiseta sin mangas para facilitar las cosas una vez que los electrodos estén conectados.
- Planifique comer y dormir como lo haría normalmente – antes, durante y después de la prueba.
- Tome su(s) medicación(es) prescrita(s) como de costumbre, a menos que su médico le indique lo contrario.
¿Qué puede esperar durante un EEG ambulatorio?
Cuando llegue a la consulta, es posible que primero le hagan algunas preguntas sobre sus síntomas. Esta información es útil para interpretar la prueba y proporcionarle un diagnóstico.
A continuación, se tumbará en una camilla en la que se le hará sentir cálido y cómodo. Un técnico le medirá y marcará la cabeza con un lápiz graso para asegurarse de que los electrodos se colocan en el lugar adecuado. Los electrodos conectados a los cables del electroencefalograma se colocarán en el cuero cabelludo con un gel arenoso seguido de un tipo de pasta para fijarlos. Todo se cubrirá con una gasa y un gorro especial para garantizar que los electrodos permanezcan en su sitio.
Algunas de las pruebas tendrán lugar en la consulta. Se le pedirá que se acueste tranquilamente, que abra y cierre los ojos, que responda a preguntas sencillas y quizás que realice algunas tareas mentales (como matemáticas sencillas u ortografía). También es posible que se le pida que respire profundamente, lo que podría hacer que se sintiera mareado. Se trata de una reacción normal y desaparecerá cuando deje de realizar los ejercicios de respiración profunda.
A continuación, le enviarán a casa durante 24 a 72 horas. Durante este tiempo, estará conectado a un monitor portátil. Se le pedirá que lleve un diario con anotaciones sobre lo que hace y si experimenta convulsiones u otros síntomas.
Una vez finalizada la prueba, recibirá instrucciones sobre lo que debe hacer a continuación. Puede quitarse los electrodos en casa o hacer que se los quiten en la consulta. Se necesita un poco de trabajo para quitar la pasta. Una vez en casa, deberá lavarse el pelo para eliminar los residuos pegajosos.
Aunque la prueba es incómoda, no es invasiva ni dolorosa.