En 2001, un pediatra visionario llamado Bill Thomas visitó la Fundación Robert Wood Johnson para discutir un concepto diseñado para abandonar la sensación fría e institucional de las residencias de ancianos. En los años siguientes, con el apoyo de la Fundación Robert Wood Johnson, el concepto evolucionó hasta convertirse en el Proyecto GREEN HOUSE®: pequeños hogares que devuelven el control, la dignidad y la sensación de bienestar a los ancianos, a la vez que proporcionan una atención personalizada de alta calidad.

Un hogar Green House difiere de una residencia de ancianos tradicional en cuanto al tamaño de las instalaciones, el diseño interior, la estructura organizativa, las pautas de personal y los métodos de prestación de servicios profesionales especializados. Se ha diseñado desde el principio para que parezca y se sienta como un verdadero hogar. La comida se prepara en las instalaciones y el equipo médico suele estar escondido en los armarios. Los auxiliares de enfermería especializados gestionan los cuidados de los residentes, con el apoyo de enfermeros y terapeutas, pero sin las capas administrativas y de supervisión adicionales, lo que supone una inversión del modelo tradicional de residencia de ancianos.
Durante más de una década, la RWJF ha apoyado la investigación del concepto de Green House, los esfuerzos de expansión locales y nacionales, y la investigación para evaluar el impacto de los hogares Green House en la salud y la calidad de vida. Hasta la fecha, más de 260 hogares Green House en 32 estados están abiertos o en desarrollo. Y en general, los estudios sugieren que los ancianos que viven en estas casas son más felices y están más sanos.

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