El cóctel El Presidente procede de Cuba y fue creado a principios del siglo XX. Probablemente se llamó así por el presidente Mario García Menocal, que gobernó el país de 1913 a 1921.
Durante esa época, Cuba era un lugar de vacaciones muy popular para los ciudadanos estadounidenses, y esa popularidad no hizo más que aumentar tras la promulgación de la Ley Seca, cuando los sedientos yanquis acudían a La Habana en busca de buen tiempo y también de buenos cócteles. Entre esos cócteles: el mojito y el daiquiri, que son dos de las contribuciones más famosas del país isleño a la bebida. Pero no hay que pasar por alto El Presidente, un clásico por derecho propio que se elabora con ron blanco, curaçao de naranja, vermú seco francés y granadina.
Después de los 13 años de sequía de la Ley Seca, los bebedores estadounidenses trajeron de vuelta a casa El Presidente, pero al igual que muchos clásicos, prácticamente desapareció a mediados de siglo. Finalmente, en la década de los ochenta fue recuperado por camareros, historiadores y autores curiosos, que regularmente buscan inspiración líquida en el pasado.
Esta receta proviene del aclamado camarero y profesional de los licores Simon Ford. Da lugar a un cóctel sabroso y equilibrado, pero El Presidente ha cambiado a lo largo de los años, y muchos barmans y bebedores han modificado la fórmula. Si quiere más cuerpo, pruebe con un ron blanco de sabor más intenso o un ron ligeramente añejo. Si quiere aligerar el vermut, pruebe un estilo blanc, que es semiseco, ligeramente dulce y podría decirse que es el estilo de vermut utilizado en el original. Y si te parece que el cóctel está demasiado cargado de naranja, reduce el curaçao. Tienes opciones, así que prueba hasta que hagas tu propio El Presidente perfecto.