La dieta y el ejercicio son las claves del adelgazamiento. El concepto ‘dieta’ fue popularizado (o al menos se le atribuye) por el poeta Lord Byron, icono del romanticismo británico que se alimentaba de rebanadas de pan, té y patatas con vinagre, con el único objetivo de mantener su aspecto pálido y delgado. Desde entonces se han descubierto las claves de la pérdida de peso voluntaria, que se basan en que el número de calorías que ingerimos debe ser menor que las que consumimos en nuestros quehaceres diarios. Aumentar el esfuerzo físico aumenta lo que gastamos, y comer menos reduce lo que tenemos disponible para consumir. Aunque con el avance de la investigación científica se han ido descubriendo otros factores que afectan a la pérdida de peso (como el ritmo metabólico, la edad, el sueño…), la dieta y el ejercicio son las piedras angulares.

El problema es que estos cambios en nuestro estilo de vida requieren esfuerzo y una voluntad férrea. Es por esto que la industria farmacéutica ha buscado formas de ‘aligerar’ la carga que pesa sobre nosotros con la invención de diferentes medicinas y complementos alimentarios denominados ‘quemagrasas’. Uno de los más utilizados y que se puede conseguir a través de la web sin ningún tipo de problema es la fentermina.

Aunque se puede traer de fuera sin receta, lo mejor es seguir las recomendaciones de un médico

Este medicamento, en España, debe recetarlo un médico debido a que puede provocar adicción, pero dado que la legislación sobre él en otros países de la Unión Europea es más laxa, traerlo de fuera no supone un gran problema. La fentermina es una sustancia de la familia de las anfetaminas. Está considerada un anorexígeno, dado que produce una supresión del apetito.

Curiosamente, los mecanismos por los que esto tiene lugar no son entendidos todavía, a pesar de que la medicación fuera aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) estadounidense en 1959. De momento, dos estudios, uno de la Harvard Medical School, liderado por el investigador E. Pilitsi, y otro de B. Matyjaszek-Matuszek, A. Szafraniec y D. Porada, de la Universidad Médica de Lublin, en Polonia, han desarrollado la teoría de que sus efectos se deben a un incremento del nivel de determinados neurotransmisores en el cerebro, específicamente norepinefrina, serotonina y dopamina. Los investigadores creen que cuando los niveles de los tres aumentan, el apetito disminuye.

¿Funciona?

La respuesta corta es ‘sí’. Diversos estudios han demostrado sus efectos. Por ejemplo, en 2012 los investigadores G. A. Bray y D. H. Ryan, del Pennington Biomedical Research Center, en Estados Unidos, probaron que, tras 12 semanas con el tratamiento, la pérdida de peso puede alcanzar el 10% de la masa corporal inicial.

Foto: iStock.

También se han elaborado otros estudios con grupo de control (y metaestudios de ellos), en los que se ha demostrado que, tras doce semanas, aquellas personas que tomaban una dosis media de 27,5 mg de fentermina durante 12 semanas perdían, de media, 6,3 kg, mientras que aquellos que ingerían un placebo solo adelgazaban 2,8 kg.

Los contras

Como todos los medicamentos, la fentermina tiene efectos secundarios. Estos pueden incluir (pero no limitarse a):

  • Sequedad bucal
  • Problemas del sueño
  • Mareos
  • Palpitaciones
  • Fatiga
  • Estreñimiento
  • Irritabilidad

Además, como decíamos más arriba, al ser familia de las anfetaminas, tiene un caracter adictivo y solo se receta su consumo a corto plazo, no como un tratamiento prolongado.

Además, este tipo de medicinas hace que quienes las consumen puedan asumir que no es necesario llevar a cabo cambios drásticos en su estilo de vida para conseguir una mejor calidad de la misma. Las consecuencias de no llevar a cabo dichas modificaciones es la recuperación del peso una vez terminado el tratamiento o, directamente, la ineficacia del mismo. Esto solo provocará añadir a nuestro organismo una carga química extra, y eso no es beneficioso.

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