Un cambio repentino en el estado mental de una persona se conoce como delirio. El delirio puede dar lugar a una mayor confusión, desorientación o dificultad de concentración, y puede aparecer muy rápidamente. Puede producirse cuando la persona no se encuentra bien desde el punto de vista médico y puede estar causado por infecciones, dolor o deshidratación. Puede tener un impacto significativo en la forma en que una persona se comporta y funciona, especialmente si también tiene demencia. El delirio puede ser muy angustioso tanto para la persona como para las personas que la cuidan.

Delirio y demencia

El delirio es una enfermedad tratable y puede coexistir con la demencia. Sin embargo, a veces es difícil de reconocer en personas con demencia porque presenta síntomas similares, como confusión y dificultades de pensamiento y concentración.

El delirio puede durar unos días, semanas o incluso meses, pero las personas con demencia pueden tardar más tiempo en recuperarse.

En los hospitales, aproximadamente el 20-30% de las personas mayores que se encuentran en salas médicas tendrán delirio y hasta el 50% de las personas con demencia. Entre el 10 y el 50% de las personas que se someten a una intervención quirúrgica pueden desarrollar delirio.

Se ha comprobado que las personas mayores con delirio y demencia tienen estancias más largas en el hospital; corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones como caídas, accidentes o úlceras por presión; y tienen más probabilidades de ser ingresadas en centros de atención a largo plazo.

En casos extremos, el delirio puede ser mortal, por lo que es vital que la persona reciba tratamiento lo antes posible.

Síntomas del delirio

Hay dos tipos de delirio. Las personas con delirio hiperactivo experimentan un aumento de la confusión que fluctúa a lo largo del día y pueden sentirse agitadas o inquietas. Las personas con delirio hipoactivo pueden sentirse más somnolientas y ser menos receptivas.

Otros síntomas de delirio incluyen: ver cosas que no existen o tener sueños vívidos que empeoran por la noche; dificultad para centrar la atención y problemas para seguir una conversación.

Las personas que han tenido delirio dicen que:

  • Se sintieron inseguras de su paradero
  • preocupadas de que otras personas intentaran hacerles daño
  • Se sintieron asustadas, irritables, ansioso o deprimido
  • se sentía lento y somnoliento
  • se sentía agitado e inquieto
  • tenía sueños vívidos que continuaban cuando se despertaba
  • le costaba seguir lo que se decía
  • le costaba hablar con claridad
  • veía y oía cosas que no existían.

¿Quién tiene más riesgo de delirio?

  • Las personas con demencia
  • Las personas deshidratadas o con poco apetito
  • Las personas con una infección (aunque una infección de bajo nivel puede no aparecer en las pruebas)
  • Las personas estreñidas o con retención de orina
  • Las personas mayores
  • Las personas que han sido operadas, especialmente de cadera
  • personas mayores que toman múltiples medicamentos
  • personas con dificultades de visión y audición
  • personas que se acercan al final de su vida
  • personas con dolor
  • personas en un entorno desconocido o angustioso.

Qué hacer

Contactar con el médico de cabecera de la persona para una evaluación y asesoramiento urgentes. Si el médico de cabecera no está disponible y la confusión o desorientación ha aparecido repentinamente, póngase en contacto con el médico de guardia que, si es necesario, organizará una ambulancia.

¿Cómo se trata el delirio?

El médico puede solicitar análisis de sangre y orina y podrá decidir el tratamiento adecuado. También es posible que quiera revisar cualquier medicación que pueda estar contribuyendo al delirio.

También hay pruebas de que el delirio puede prevenirse si se abordan las posibles causas. Puede mitigar algunas de las causas de la confusión, como el estreñimiento, la deshidratación y la infección, asegurándose de que la persona se mantiene bien hidratada, observa la higiene de las manos y sigue cualquier consejo que se le dé sobre el cuidado de las heridas y los dispositivos médicos (como las sondas urinarias). Si es posible, también debe evitar que la persona cambie de cama o de sala en el hospital.

¿Qué puedo hacer para ayudar a alguien con delirio?

Si se ha puesto en contacto con el médico de cabecera de la persona y está esperando el tratamiento, hay algunas cosas que podría hacer para facilitarle un poco la situación:

  • mantener la calma y tranquilizar a la persona
  • utilizar frases cortas y sencillas al hablar
  • observar a la persona para ver si tiene algún dolor
  • asegurarse de que no hay nada que obstruya sus sentidos, y tener a mano las gafas y el audífono si los usa
  • utilizar fotos y objetos conocidos para distraer a la persona y proporcionarle familiaridad
  • ayudar a la persona a tomar tierra asegurándose de que sabe la hora y la fecha
  • ayudar a la persona a encontrar el baño si lo necesita
  • evitar demasiados estímulos y tener demasiada gente alrededor si es posible
  • mantener una luz baja encendida por la noche
  • evitar estar demasiado en desacuerdo con la persona; cambiar de tema si expresan ideas que le parecen extrañas
  • ofrecerles bebidas para mantener la hidratación.

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