Datación con potasio-argón y el impacto de Chicxulub
A principios de la década de 1990 hubo una intensa controversia sobre la asociación del cráter de Chicxulub de la península mexicana de Yucatán con la extinción de los dinosaurios en el período de hace unos 65 millones de años. El límite entre el Cretácico y el Terciario en la escala de edad geológica se asoció con una capa rica en iridio que sugería que la capa fue causada por un impacto con un objeto extraterrestre. Dado que ese periodo de tiempo, comúnmente denominado límite K-T, se asoció a la extinción de un gran número de animales en el registro fósil, se dedicaron muchos esfuerzos a datarlo con argón potásico y otros métodos de geocronología. A partir de estos estudios se asoció el tiempo de 65 millones de años con el límite K-T.
Otros grandes cráteres de impacto, como el de Manson en Iowa (datado en 74 My), fueron examinados cuidadosamente como candidatos a la causa de la extinción, pero ninguno se acercó al momento crítico. Chicxulub no era tan obvio como candidato porque gran parte de las pruebas de que se trataba estaban bajo el mar. Se prestó más atención a la ubicación de Yucatán después de que el trabajo publicado por Alan Hildebrand en 1991 demostrara la similitud química de las muestras del núcleo de Chicxulub con el material encontrado distribuido en la capa límite del K-T. Carl Swisher organizó un equipo para realizar tres mediciones independientes de la edad de las cuentas de vidrio intactas del núcleo de perforación C-1 en la zona de impacto de Chicxulub. Las mediciones se realizaron por el método del argón-argón.
Incluso esta extraordinaria coincidencia con la edad del límite K-T fue insuficiente para convencer a muchos geólogos. El equipo procedió a datar esférulas de vidrio encontradas en Haití para aportar otra prueba. Se habían encontrado muchos trozos de vidrio eyectado en Haití, que actualmente está a más de mil millas del punto de impacto. Pero los geólogos proyectan una distancia mucho menor entre los puntos en el momento del impacto debido a la expansión medida del suelo marino. A las esférulas de Haití se les midió una edad hasta la fusión de 65,01 +/- 0,08 My, en extraordinaria concordancia con las edades medidas de las muestras del núcleo.
Una tercera prueba provino de las mediciones de la edad de los cristales de circón chocados que se encontraron en la capa K-T en lugares tan lejanos como Colorado y Saskatchewan. El circón ha producido a veces desconciertos en la datación radiométrica porque su temperatura de fusión es tan alta que los cristales a veces sobreviven en minerales fundidos calientes, dando fechas de fusión diferentes a las de los otros minerales que los rodean. Pero en este caso la naturaleza del circón fue una ventaja. Los cristales chocados estaban parcialmente fundidos, y cuando se midieron con el método del uranio-plomo dieron dos edades, 65 My y 545 My. Dado que se sabía que el basamento de la corteza en la zona de Yucatán tenía una edad cercana a la más antigua, esto dio cierta confirmación al cráter de Chicxulub como origen de la capa límite K-T. Según Frankel, este fue el paso que hizo que la mayoría de los geólogos estuvieran convencidos en 1994 de que este impacto era la fuente del depósito rico en iridio del límite K-T y de la extinción de los dinosaurios.
Relojes en las rocas