Resumen

El Abogado, el narrador de la historia, ya se ha visto sorprendido una vez por la negativa de Bartleby a examinar un documento, como deben hacer todos los escribas (copistas de leyes). Bartleby dijo que «preferiría no hacerlo», y el Abogado estaba tan sorprendido que no había discutido con él.

Unos días después de este incidente, hay un gran documento (ya copiado por Bartleby) que debe ser examinado. El abogado llama a todos sus empleados -Turkey, Nippers y Ginger Nut- para que trabajen en el examen. Pero cuando llama a Bartleby para que le ayude también, el escribiente vuelve a responder que «preferiría no hacerlo». El Abogado le presiona, queriendo saber por qué se niega, pero Bartleby sólo puede responder que «preferiría no hacerlo». El Abogado nos dice que algo en la naturaleza de Bartleby «lo desarmó», y la firme negativa de Bartleby a hacer lo que se le pide confunde al Abogado. Momentáneamente, el Abogado se pregunta si es él quien está equivocado, y pregunta a sus otros copistas quién tenía razón. Los tres coinciden en que Bartleby está siendo poco razonable, si no directamente impertinente. El Abogado intenta por última vez que Bartleby examine el documento, pero los negocios lo apuran y él y sus trabajadores examinan el documento sin Bartleby, aunque los otros copistas murmuran que no volverán a examinar el documento de otro hombre sin cobrar.

El Abogado se ha quedado ahora fascinado por Bartleby, y lo observa atentamente. Nunca ve a Bartleby entrar o salir del despacho; parece que siempre está allí. Nunca sale para almorzar o tomar el té, sino que simplemente hace que Ginger Nut le lleve bocadillos todo el día. Aunque el Abogado admite que «nada agrava tanto a una persona seria como una resistencia pasiva», finalmente llega a compadecerse de Bartleby, creyendo que «no pretende hacer ninguna travesura» y que sus «excentricidades son involuntarias». El abogado decide «comprar a bajo precio una deliciosa autoaprobación» decidiendo mantener a Bartleby en su plantilla como algo parecido a un caso de caridad. Si Bartleby fuera contratado por otra persona, el Abogado está seguro de que sería maltratado.

Bartleby vuelve a preferir no examinar sus papeles, y Turkey se enfurece por ello, amenazando con golpear a su renuente compañero escribiente. El Abogado intenta otro tacto, pidiendo a Bartleby que baje a la oficina de correos por él, pero de nuevo: «Preferiría no hacerlo». El resultado es que Bartleby continúa en el bufete durante algún tiempo sin hacer otra cosa que copiar, mientras el Abogado paga a Nippers y a Turkey para que examinen su trabajo.

Análisis

Antes de discutir algunos de los temas de «Bartleby el escribiente», es importante señalar el estilo de Melville. Melville tenía un don único para la descripción y la contemplación en su escritura, y sus relatos cortos (y muchas de sus novelas) se desarrollan de forma muy lenta y reflexiva. Este estilo no era exclusivo de Melville; su buen amigo Nathaniel Hawthorne, autor de La letra escarlata, tenía un estilo de escritura similar. El narrador de Melville, el Abogado, desarrolla lentamente los acontecimientos de la historia, tomándose su tiempo para ofrecer pequeños detalles que ambienten mejor la escena o destaquen a un personaje. Por ejemplo, al principio de la historia el Abogado cuenta al lector que una vez le regaló un abrigo a su escribiente, Turkey, y que éste se volvió muy protector con él, e incluso un poco egoísta por tenerlo.

Pero aún más significativo que este nivel de detalle es el ritmo de Melville. Al igual que las películas y la música, las historias pueden tener un ritmo, y Melville es un escritor muy metódico. Sus historias suelen tener un ritmo muy lento, aunque a menudo tienen una o dos escenas de acción intensa (por ejemplo, la huida de Don Benito en «Benito Cereno», o los últimos capítulos de Moby Dick). Normalmente, estas escenas intensas sirven de clímax o de revelación de todo lo que ha ocurrido antes. En «Bartleby», esta acción se produce en el rápido encarcelamiento, declive y muerte de Bartleby, todo ello en el espacio de unas tres páginas (el clímax exacto es probablemente cuando el Abogado, tras enfrentarse a Bartleby en la barandilla, es rechazado por última vez, y deja que Bartleby sea llevado a prisión). Aunque el encarcelamiento y la muerte de Bartleby parecen una conclusión inevitable de esta triste historia, la rapidez con la que ocurre todo hace que parezca una idea de última hora, como si no fuera tan importante. Al hacer que el clímax y la caída de la acción sean tan rápidos, Melville obliga al lector a tener más en cuenta todo lo que ha llevado a ello.

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