El Cráter Sedan es el resultado de una prueba nuclear subterránea masiva, cuya lluvia radioactiva puede haber acabado irradiando a más personas que cualquier otra prueba nuclear estadounidense. Whoops.
La energía nuclear no siempre fue para las controvertidas plantas de energía y las bombas devastadoras. Al principio de nuestra experimentación con la energía nuclear, los investigadores querían probar su viabilidad en aplicaciones industriales como la minería. Como parte de la Operación Plowshare, llamada así para reflejar el uso de la energía destructiva para el bien en lugar de como arma, la explosión de Sedan pretendía ver si las armas nucleares podían utilizarse para desplazar grandes cantidades de tierra. Como se descubrió, se puede, pero hay algunos efectos secundarios bastante desagradables.
En 1962, se creó un pozo que descendía más de 600 pies en el suelo del desierto, y la bomba Sedan se bajó en él. Cuando la bomba de 104 kilotones fue detonada, levantó el suelo por encima de ella en una cúpula de más de 300 pies de altura antes de romper la superficie, enviando una enorme onda de choque de tierra en cascada desde su epicentro. Según el sitio informativo que hoy se encuentra en el lugar, más de 12 millones de toneladas de tierra salieron volando.
La lluvia radiactiva que emanó de la explosión viajó por cientos de millas en el viento, y según algunos informes terminó irradiando a más gente de los Estados Unidos que cualquier otra prueba nuclear nacional. Este resultado hizo que el concepto de minería nuclear pareciera definitivamente inviable.
Hoy en día el gigantesco cráter sigue ahí en medio del desierto, y se realizan visitas mensuales al lugar. Incluso una pequeña cantidad de vida vegetal está volviendo al cráter, haciendo que parezca un poco menos sombrío.
Importante: lea atentamente los consejos para la visita que aparecen a continuación, ya que ignorarlos puede suponer una multa o incluso la cárcel.