En la actualidad se realiza predominantemente como técnica terapéutica. Existen medios menos invasivos para obtener imágenes del árbol biliar, como la ecografía transabdominal, la colangiopancreatografía por resonancia magnética, la tomografía computarizada y la ecografía endoscópica. Si el sistema biliar está obstruido, la CTP puede utilizarse para realizar un drenaje biliar hasta que se realice una solución más permanente para la obstrucción (por ejemplo, la cirugía). Además, se pueden colocar stents metálicos autoexpandibles a través de estenosis biliares malignas para permitir un drenaje paliativo. La colocación percutánea de stents metálicos puede utilizarse cuando la CPRE terapéutica no ha tenido éxito, la anatomía está alterada e impide el acceso endoscópico al duodeno, o cuando se ha producido una separación del drenaje biliar segmentario del hígado, lo que permite una colocación más selectiva de los stents metálicos.
La colangiografía durante una intervención de drenaje biliar se denomina colangiografía perioperatoria o primaria, y cuando se realiza posteriormente en el mismo drenaje se denomina colangiografía secundaria.