Da vida a tus personajes favoritos del juego este Halloween con estas simpáticas calabazas Pokemon pintadas con diseños de Pikachu y Pokeball – ¡rápido, fácil y MUY divertido!
Mis hijos están muy metidos en la moda de Pokemon que está arrasando en todo el país (¡y más allá!), así que este año decidí crear calabazas de Halloween con sus favoritos: ¡Pikachu y una Pokeball! Estas calabazas pintadas de Pokemon son muy divertidas de hacer, y también son muy fáciles – una gran alternativa a las calabazas tradicionales talladas con mucho menos lío, también!
Cómo hacer calabazas de Pokemon:
Para hacer nuestras calabazas pintadas de Pokemon, empecé con un Funkin blanco redondo de 10″ (calabaza de imitación) para la Pokeball y un Funkin blanco oblongo de 14″ para Pikachu. Para la Pokeball, tracé varios platos pequeños para crear los anillos centrales, y dibujé una línea horizontal para dividir la calabaza por la mitad.
Utilicé pintura acrílica para manualidades de color rojo para pintar la mitad superior de la calabaza, y luego utilicé pintura acrílica negra para pintar los anillos centrales. Para la línea horizontal del centro, utilicé cinta aislante negra para conseguir una línea nítida y limpia.
Le di a toda la calabaza una capa de sellador brillante transparente, y quedó terminada – ¡fácil!
Para Pikachu, empecé pintando la calabaza con una capa base de pintura Amarillo Sol. Para hacer las orejas, pegué una hoja de cartulina amarilla en un trozo de cartón y recorté dos piezas para las orejas.
Pinté las puntas de las orejas con pintura negra y luego las pegué a la calabaza con mi pistola de pegamento caliente favorita Elmer’s. Creé la cola y la fijé a la calabaza de la misma manera que las orejas.
Utilicé trozos circulares de fieltro y vinilo para los ojos y las mejillas de Pikachu. La nariz y la boca fueron pintadas con pintura acrílica para manualidades. Fue un poco difícil pintar líneas perfectas sobre la superficie llena de baches de la calabaza, y estaba súper preocupada de que iba a estropear totalmente la boca si intentaba darle a Pikachu una gran cara sonriente, pero mis hijos insistieron en que lo intentara.
Mezclé un poco de negro y rojo para crear dos tonos diferentes de rojo para la boca. Pinté la parte superior de la sonrisa con el color más oscuro y luego terminé la parte inferior con un rojo brillante para que coincida con las mejillas.
¡Ta da! Un feliz Pikachu sonriente y una Pokeball para atraparlos a todos!
Los niños adoran sus calabazas pintadas de Pokemon, ¡y creen que soy la madre más guay del barrio por haberlas hecho!