Cómo cosechar la lavanda en el momento justo

Como sabéis por nuestra última entrada en el blog, la cosecha de lavanda es una ocasión especial. Llega una vez al año, y aunque es un momento algo frenético para nosotros aquí en la granja, es ciertamente una ocasión que merece la pena celebrar.

Tantas cosas buenas salen de la cosecha de la lavanda. Disfrutar de hermosos amaneceres, disfrutar de olores dulces y edificantes, conectar con la tierra, participar en la abundancia de la medicina vegetal…

Colectar lavanda ofrece una plétora de beneficios. También es, sin duda, una habilidad.

Y es algo que se puede aprender.

Primera fase: Saber cuándo cosechar es la mitad del camino.

Sea cual sea el uso que le vayas a dar a la lavanda, cosecharla en el momento adecuado es esencial para crear un producto de alta calidad. Si observa cómo crecen y se transforman sus plantas de lavanda a lo largo de la temporada, sabrá cuándo es el momento adecuado para cosecharlas.

Cuando el tiempo se calienta en primavera (y después de una buena poda primaveral), las plantas de lavanda comienzan a enviar tallos y espigas bien cerradas.

Los capullos se forman en las espigas y crecen, cambiando finalmente de verde a un tono verdoso de lavanda (o blanco, o azul, o rosa…). Entonces, las flores (corola) emergen de los capullos – La lavanda está floreciendo.

No todos los capullos de una misma espiga florecen a la vez. Observe estas dos espigas, por ejemplo:

Estas espigas de lavanda son de la misma planta.

La nº 1 aún está «verde», lo que significa que es demasiado pronto para cosechar. Fíjese en que sus cogollos están completamente cerrados y todavía tienen un tono verdoso y translúcido.

El #2 está listo para ser cosechado. Algunos de sus capullos están en plena floración, y muchos otros (los capullos con pétalos secos de color azul-violáceo en sus puntas) ya han florecido.

En general, querrá cosechar un tallo de lavanda cuando aproximadamente la mitad de los capullos estén florecidos.

Por supuesto, puede que no se sienta inclinado a cosechar la lavanda tallo por tallo. Puede abordar sus plantas de lavanda por secciones, cosechando partes de la planta en distintos momentos, cuando cada parte esté en su punto máximo de floración.

También puede tener en cuenta para qué va a utilizar la lavanda para determinar el momento adecuado de la cosecha. Por ejemplo:

• Cuando coseche lavanda para la destilación de aceites esenciales, espere a que florezcan entre el 50% y el 100% de los capullos.
• Cuando coseche lavanda para obtener capullos secos para usar en popurrí, bolsitas o usos culinarios, coseche cuando florezcan entre el 25% y el 50% de los capullos.

Los que tenemos una mentalidad metódica podemos probar este enfoque: Tome una muestra aleatoria de unos 20 tallos de lavanda para determinar la apertura/preparación general de una planta o de una sección de plantas.

Fase dos: Entender lo básico, y luego aprender de la experiencia.

Ahora que tiene una idea de lo que está buscando, puede coger sus tijeras – o su hoz de mano – y salir a la calle. La mejor manera de aprender es haciendo. Cuanto más tiempo pases alrededor de tus plantas de lavanda, más empezarás a captar sus sutilezas.

Corta a baja altura para obtener tallos largos, pero no cortes en la base leñosa de la planta, ya que esto impedirá que crezca de nuevo el año que viene.

Trae gomas elásticas para poder hacer manojos de lavanda a medida que vayas cosechando, que podrás disfrutar frescos o colgar boca abajo en un lugar fresco y oscuro para que se sequen. Puedes arrancar algunas de las hojas mientras las cosechas para acelerar el proceso de secado.

Y, por supuesto, siempre debes cosechar a primera hora de la mañana, antes de que llegue el calor. La lavanda pierde su aceite con el calor del día, así que cosechando en el fresco de la mañana (antes de las 10) cosechará lavanda con un mayor contenido de aceite.

Con un poco de práctica y observación, será un experto cosechador de lavanda en poco tiempo.