Categoría: Personas con amputaciones

Volumen 16 · Número 3 · Mayo/Junio 2006

Traducido del inMotion – Dealing With Painful Peripheral Neuropathy

por Neil M. Scheffler, doctor en medicina podológica, miembro del ACFAS (Colegio Estadounidense de Cirujanos Podológicos)

La neuropatía periférica es un trastorno que se caracteriza por tener dañados los nervios que transmiten las sensaciones al sistema nervioso central, que incluye la médula espinal y el cerebro. Los nervios periféricos que primero se ven afectados están, generalmente, en las manos y los pies. Desgraciadamente, el problema puede evolucionar y causar úlceras de pie, amputaciones y la muerte.

La neuropatía periférica puede tener diversas causas. La Guía de Consulta Farmacológica (The Physicians´Desk Reference ―PDR―) incluye un listado de más de 60 fármacos que pueden causar neuropatía. Los alcohólicos también pueden padecer neuropatía como consecuencia del efecto tóxico del alcohol en los nervios. Sin embargo, la causa más común de neuropatía periférica es la diabetes. Cuando se determina que la causa es la diabetes, el problema se denomina neuropatía diabética periférica (NDP), tema principal de este artículo.

Aunque la NDP afecta entre el 50 y el 60 por ciento de las personas diabéticas, también es una de las complicaciones menos conocidas que presenta la enfermedad. Si bien se ha especulado mucho sobre la causa de este daño nervioso, la mayoría de los expertos coinciden en culpar al reiterado aumento del nivel de azúcar en la sangre. Cuanto más tiempo permanezca una persona con un alto nivel de azúcar, más probabilidades tendrá de padecer NDP.

Tipos de NDP

Los tres tipos de NDP son: motora, autonómica y sensorial.

La neuropatía motora afecta a los músculos, debilitándolos y deteriorándolos. A su vez, un desequilibrio muscular en los pies puede dar lugar a contracturas y deformaciones, como el dedo en martillo. Desgraciadamente, las deformaciones del pie, como el dedo en martillo y los juanetes, son un importante factor de riesgo que añaden complicaciones en las personas con diabetes. Por lo tanto, estas deformaciones requieren cuidados especiales y es vital acudir a la consulta del podólogo.

La neuropatía autonómica en los pies disminuye la sudoración, lo que reseca y agrieta la piel. Estos agrietamientos pueden ser portales para las bacterias, que pueden causar infecciones y deben tratarse con rapidez y agresividad. Las personas que padecen NDP autonómica deben hidratar sus pies con regularidad, unas dos veces al día. Si los preparados sin receta médica no surten efecto, el podólogo (todas las personas con diabetes deberían tener un podólogo) podría sugerirle el uso de algún producto alternativo o recetárselo.

La neuropatía sensorial hace que la persona no sienta dolor alguno o que sienta demasiado dolor en la zona afectada. Si la sensibilidad disminuye a causa de la neuropatía periférica, es posible que no se observen traumatismos de segundo orden en la piel y, por lo tanto, no se traten. Como consecuencia, la piel podría ulcerarse e infectarse. Se trata de un precursor común de amputaciones.

En ocasiones, especialmente en la fase inicial de la NDP, se produce dolor en lugar de una disminución de la sensibilidad. El dolor puede manifestarse como un intenso ardor, una sensación de dolor sordo o como sacudidas agudas, punzantes y repentinas. El dolor es un síntoma grave que puede afectar a todos los aspectos de la vida de una persona. Muchas personas afirman que el dolor empeora por la noche y que puede afectar al sueño.

Diagnóstico y tratamiento

Un médico puede confirmar un diagnóstico de NDP con una serie de exámenes neurológicos. El médico podrá comprobar la capacidad de la persona para sentir el suave roce de una fibra monofilamento (similar a un sedal de pesca) y la sensación térmica, evaluar la capacidad del paciente para sentir vibraciones con un diapasón o una máquina vibradora eléctrica, o también podrá realizar estudios de conducción nerviosa que registran el tiempo de transmisión de un estímulo eléctrico a través de un nervio.

Si usted padece diabetes y le preocupan estos síntomas, su médico le ofrecerá varias opciones de tratamiento. En primer lugar, la mayoría de los médicos coinciden en que el primer paso para prevenir o tratar la NDP es el óptimo control de la glucosa en sangre. Haga saber a su médico que desea controlar rigurosamente su diabetes y pídale consejo. El tratamiento puede consistir en una dieta, ejercicio y medicación. El control de los niveles de glucosa en sangre varias veces al día puede indicarle si va por buen camino. Para que dicho control sea riguroso, también puede que sea necesario consultar con un endocrinólogo, médico especializado en el tratamiento de diabetes.

El ardor u hormigueo en la piel de los pies está causado por el daño nervioso que se produce en la piel o debajo de ella. Si el problema es leve, por lo general sugiero un tratamiento muy conservador con un producto tópico, como BenGay o Biofreeze.

En caso de que el dolor persista, el siguiente paso que recomiendo es probar con una crema que contenga capsaicina. Puesto que la capsaicina se elabora con chile, las primeras aplicaciones pueden ocasionar un aumento del ardor. Sin embargo, para que se produzca una mejora, el paciente debe continuar aplicándosela a pesar de las molestias. Se debe aplicar tres o cuatro veces al día y, por lo general, se tarda entre dos y cuatro semanas en saber si ha funcionado. Personalmente, he observado resultados asombrosos con este preparado tópico.

Hay otro medicamento tópico que contiene lidocaína, un anestésico local, y puede encontrarse en forma de parches (Lidoderm). El uso de estos parches durante 12 horas al día reduce el dolor en algunos pacientes.

Si persiste el dolor, prescribo medicamentos orales, tales como la gabapentina (Neurontin) o la carbamazepina (Tegretol) ―ambos se usaban originalmente en casos de convulsiones―, o la pregabalina (Lyrica), un medicamento bastante nuevo indicado para tratar el dolor de la NDP o el dolor causado por los herpes. Con la pregabalina, se suelen observar resultados en la primera semana de tratamiento. En caso de que sus riñones no funcionen bien, lo cual es un problema común en las personas con diabetes, es necesario reducir la dosis de este fármaco. Otro medicamento reciente que parece prometedor en el tratamiento de la NDP es la duloxetina (Cymbalta).

El dolor punzante o el hormigueo se suele tratar con medicamentos orales administrados como terapia de primera línea. Además de los fármacos antes mencionados, los antidepresivos, como la amitriptilina (Elavil), han demostrado ser de gran utilidad. Sin embargo, debe tenerse precaución con estos fármacos ya que sus efectos colaterales (dolores de cabeza, sequedad de boca y mareos al estar de pie) pueden ser molestos, especialmente para las personas mayores.

Los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) no parecen surtir buenos efectos y, a largo plazo, podrían ocasionar problemas gastrointestinales (GI), incluso hemorragias GI.

Los analgésicos narcóticos, como la oxicodona (OxyContin), funcionan bien pero también tienen efectos colaterales, como náuseas y estreñimiento. El tramadol (Ultram) también ha demostrado ser efectivo para aliviar el dolor de la NDP. Algunos profesionales han utilizado también complementos dietéticos, como el ácido alfa lipoico y el aceite de prímula, para tratar de mejorar la función nerviosa. También pueden ayudar las vitaminas B6, B12 y el folato. Se han estudiado los dispositivos de estimulación eléctrica, la terapia infrarroja y la acupuntura y, en algunos casos, se informó de su efectividad. Sin embargo, las plantillas magnéticas sólo parecen tener un efecto placebo.

Más que el mero dolor físico

No debería ignorarse el impacto psicológico del dolor crónico. El solo hecho de padecer diabetes puede ser una situación muy difícil de afrontar, incluso sin neuropatía. Pincharse los dedos reiteradamente, ser constantes en los programas de ejercicios y dietas especiales y mantener los horarios de toma de la medicación, todo al mismo tiempo, puede afectar a su calidad de vida. Sumemos a esto el dolor crónico, y una situación como ésa puede ser psicológicamente agotadora. Por lo tanto, una consulta a un profesional de la salud mental puede ser una buena idea para muchas de las personas que se enfrentan a estos problemas.

Lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra, y en ocasiones es necesario combinar terapias para aliviar los síntomas. Si su médico actual le dice que no puede hacer más por usted, consulte con otro médico, tal vez uno de otra especialidad. Los médicos que tratan la NDP pueden estar especializados en medicina general, medicina interna, medicina de rehabilitación (médico rehabilitador), neurología, neurocirugía, cirugía plástica, control del dolor, anestesiología, endocrinología, psiquiatría o podología. Quienes tratamos la NDP sabemos que cada paciente es diferente. Inclusive si usted ha probado diversos tratamientos que no han logrado aliviar los síntomas, no se desaliente; el próximo medicamento que pruebe puede ser el que mejores resultados le dé.

Sobre el autor

Neil M. Scheffler, miembro del ACFAS, es podólogo particular en Baltimore, Maryland. Es miembro del Colegio Estadounidense de Cirujanos Podológicos y está titulado en cirugía podológica por el consejo médico. Asimismo, es podólogo adjunto en la Clínica Protésica del Hospital Sinaí de Baltimore. El Dr. Scheffler fue presidente del Dpto. Educación y Cuidado de la Salud de la Región Medio Atlántica de la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés) y es autor de 101 Tips on Foot Care for People with Diabetes, 2nd Edition ( 101 consejos para diabéticos sobre el cuidado de los pies, 2 ª edición) , publicado por la ADA

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