Porfirio Díaz fue un seminarista mexicano, estudiante de derecho, general militar, político, dictador y revolucionario, todo resumido en una sola persona.
Años tempranos
José de la Cruz Porfirio Díaz Mori nació el 15 de septiembre de 1830, en Oaxaca, México. Fue hijo de José Díaz Orozco y María Mori Cortés. Era de filiación mixta. Su padre era de ascendencia europea española, mientras que su madre era una mezcla de sangre española y nativa americana.
Díaz creció en Oaxaca en la más absoluta pobreza tras la muerte de su padre. Su madre lo llevó a estudiar teología en un seminario local cuando cumplió 15 años. Esperaba que su hijo fuera algún día sacerdote. En aquella época, el sacerdocio era una de las vocaciones más honradas y poderosas de la sociedad. La cúpula de la iglesia influía en la política, era propietaria de tierras y dirigía las instituciones educativas de todo el país.
Él accedió y fue al seminario. No le gustaba ser clérigo. Cuando estalló la Guerra México-Americana, muchos jóvenes mexicanos se ofrecieron como voluntarios para el ejército. En 1846 Díaz acompañó a otros jóvenes seminaristas a servir en el ejército. El destino quiso que la guerra terminara antes de que Díaz fuera al campo de batalla. A su regreso, en 1848, decidió ingresar en una escuela de Artes local para estudiar asuntos jurídicos. En la escuela conoció a Benito Juárez. Juárez era un profesor de mentalidad liberal que más tarde llegaría a ser presidente de México. Díaz abandonó la facultad de Derecho y se alistó en el ejército.
Vida militar
En 1854 luchó junto a otros rebeldes en un intento de derrocar al gobierno del presidente Antonio López de Santa Anna. Los rebeldes dirigidos por Benito Juárez derrotaron al ejército mexicano y tomaron el poder. El presidente Santa Anna huyó a Estados Unidos. Díaz había demostrado ser un formidable comandante en el campo de batalla. Cuando los franceses invadieron México para derrocar a Juárez, Díaz se enfrentó a los franceses en la batalla de Pueblo y ganó. Los franceses fueron rechazados por un ejército con un entrenamiento inferior. Los franceses finalmente derrocaron a Juárez y Napoleón instaló a un gobernante sustituto, el emperador Maximiliano I.
Díaz luchó junto a Juárez y destronó la ocupación francesa. El emperador Maximiliano fue capturado y asesinado. Juárez volvió a ser presidente. Díaz dejó el ejército y regresó como un héroe a su pueblo natal de Oaxaca. En 1871 Díaz inició una insurgencia contra Juárez. Protestaba contra la reelección del presidente para un segundo mandato. En 1872 Juárez murió en el cargo y fue sucedido por su suplente, Sebastián De Tejada.
A principios de 1876, Díaz huyó al exilio en los Estados Unidos después de varias campañas de insurgencia contra el presidente Tejada. En noviembre de 1876, Díaz dirigió una exitosa campaña militar y derrocó a Tejada. Díaz dejó el gobierno a un presidente interino hasta las elecciones de mayo de 1877. Díaz ganó las elecciones y tomó posesión como presidente.
Reinado presidencial
El presidente Díaz puso en vigor la ley presidencial de un solo mandato. Estableció importantes reformas en la economía. Su gobierno pagó la deuda nacional y estimuló el crecimiento económico. Díaz llevó a cabo reformas en el sector de las infraestructuras. Construyó carreteras, líneas de ferrocarril, fábricas y regiones mineras. Animó a los países extranjeros a invertir en México. Los estadounidenses, británicos, alemanes, españoles y otras potencias se beneficiaron del mercado abierto.
México se convirtió en una economía moderna. Díaz fortaleció la seguridad nacional, y la electrificación de las principales ciudades. Consolidó su poder dando altos cargos a personas de todo el espectro. Ninguna comunidad fue dejada de lado. Díaz fue pragmático para no enemistarse con nadie.
A medida que la economía se fortalecía, la comunidad rural se hundía más en la pobreza. Las políticas de Díaz beneficiaron a las pocas élites ricas. Surgieron voces descontentas en el campo. Díaz respondió aboliendo el límite del mandato presidencial, amordazando a los medios de comunicación y gobernando con autoridad absoluta. Llegó a gobernar durante 35 años.
Caída
En febrero de 1908, tras 31 años en el poder como presidente, Díaz anunció su retirada de la política. No buscaría la reelección en las próximas elecciones presidenciales. Políticos de alto nivel dentro de su círculo íntimo iniciaron una lucha de poder para sucederlo. En lugar de retirarse, Díaz permitió que un poco conocido Francisco Madero compitiera contra él en las urnas.
Madero perdió y afirmó que las elecciones estaban amañadas. Madero obtuvo el apoyo de varios caudillos regionales y desertores del ejército mexicano. Pronto cayó el gobierno de Díaz. El 25 de mayo de 1911, Díaz renunció y huyó a Francia.
Legado
Murió en Francia el 2 de julio de 1915. Fue enterrado en París. Díaz es considerado tanto un héroe como un villano. Llevó una vida militar condecorada. Sus primeros años como presidente transformaron a México. Sin embargo, cuando huyó al exilio, Díaz había erosionado todo lo bueno que había creado.