Empecé a tomar clases particulares en este estudio hace 3 años. Al principio tenía muchas inseguridades como la sensación de torpeza, inadecuación, no saber moverse en una pista de baile… y el miedo a ser juzgada y ridiculizada. Sin embargo, acabó siendo una experiencia completamente diferente. Para mí, el baile se convirtió en un nuevo estilo de vida lleno de eventos bonitos y divertidos, nuevas amistades, emoción y otra herramienta para mantenerme activa y en forma, ¡que es tan importante para mí! Además, el baile se convirtió en una salida creativa para mi expresión emocional. Creo que la danza utiliza el cuerpo como un instrumento. El lenguaje corporal puede exagerarse y abstraerse en la danza para proyectar una infinidad de sentimientos, estados de ánimo y emociones. Si bien es cierto que aprendes nuevos pasos, también aprendes a co-crear una hermosa danza con tu pareja que te da espacio para comunicarte sin decir una palabra. Qué hermoso es poder expresar tu vulnerabilidad, tus sentimientos en bruto, tu sensualidad, tu sexualidad, tu pasión, tu deseo, tu anhelo, tu excitación, tu alegría… todos esos sentimientos con los que solemos tener miedo de conectar en la vida cotidiana. Además, notarás que estas nuevas y maravillosas cualidades se trasladan a todos los ámbitos de tu vida, no sólo a la pista de baile. Y antes de que te des cuenta, descubrirás un ritmo y una gracia en tu cuerpo que no sabías que tenías. El baile es tan natural que cualquiera puede aprender a moverse y expresarse a través de estos movimientos, sólo hace falta algo de práctica y compromiso. Te invito a que lo pruebes y veas a dónde te puede llevar este viaje. Te sorprenderá gratamente. A mí, sin duda, me ha sorprendido. Hay un verdadero sentido de comunidad en este estudio. No sólo es divertido, sino que también es solidario, cálido y acogedor. Todos los instructores son muy profesionales, altamente experimentados, alegres, alentadores y simplemente personas increíbles. Siempre me siento bienvenido y querido aquí!