Los ácidos grasos omega-3, el ácido docosahexaenoico (DHA) y el ácido eicosapentaenoico (EPA), se encuentran de forma natural en el aceite de pescado y se piensa comúnmente que son nutrientes antiinflamatorios, con efectos protectores en enfermedades inflamatorias como el asma y las alergias. Los mecanismos de estos efectos siguen siendo en su mayoría desconocidos, pero son de gran interés por sus posibles aplicaciones terapéuticas. Se ha realizado un gran número de estudios epidemiológicos y de observación que investigan el efecto de la ingesta de pescado o de los suplementos de ácidos grasos omega-3 durante el embarazo, la lactancia, la infancia, la niñez y la edad adulta sobre los resultados asmáticos y alérgicos. En su mayoría indican efectos protectores y sugieren una relación causal entre la disminución de la ingesta de aceite de pescado en las dietas modernizadas y un número creciente de individuos con asma u otras enfermedades alérgicas. Los mediadores pro-resolución especializados (SPM: protectinas, resolvinas y maresinas) se generan a partir de ácidos grasos omega-3 como el EPA y el DHA a través de varias reacciones enzimáticas. Estos mediadores contrarrestan la inflamación eosinofílica de las vías respiratorias y promueven la resolución de la inflamación in vivo. Varios informes han indicado que la biosíntesis de EPA está alterada, especialmente en el asma grave, lo que sugiere que la inflamación crónica en el pulmón podría ser el resultado de un defecto de resolución. Este artículo se centra en los aspectos beneficiosos de los ácidos grasos omega-3 y ofrece conocimientos recientes sobre sus metabolitos bioactivos, como las resolvinas y las protectinas.

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